Merkel respalda con una ayuda de 500 millones al Gobierno de Ucrania

El convoy humanitario enviado por Moscú vuelve a Rusia tras dejar su carga en Lugansk

Rodrigo Fernández
Moscú, El País
La canciller alemana, Angela Merkel, ha ofrecido este sábado 500 millones de euros a Ucrania para reconstruir el este del país devastado por la guerra. El compromiso de la canciller lo ha anunciado Petró Poroshenko en Kiev, en el marco de la visita de Merkel al país, en una misión cuyo principal objetivo es demostrar su apoyo al nuevo régimen de Ucrania encabezado por el presidente Poroshenko. Merkel, que además de entrevistarse con Poroshenko y el primer ministro Arseni Yatseniuk lo hará también con algunas otras autoridades entre las cuales podría figurar el líder de los tártaros de Crimea, trata de impulsar un plan que permita terminar con el conflicto entre fuerzas gubernamentales y separatistas en el este de Ucrania.


Poroshenko calificó a Merkel de "buena amiga y abogada de Ucrania", y subrayó que en los últimos dos meses habían conversado en más de 20 oportunidades, lo que ayudó sustancialmente a Ucrania a defender sus intereses. Para el presidente ucranio, es simbólico el hecho de que la visita de la canciller alemana se produzca en el Día de la Bandera Estatal y en víspera del Día de la Independencia, que se celebra el domingo 24 de agosto.

Merkel dijo por su parte que ha viajado a Kiev para discutir la ayuda de Alemania a Ucrania en estos difíciles tiempos para ese país y "los caminos hacia la paz que debemos recorrer". La canciller reiteró su total apoyo a la integridad territorial en Ucrania. "Lo que ocurrió (la anexión de Crimea por Rusia) es una violación de la integridad territorial. Si la reconocemos, ello afectará a toda Europa, alterará la coexistencia pacífica en Europa", dijo Merkel, en una rueda de prensa conjunta con el presidente ucraniano, Petró Poroshenko, al término de sus negociaciones.

La visita de Merkel se produce en un momento delicado, cuando las tensiones entre Kiev y Moscú han aumentado debido a la entrada hacia Lugansk, el día anterior, del convoy con ayuda humanitaria antes de que se obtuviera el visto bueno final de los ucranios. El Kremlin decidió no esperar y calificó de "intolerables" los obstáculos "artificiales" que continuaba poniendo Kiev.

La decisión rusa fue criticada por la OTAN, Europa y Estados Unidos, país este último que exigió el inmediato retorno de los camiones. La columna de más 260 vehículos regresó a territorio ruso el sábado después de dejar en Lugansk, ciudad en gran parte destruida por los bombardeos de la artillería ucrania y cuya población sufría por la escasez de alimentos, más de 1.800 toneladas de ayuda humanitaria, principalmente productos alimenticios, además de agua, generadores eléctricos y sacos de dormir.

"Parte de los camiones del 'convoy humanitario' de la Federación Rusa se utilizan en Lugansk y Donetsk para sacar equipos de nuestras empresas [militares] a Rusia", denunció desde Kiev el Consejo de Seguridad Nacional y Defensa ucranio. Según este organismo, en los vehículos cargaron equipos de la empresa Topaz de Donetsk, que poduce radares Kolchug, y fusiles de la fábrica de Lugansk. Sin embargo, el citado Consejo no hizo públicos ni documentos ni fotos que corroboren las acusaciones. Por lo demás, los camiones rusos no llegaron a Donetsk, que queda a 255 kilómetros del lugar por donde cruzaron la frontera, sino que lo hicieron solo hasta Lugansk, ciudad que está a 55 kilómetros del territorio ruso.

En Lugansk la situación continúa siendo muy difícil para sus habitantes, que no tienen agua ni luz; además, no funcionan los teléfonos, ni los fijos ni los móviles. El ayuntamiento informó que en las últimas 24 horas 68 civiles habían resultado heridos como consecuencia del bombardeo a que s sometida la ciudad. En Donetsk, tres personas habrían muerto debido a los proyectiles que siguen cayendo en este otro bastión separatista.

Tras varios días de espera en la frontera, el convoy ruso, con 2.000 toneladas de ayuda humanitaria, llegó a media tarde del viernes a la localidad de Lugansk, bastión prorruso cercado por el Ejército ucranio. Cansado de los “obstáculos” que ponía Kiev, el Kremlin ordenó unilateralmente el paso, a pesar de que los aduaneros no se presentaron para formalizar los preceptivos trámites. La caravana estaba formada por 262 furgones.

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