Ucrania dice decenas refugiados murieron por ataque convoy, rebeldes niegan participación

Kiev, Reuters
Decenas de personas, incluidos mujeres y niños, murieron el lunes mientras huían del este de Ucrania cuando el convoy de autobuses en el que viajaban fue alcanzado por cohetes, dijeron portavoces militares.


Ucrania acusó a los rebeldes prorrusos de atacar con cohetes el convoy de refugiados, que dijo llevaban banderas blancas cuando estaba cerca de la ciudad de Luhansk. Los separatistas negaron responsabilidad en el ataque y un líder rebelde sugirió que el incidente podría no haber ocurrido.

"Un potente golpe de artillería alcanzó un convoy de refugiados cerca de la zona de Jryashchuvatye y Novosvitlivka. La fuerza de la explosión en el convoy fue tal que la gente murió quemada en los vehículos - no fueron capaces de salir", dijo el portavoz Anatoly Proshin al canal ucraniano de noticias 112.ua.

Otro portavoz militar, Andriy Lysenko, dijo que decenas de personas, entre ellas mujeres y niños, murieron en el incidente.

"Los rebeldes estaban esperando al convoy y lo destruyeron por completo. No hemos podido contar la cantidad de muertos (...) decenas (murieron)", dijo el portavoz a periodistas.

Lysenko, quien describió el ataque como un "crimen sangriento", destacó que: "mataron a mucha gente, incluyendo mujeres y niños. La cifra de muertos está siendo establecida".

Un líder rebelde negó que sus fuerzas tengan la capacidad militar para realizar tal ataque y acusó al Gobierno de atacar la zona regularmente, incluso con misiles Grad de fabricación rusa.

"Los propios ucranianos han atacado constantemente la carretera con aviones y Grads. Parece que ahora han matado a más civiles. Nosotros no tenemos la capacidad de enviar Grad a ese territorio", dijo Andrei Purgin, vice primer ministro de la autoproclamada República Popular de Donetsk.

Las tropas del Gobierno mantuvieron la presión sobre los separatistas durante la madrugada del lunes, bloqueando o recapturando posiciones de los rebeldes tras el fracaso de las conversaciones internacionales para un alto el fuego. Nueve soldados ucranianos murieron durante los combates de la noche.

Las noticias sobre los últimos éxitos militares de Kiev se producen tras un importante avance de sus tropas, que izaron la bandera ucraniana en Luhansk, una ciudad controlada por los rebeldes desde el inicio del conflicto en abril.

La crisis ha degenerado en el peor conflicto entre Occidente y Rusia desde la Guerra Fría.

El ministro ruso de Relaciones Exteriores dijo el lunes que todas las cuestiones relacionadas con su envío de un convoy humanitario a Ucrania se habían resuelto.

Tras las conversaciones del domingo en Berlín entre Rusia, Alemania, Francia y Ucrania, Sergei Lavrov dijo: "Se han resuelto todas las cuestiones (...) con respecto al tema humanitario".

Pero en una rueda de prensa en Berlín, añadió: "No estamos en condiciones de informar de resultados positivos en la consecución de un alto el fuego ni en el proceso político".

Rusia dice que le gustaría que hubiera un alto el fuego para permitir que se ayude a la gente atrapada por los combates.

Un convoy de 280 camiones enviado por Moscú que lleva toneladas de ayuda humanitaria permanece parado en la frontera ucraniana desde la semana pasada, mientras Kiev insiste en las formalidades, de modo que se pueda distribuir adecuadamente por parte de Cruz Roja.

Ante el aparente retroceso de los rebeldes y el Gobierno del presidente ucraniano, Petro Poroshenko, probablemente buscando una victoria para el Día de la Independencia el próximo domingo, parece dudoso que Kiev vea ventajas en un alto el fuego ahora.

PROBLEMAS ENTRE PRORRUSOS

En un signo más claro de que el liderazgo de los rebeldes podría enfrentarse a serios problemas entre sus filas, los separatistas dijeron que habían establecido tribunales militares y la pena de muerte para una serie de ofensas, entre ellas la traición o el espionaje.

La posibilidad de que los rebeldes se desmoronen presenta un dilema para el presidente ruso, Vladimir Putin, quien impulsó sus ambiciones hablando de la creación de una "nueva Rusia" en el este de Ucrania.

Si permanece en silencio y permite su derrota, se arriesga a las críticas del ala dura en casa y del pueblo ruso, que aplaudió mayoritariamente la anexión de Crimea en marzo. Pero si intenta mantener el pulso con el Gobierno de Kiev, respaldado por Occidente, con un mayor apoyo a los rebeldes, se arriesga a más sanciones económicas de Estados Unidos y la Unión Europea.

Occidente impuso sanciones a Moscú, entre ellas a sus sectores financiero y energético, y ha puesto a decenas de rusos cercanos a Putin en una lista de individuos afectados.

Rusia respondió prohibiendo una serie de importaciones de alimentos de Estados Unidos y la UE. El diario Vedomosti dijo el lunes que Moscú podría acelerar sus acciones con una prohibición de comprar coches, entre otras cosas, si Estados Unidos y la UE daban pasos adicionales.

La ONU dijo este mes que se calcula que en el conflicto han muerto 2.086 personas, incluidos civiles y combatientes. La cifra casi se duplicó desde finales de julio, cuando las fuerzas ucranianas aceleraron su ofensiva contra los rebeldes.

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