Redes sociales rechazan propaganda extremista
Beirut, AP
Los extremistas del grupo Estado Islámico han convertido sus redes sociales en un teatro del horror, en el que transmiten un flujo continuo de imágenes de batallas, atentados con bomba y decapitaciones dirigidos a una audiencia mundial.
La estrategia tiene por fin aterrorizar a sus oponentes locales y atraer nuevos miembros en el extranjero. Pero hay crecientes indicios de un rechazo, tanto de compañías que censuran rápidamente escenas objetables como usuarios decididos a que ese contenido no llegue a más personas.
La repugnancia del público a las insensibles tácticas de propaganda del grupo se hizo evidente ante la divulgación de un video que muestra la decapitación del periodista estadounidense James Foley, imágenes horripilantes que se propagaron rápidamente al ser colocadas el martes en internet.
El bien editado video comienza con escenas en las que el presidente estadounidense Barack Obama explica su decisión de ordenar ataques aéreos en Irak, para después mostrar a Foley en un mono color naranja arrodillado en el desierto con un combatiente del Estado Islámico a su espalda, vestido todo de negro.
El hombre que decapita a Foley puede verse posteriormente con otro periodista norteamericano, Steven Sotloff, al que amenaza de muerte.
"La vida de este ciudadano estadounidense, Obama, depende de la próxima decisión de usted", advierte el extremista.
Muchos usuarios de redes sociales se exhortaban el miércoles unos a otros a no colgar el video como forma de protesta.
Phillip Smyth, investigador de la Universidad de Maryland que sigue la pista a la actividad de los yihadistas en las redes sociales, ha notado un modesto pero notable aumento en la velocidad con que se eliminan en Twitter este tipo de cuentas, y lo mismo sucede con las páginas de Facebook que apoyan el terrorismo.
"Está sucediendo", dijo. "Se lo puedo decir de primera mano porque lo veo a diario".
El Estado Islámico, un grupo que surgió a partir de al-Qaida, usa las redes sociales con gran frecuencia y transmite videos en alta definición de castigos como crucifixiones, decapitaciones, lapidaciones y ejecuciones en masa.
Un escalofriante video de 61 minutos colgado en internet en junio muestra a milicianos del Estado Islámico cuando tocan a la puerta de un suní mayor de la policía durante la noche en Irak. Cuando el hombre abre la puerta, lo esposan, le vendan los ojos y le cortan la cabeza con un cuchillo en su propio dormitorio.
El temor creado por esas imágenes se consideró un factor en el asombroso colapso de las fuerzas de seguridad iraquíes cuando los extremistas del Estado Islámico tomaron el control de las ciudades de Mosul y Tikrit en junio.
Faysal Itani, investigador del grupo de estudios Consejo Atlántico, dijo que las buenas técnicas de producción de video de los extremistas se deben en parte a que algunos extranjeros se han unido a su causa.
"Son de la generación Twitter; saben hacer bien esas cosas", dijo.
Los extremistas del grupo Estado Islámico han convertido sus redes sociales en un teatro del horror, en el que transmiten un flujo continuo de imágenes de batallas, atentados con bomba y decapitaciones dirigidos a una audiencia mundial.
La estrategia tiene por fin aterrorizar a sus oponentes locales y atraer nuevos miembros en el extranjero. Pero hay crecientes indicios de un rechazo, tanto de compañías que censuran rápidamente escenas objetables como usuarios decididos a que ese contenido no llegue a más personas.
La repugnancia del público a las insensibles tácticas de propaganda del grupo se hizo evidente ante la divulgación de un video que muestra la decapitación del periodista estadounidense James Foley, imágenes horripilantes que se propagaron rápidamente al ser colocadas el martes en internet.
El bien editado video comienza con escenas en las que el presidente estadounidense Barack Obama explica su decisión de ordenar ataques aéreos en Irak, para después mostrar a Foley en un mono color naranja arrodillado en el desierto con un combatiente del Estado Islámico a su espalda, vestido todo de negro.
El hombre que decapita a Foley puede verse posteriormente con otro periodista norteamericano, Steven Sotloff, al que amenaza de muerte.
"La vida de este ciudadano estadounidense, Obama, depende de la próxima decisión de usted", advierte el extremista.
Muchos usuarios de redes sociales se exhortaban el miércoles unos a otros a no colgar el video como forma de protesta.
Phillip Smyth, investigador de la Universidad de Maryland que sigue la pista a la actividad de los yihadistas en las redes sociales, ha notado un modesto pero notable aumento en la velocidad con que se eliminan en Twitter este tipo de cuentas, y lo mismo sucede con las páginas de Facebook que apoyan el terrorismo.
"Está sucediendo", dijo. "Se lo puedo decir de primera mano porque lo veo a diario".
El Estado Islámico, un grupo que surgió a partir de al-Qaida, usa las redes sociales con gran frecuencia y transmite videos en alta definición de castigos como crucifixiones, decapitaciones, lapidaciones y ejecuciones en masa.
Un escalofriante video de 61 minutos colgado en internet en junio muestra a milicianos del Estado Islámico cuando tocan a la puerta de un suní mayor de la policía durante la noche en Irak. Cuando el hombre abre la puerta, lo esposan, le vendan los ojos y le cortan la cabeza con un cuchillo en su propio dormitorio.
El temor creado por esas imágenes se consideró un factor en el asombroso colapso de las fuerzas de seguridad iraquíes cuando los extremistas del Estado Islámico tomaron el control de las ciudades de Mosul y Tikrit en junio.
Faysal Itani, investigador del grupo de estudios Consejo Atlántico, dijo que las buenas técnicas de producción de video de los extremistas se deben en parte a que algunos extranjeros se han unido a su causa.
"Son de la generación Twitter; saben hacer bien esas cosas", dijo.