Suníes dicen podrían sumarse a gobierno unidad en Irak, luchar contra Estado Islámico
Bagdad, Reuters
Líderes tribales y clérigos suníes dijeron el viernes que estarían dispuestos a unirse bajo ciertas condiciones a un nuevo gobierno en Irak, el que esperan pueda contener la violencia sectaria y una ofensiva de militantes del grupo Estado Islámico que amenaza a Bagdad.
Uno de los líderes tribales más influyentes dijo que quiere trabajar con el primer ministro designado, el chií Haider al-Abadi, si el nuevo Gobierno respeta los derechos de la minoría suní que dominó Irak cuando Saddam Hussein estaba en el poder.
Ali Hatem Suleiman dejó abierta la posibilidad de que los suníes tomen las armas contra los insurgentes de Estado Islámico de la misma manera que se sumaran a Estados Unidos y las fuerzas chiíes para poner fin a la insurgencia de Al Qaeda entre 2006 y 2009.
Pero en una clara demostración de que las cosas no son fáciles en Irak, el viernes se reportó que insurgentes de Estado Islámico "masacraron" a unos 80 yazidis, una minoría étnica iraquí. [nL2N0QL2CA]
La minoría suní hizo su oferta después de que el clérigo chií más influyente de Irak, el gran ayatolá Ali al-Sistani, apoyó a Abadi, quien intenta formar un gobierno inclusivo en un país asolado por bombardeos, secuestros y ejecuciones diarias.
Abadi enfrenta la enorme tarea de pacificar la provincia occidental de Anbar, donde la frustración de los suníes con las políticas sectarias del ex primer ministro Nuri al-Maliki los ha empujado a unirse a la insurgencia liderada por Estado Islámico.
Los líderes tribales y los clérigos pidieron que las tropas del Gobierno y las fuerzas de la milicia chií suspendan sus ataques en Anbar para dar lugar a conversaciones.
En tanto, Sistani, líder espiritual de la mayoría chií del país, dijo que la entrega del poder a Abadi brindaba una inusual oportunidad para resolver la crisis política y de seguridad.
Maliki renunció como primer ministro bajo presión de aliados en el país y el extranjero a última hora del jueves, despejando el camino para Abadi, quien pertenece al mismo partido pero tiene la reputación de ser menos confrontativo.
Irak ha estado inmerso en los peores hechos de violencia desde la guerra civil sectaria de 2006-07.
Los combatientes suníes liderados por el Estado Islámico tomaron grandes partes del oeste y norte del país, forzaron a cientos de miles de personas a huir de sus casas y amenazaron a la etnia kurda en su provincia autónoma.
Sistani dijo a los políticos del país, inmersos en fuertes disputas, que debían asumir la "responsabilidad histórica" de cooperar con Abadi mientras intenta formar un nuevo gobierno y superar las divisiones entre las comunidades chiíes, suníes y kurdas, que se profundizaron con Maliki.
El mismo Abadi, en comentarios en internet, instó a sus compatriotas a unirse y advirtió que el camino será duro.
FUERTE AUTORIDAD
Sistani, un octogenario cuya autoridad pocos políticos iraquíes se atreverían a desafiar abiertamente, también se refirió al Ejército, que ofreció una fuerte resistencia cuando el Estado Islámico protagonizó su rápida ofensiva en junio.
Maliki entregó el mando a Abadi tras ocho años en el poder en un discurso televisado el jueves por la noche en el que estuvo parado al lado de su sucesor y rodeado de otros líderes.
El nombramiento de Abadi ha generado un apoyo extendido dentro de Irak pero también de Estados Unidos y de Irán -la potencia regional chií-, dos países enfrentados durante décadas.
"El apoyo regional e internacional es una oportunidad inusual positiva (...) para resolver todos los problemas (de Irak), especialmente los políticos y de seguridad", dijo Sistani en comentarios difundidos por su portavoz luego de las plegarias del viernes en la ciudad sagrada de Kerbala, al sur de Bagdad.
Después de la captura de la ciudad norteña de Mosul en junio, un rápido avance del Estado Islámico hacia las fronteras del Kurdistán iraquí alarmó a Bagdad y la semana pasada provocó los primeros ataques aéreos estadounidenses en Irak desde la retirada de sus soldados en 2011.
En Bruselas, los ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea decidieron que sus estados miembro son libres de enviar armas a los kurdos si son autorizados por las autoridades nacionales de Irak.
En una reunión de emergencia, la UE también dijo que buscará la manera de impedir que el Estado Islámico, que capturó algunos campos petroleros en Siria e Irak, se beneficie de la venta de petróleo.
