Los yihadistas frustran el tercer intento del Ejército iraquí de recuperar Tikrit

Acnur lanza una gigantesca operación de ayuda al medio millón de desplazados en el norte

Ángeles Espinosa
Erbil (Irak, El País
El éxito de la operación para recuperar la presa de Mosul pareció animar al Ejército iraquí a lanzar este martes un nuevo asalto a la ciudad de Tikrit, también en manos del Estado Islámico (EI). Sin embargo, a media tarde la maniobra se había abortado, poniendo de relieve no sólo la fiera resistencia de ese grupo extremista, sino también la fractura política de Irak.


La ofensiva de Tikrit, el tercer intento desde que el EI tomó esa ciudad situada a 160 kilómetros de Bagdad a mediados de junio, estaba cargada de simbolismo por tratarse de la región natal de Saddam Husein, el dictador depuesto en 2003. Sin embargo, según informaron portavoces militares, los extremistas recibieron a las tropas gubernamentales con intenso fuego artillero y de ametralladora por el Sur, mientras que para evitar un movimiento envolvente habían sembrado el flanco Oeste de minas y francotiradores.

Aunque contó con participación de algunas unidades del Ejército, la recuperación de la presa de Mosul estuvo dirigida por las fuerzas kurdas (peshmergas), y apoyada por la aviación estadounidense. A pesar de su éxito, los artificieros aún seguían este martes limpiando de trampas explosivas los alrededores. En el caso de Tikrit, sin embargo, el Ejército sólo estaba apoyado por milicianos chiíes.

“El problema es que reclutan a voluntarios sin ningún entrenamiento, en consecuencia tienen muchas víctimas y afecta a la moral”, advierte el politólogo kurdo Khaled Salih en una conversación con EL PAÍS.

Antes de conocer la suspensión de la ofensiva, Salih ya se mostraba escéptico: “Lo han intentado antes, sin resultado”. No obstante, este hombre que durante 12 años fue asesor del primer ministro kurdo y ahora es vicerrector de la Universidad de Kurdistán en Erbil, subraya que se enfrentan a “asesinos entregados y muy ideologizados”.

“Si Estados Unidos expande su protección aérea cambiará el juego, pero no espero que eso se produzca mientras [el primer ministro en funciones Nuri] Al Maliki siga en escena”, declara.

La grave fractura política que subyace a buena parte de los problemas que afronta Irak también marca los pasos de los peshmergas. Tal como declaró a este diario Nawzad Hadi, el gobernador de Erbil, los responsables kurdos están convencidos de que el medio millón de desplazados que han acogido en su región, sobre todo los pertenecientes a minorías, no podrán volver a sus casas mientras el EI controle Mosul. Sin embargo, sus fuerzas no van a avanzar hacia esa ciudad desde la presa “a no ser que haya un consenso entre las comunidades” (en referencia a los árabes suníes, mayoritarios allí, y a los árabes chiíes, mayoritarios en el país).

“Mosul no está en la lista de territorios reclamados por el Gobierno de Kurdistán y no confiamos en la población árabe”, explica Salih, quien sin embargo reconoce el interés kurdo por mantener “la seguridad de las fronteras de la región”.

“Sólo tendría sentido con un acuerdo conjunto de los líderes locales y el Ejército iraquí, respaldado por EEUU”, defiende. “Es una zona difícil. Si las fuerzas americanas no lograron, ¿por qué habrían de lograrlo los peshmergas?”

Mientras tanto, el Alto Comisariado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) lanzará a partir de este miércoles una gigantesca operación logística “por tierra, mar y aire” para hacer llegar toda la ayuda posible al medio millón de desplazados por los combates en el norte de Irak. Durante cuatro días, un puente aéreo entre Aqaba (Jordania) y Erbil (Irak) transportará tiendas y otros enseres, seguido por carretera de convoyes desde Turquía y Jordania, envíos marítimos desde Dubái vía Irán.

“Es una emergencia humanitaria de primer nivel y un desastre”, declaró este martes el portavoz del ACNUR Adrian Edwards al presentar el plan.

ACNUR calcula que 1,2 millones de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares en todo Irak en lo que va de año. Unos 200.000 de ellos se han refugiado en la región de Kurdistán desde principios de agosto, cuando el EI lanzó una nueva ofensiva que ha afectado sobre todo a las minorías.

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