Minsk, AP
Los presidentes de Rusia y Ucrania se reunieron el martes en terreno neutral para conversar cara a cara por primera vez desde junio sobre la lucha entre el gobierno y los separatistas prorrusos que desangra el este ucraniano.


El ruso Vladimir Putin y el ucraniano Petro Poroshenko fueron acompañados por los presidentes de Bielorrusia y Kazajistán y tres altos funcionarios de la Unión Europea en la capital de Bielorrusia, Minsk.

"El destino de mi país y de Europa se decide hoy aquí en Minsk", dijo Poroshenko el martes al comienzo de las conversaciones. "Los intereses de Donbass (el este de Ucrania) han sido y serán tenidos en cuenta".

Los dos mandatarios se sentaron en extremos opuestos de una gran mesa redonda junto con los otros dos presidentes y funcionarios de la UE. Al contrario de lo que se suponía, no se reunieron directamente antes de las conversaciones, según una asistente del presidente ucraniano Iryna Herashchenko.

Se dieron un apretón de manos para las cámaras.

Presionado para buscar un acuerdo negociado en vez de una victoria militar, Poroshenko dijo que el propósito de su visita era empezar a buscar un compromiso político y prometió que serán tenidos en cuenta los intereses de los habitantes del este de Ucrania de habla rusa.

Putin dedicó la mayoría de sus declaraciones inaugurales al comercio, aduciendo que la decisión de Ucrania de firmar un acuerdo de asociación con la UE de 28 naciones representaría fuertes pérdidas para Rusia, que entonces se vería forzada a proteger su economía. Rusia se había esperanzado de que Ucrania se uniera a una unión económica rival que está formando con Bielorrusia y Kazajistán.

Ucrania se propone ratificar el acuerdo de asociación con la UE en septiembre.

Sobre la lucha, Putin opinó que el conflicto "no se puede solucionar con una mayor intensificación militar sin tener en cuenta los intereses vitales del sudeste del país y sin un diálogo pacífico de sus representantes".

Ucrania quiere que los rebeldes devuelvan el control del territorio que han capturado en el este de Ucrania, mientras Putin busca retener cierta influencia sobre la región donde la mayoría habla ruso, a fin de que Ucrania no se incorpore a la OTAN ni a la UE.

Poroshenko dijo que es improbable que acepte los frecuentes llamamientos rusos de federalizarse pero que podría acceder a expandir algunos poderes regionales.

Al abrir la reunión del martes, el presidente bielorruso Alexander Lukashenko instó a ambas partes a "descartar las ambiciones políticas y no buscar dividendos políticos".

Las conversaciones tienen lugar en momentos en que Ucrania anunció haber capturado 10 soldados rusos en el este del país y que la lucha abrió un nuevo frente en el sudeste. Kiev ha acusado reiteradamente a Moscú de apoyar y armar a los rebeldes, lo que Rusia niega.

Putin se ha resistido hasta ahora a los pedidos de los rebeldes de ser anexados por Rusia, al contrario de lo que hizo en marzo cuando se anexó la península de Crimea. Pero periodistas de The Associated Press en la frontera han visto a los rebeldes con un amplio arsenal militar, incluso tanques, lanzamisiles Buk y vehículos blindados de transporte de personal, y también a muchos rusos entre los combatientes rebeldes.

Mientras tanto se elevaban gruesas columnas de humo desde los suburbios de la ciudad de Novoazovsk, en una región separatista prorrusa pero que hasta ahora casi no había sido escenario de los enfrentamientos entre el gobierno y los rebeldes. Ucrania acusó a estos y sus supuestos partidarios rusos de tratar de expandir el conflicto.

Fue el segundo día de ataques en las cercanías de esa ciudad.

Residentes de Novoazovsk, algunos de los cuales se aprestaban a huir, dijeron a The Associated Press que no estaba en claro de dónde procedían los cañonazos el martes.

Funcionarios ucranianos dijeron el lunes que la artillería provenía del lado ruso de la frontera. Un soldado ucraniano que no quiso dar su nombre sugirió que podría proceder de los rebeldes tratando de eliminar un lanzacohetes ucraniano.

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