Mezcla de creencias de yazidis es incomprendida
Bgadad, AFP
Los yazidis son una pequeña secta religiosa incomprendida y perseguida desde la antigüedad que tiene sus raíces en el poblado de Sinjar, en el norte de Irak, y también en partes de Siria y Turquía.
Nadie sabe el tamaño exacto de la población yazidi. Se calcula que oscila entre decenas de miles a 500.000 o más. A lo largo de los siglos han sido blanco de violencia y purgas, incluso durante el Imperio Otomano, y han sobrevivido como una comunidad cerrada que no hace proselitismo.
Mucha confusión rodea sus creencias, pero los académicos dicen que las enseñanzas de los yazidis son una mezcla de varias tradiciones, algunas de ellas del cristianismo y del islam, e incluyen algunas prácticas que se parecen a las antiguas tradiciones de Persia.
Los yazidis creen que un ser supremo creó el mundo pero no lo gobierna. En su lugar, su voluntad es ejecutada por siete ángeles, y el jefe de ellos es el Ángel Pavorreal, conocido como Malak Taus.
Creen que la reencarnación continua lleva a la purificación, y por lo tanto la secta no cree en el infierno. La tumba del jeque Adi en el pueblo de Lalesh, al norte de Mosul, Irak, es un templo yazidi y un sitio de peregrinaje.
Los yazidis le rezan a Malak Taus, quien es conocido como el Ángel Caído. Pero a diferencia de los ángeles caídos en algunas tradiciones cristianas, que están expulsados del paraíso, el Ángel Pavorreal fue redimido.
Aun así, el Ángel Pavorreal también es conocido por los yazidis como "shaytan", la palabra árabe que los musulmanes utilizan para referirse al demonio. Esta es la fuente de la creencia entre muchos musulmanes iraquíes de que los yazidis son adoradores del demonio y es una de las razones por las que ahora están siendo perseguidos por los extremistas del Estado Islámico.
Los yazidis son una pequeña secta religiosa incomprendida y perseguida desde la antigüedad que tiene sus raíces en el poblado de Sinjar, en el norte de Irak, y también en partes de Siria y Turquía.
Nadie sabe el tamaño exacto de la población yazidi. Se calcula que oscila entre decenas de miles a 500.000 o más. A lo largo de los siglos han sido blanco de violencia y purgas, incluso durante el Imperio Otomano, y han sobrevivido como una comunidad cerrada que no hace proselitismo.
Mucha confusión rodea sus creencias, pero los académicos dicen que las enseñanzas de los yazidis son una mezcla de varias tradiciones, algunas de ellas del cristianismo y del islam, e incluyen algunas prácticas que se parecen a las antiguas tradiciones de Persia.
Los yazidis creen que un ser supremo creó el mundo pero no lo gobierna. En su lugar, su voluntad es ejecutada por siete ángeles, y el jefe de ellos es el Ángel Pavorreal, conocido como Malak Taus.
Creen que la reencarnación continua lleva a la purificación, y por lo tanto la secta no cree en el infierno. La tumba del jeque Adi en el pueblo de Lalesh, al norte de Mosul, Irak, es un templo yazidi y un sitio de peregrinaje.
Los yazidis le rezan a Malak Taus, quien es conocido como el Ángel Caído. Pero a diferencia de los ángeles caídos en algunas tradiciones cristianas, que están expulsados del paraíso, el Ángel Pavorreal fue redimido.
Aun así, el Ángel Pavorreal también es conocido por los yazidis como "shaytan", la palabra árabe que los musulmanes utilizan para referirse al demonio. Esta es la fuente de la creencia entre muchos musulmanes iraquíes de que los yazidis son adoradores del demonio y es una de las razones por las que ahora están siendo perseguidos por los extremistas del Estado Islámico.