Líderes tribales y clérigos suníes dijeron el viernes que estarían dispuestos a unirse bajo ciertas condiciones a un nuevo gobierno en Irak, el que esperan pueda contener la violencia sectaria y una ofensiva de militantes del grupo Estado Islámico que amenaza a Bagdad.
Uno de los líderes tribales más influyentes dijo que quiere trabajar con el primer ministro designado, el chií Haider al-Abadi, si el nuevo Gobierno respeta los derechos de la minoría suní que dominó Irak cuando Saddam Hussein estaba en el poder.
Ali Hatem Suleiman dejó abierta la posibilidad de que los suníes tomen las armas contra los insurgentes de Estado Islámico de la misma manera que se sumaran a Estados Unidos y las fuerzas chiíes para poner fin a la insurgencia de Al Qaeda entre 2006 y 2009.
Pero en una clara demostración de que las cosas no son fáciles en Irak, el viernes se reportó que insurgentes de Estado Islámico "masacraron" a unos 80 yazidis, una minoría étnica iraquí. [nL2N0QL2CA]
La minoría suní hizo su oferta después de que el clérigo chií más influyente de Irak, el gran ayatolá Ali al-Sistani, apoyó a Abadi, quien intenta formar un gobierno inclusivo en un país asolado por bombardeos, secuestros y ejecuciones diarias.
Abadi enfrenta la enorme tarea de pacificar la provincia occidental de Anbar, donde la frustración de los suníes con las políticas sectarias del ex primer ministro Nuri al-Maliki los ha empujado a unirse a la insurgencia liderada por Estado Islámico.
Los líderes tribales y los clérigos pidieron que las tropas del Gobierno y las fuerzas de la milicia chií suspendan sus ataques en Anbar para dar lugar a conversaciones.
En tanto, Sistani, líder espiritual de la mayoría chií del país, dijo que la entrega del poder a Abadi brindaba una inusual oportunidad para resolver la crisis política y de seguridad.
Maliki renunció como primer ministro bajo presión de aliados en el país y el extranjero a última hora del jueves, despejando el camino para Abadi, quien pertenece al mismo partido pero tiene la reputación de ser menos confrontativo.
Irak ha estado inmerso en los peores hechos de violencia desde la guerra civil sectaria de 2006-07.
Los combatientes suníes liderados por el Estado Islámico tomaron grandes partes del oeste y norte del país, forzaron a cientos de miles de personas a huir de sus casas y amenazaron a la etnia kurda en su provincia autónoma.
Sistani dijo a los políticos del país, inmersos en fuertes disputas, que debían asumir la "responsabilidad histórica" de cooperar con Abadi mientras intenta formar un nuevo gobierno y superar las divisiones entre las comunidades chiíes, suníes y kurdas, que se profundizaron con Maliki.
El mismo Abadi, en comentarios en internet, instó a sus compatriotas a unirse y advirtió que el camino será duro.
FUERTE AUTORIDAD
Sistani, un octogenario cuya autoridad pocos políticos iraquíes se atreverían a desafiar abiertamente, también se refirió al Ejército, que ofreció una fuerte resistencia cuando el Estado Islámico protagonizó su rápida ofensiva en junio.
Maliki entregó el mando a Abadi tras ocho años en el poder en un discurso televisado el jueves por la noche en el que estuvo parado al lado de su sucesor y rodeado de otros líderes.
El nombramiento de Abadi ha generado un apoyo extendido dentro de Irak pero también de Estados Unidos y de Irán -la potencia regional chií-, dos países enfrentados durante décadas.
"El apoyo regional e internacional es una oportunidad inusual positiva (...) para resolver todos los problemas (de Irak), especialmente los políticos y de seguridad", dijo Sistani en comentarios difundidos por su portavoz luego de las plegarias del viernes en la ciudad sagrada de Kerbala, al sur de Bagdad.
Después de la captura de la ciudad norteña de Mosul en junio, un rápido avance del Estado Islámico hacia las fronteras del Kurdistán iraquí alarmó a Bagdad y la semana pasada provocó los primeros ataques aéreos estadounidenses en Irak desde la retirada de sus soldados en 2011.
En Bruselas, los ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea decidieron que sus estados miembro son libres de enviar armas a los kurdos si son autorizados por las autoridades nacionales de Irak.
En una reunión de emergencia, la UE también dijo que buscará la manera de impedir que el Estado Islámico, que capturó algunos campos petroleros en Siria e Irak, se beneficie de la venta de petróleo.