Los cristianos de Irak, una comunidad amenazada y empujada al exilio
Bagad, AFP
Decenas de miles de cristianos de Irak, que pertenecen a una comunidad amenazada, huyeron el jueves después de que los yihadistas se apoderaron de varias ciudades del norte, y muchos de ellos abandonaron el país en los últimos años.
Los yihadistas del Estado Islámico (EI) se apoderaron el jueves de Qaraqosh, la mayor ciudad cristiana del país, y de otras zonas cerca de Mosul. Los combatientes de EI tomaron posición durante la noche, después de la retirada de las fuerzas kurdas, explicaron los habitantes.
“Hay 100.000 desplazados cristianos que han huido con lo puesto, algunos a pie, hacia la región de Kurdistán”, explicó el jueves a la AFP el patriarca caldeo Louis Sako.
A mediados de julio, los cristianos de Mosul, la segunda ciudad de Irak, escaparon en masa después de haber recibido un ultimátum de EI, que desde junio controla esta ciudad y grandes sectores de territorio en el norte, el oeste y el este.
Esta expulsión causó gran emoción en Occidente, y el gobierno francés dijo que está dispuesto a favorecer la llegada a Francia de los cristianos de Irak.
Antes de la invasión liderada por Estados Unidos de 2003, la población cristiana de Irak había sido estimada en más de un millón, 600.000 de los cuales se encontraban en Bagdad, 60.000 en Mosul, pero también había en la ciudad petrolera de Kirkuk (norte) y en Basora (sur).
Después, sólo quedaban unos 400.000 en todo el territorio, la mitad de ellos en la provincia de Nínive, cuya capital es Mosul.
El patriarca Sako había estimado en 35.000 el número de cristianos que vivían en Mosul antes del comienzo de la ofensiva de EI. Casi todos escaparon de la ciudad antes de la expiración del ultimátum, según él.
De acuerdo con la tradición, el cristianismo llegó a Irak con el apóstol Santo Tomás algunas décadas después de la muerte de Cristo. Es probable que la cristianización del país haya comenzado en el siglo II de nuestra era.
Los caldeos, que representan la gran mayoría de los cristianos de Irak, forman una comunidad católica de rito oriental.
La iglesia caldea, cuya liturgia se hace en una lengua derivada del arameo –la lengua hablada por Jesús– es considerada como una de las más antiguas iglesias cristianas.
Surgió de la doctrina nestoriana a la cual renunció en el siglo XVI, aunque conservó sus rituales. Los otros católicos son los siriacos católicos, los armenios católicos y los católicos latinos.
Entre los no católicos, los más numerosos son los asirios (nestorianos) y los otros son sirios ortodoxos y los armenios ortodoxos.
Durante el régimen de Sadam Husein, los cristianos no eran considerados como una amenaza. Pero después de la invasión encabezada por Estados Unidos, el país se convirtió en un campo de batalla entre insurgentes y tropas extranjeras, para caer más tarde en una guerra de religiones. La comunidad cristiana, asociada con los “cruzados” occidentales, fue atacada en numerosas oportunidades.
En diez años, unas 60 iglesias fueron atacadas y mil cristianos murieron, pero no todos en ataques selectivos, según el patriarca caldeo. En octubre de 2010, 44 fieles y dos sacerdotes murieron en un atentado reivindicado por Al Qaida contra la catedral siriaca católica.
Decenas de miles de cristianos de Irak, que pertenecen a una comunidad amenazada, huyeron el jueves después de que los yihadistas se apoderaron de varias ciudades del norte, y muchos de ellos abandonaron el país en los últimos años.
Los yihadistas del Estado Islámico (EI) se apoderaron el jueves de Qaraqosh, la mayor ciudad cristiana del país, y de otras zonas cerca de Mosul. Los combatientes de EI tomaron posición durante la noche, después de la retirada de las fuerzas kurdas, explicaron los habitantes.
“Hay 100.000 desplazados cristianos que han huido con lo puesto, algunos a pie, hacia la región de Kurdistán”, explicó el jueves a la AFP el patriarca caldeo Louis Sako.
A mediados de julio, los cristianos de Mosul, la segunda ciudad de Irak, escaparon en masa después de haber recibido un ultimátum de EI, que desde junio controla esta ciudad y grandes sectores de territorio en el norte, el oeste y el este.
Esta expulsión causó gran emoción en Occidente, y el gobierno francés dijo que está dispuesto a favorecer la llegada a Francia de los cristianos de Irak.
Antes de la invasión liderada por Estados Unidos de 2003, la población cristiana de Irak había sido estimada en más de un millón, 600.000 de los cuales se encontraban en Bagdad, 60.000 en Mosul, pero también había en la ciudad petrolera de Kirkuk (norte) y en Basora (sur).
Después, sólo quedaban unos 400.000 en todo el territorio, la mitad de ellos en la provincia de Nínive, cuya capital es Mosul.
El patriarca Sako había estimado en 35.000 el número de cristianos que vivían en Mosul antes del comienzo de la ofensiva de EI. Casi todos escaparon de la ciudad antes de la expiración del ultimátum, según él.
De acuerdo con la tradición, el cristianismo llegó a Irak con el apóstol Santo Tomás algunas décadas después de la muerte de Cristo. Es probable que la cristianización del país haya comenzado en el siglo II de nuestra era.
Los caldeos, que representan la gran mayoría de los cristianos de Irak, forman una comunidad católica de rito oriental.
La iglesia caldea, cuya liturgia se hace en una lengua derivada del arameo –la lengua hablada por Jesús– es considerada como una de las más antiguas iglesias cristianas.
Surgió de la doctrina nestoriana a la cual renunció en el siglo XVI, aunque conservó sus rituales. Los otros católicos son los siriacos católicos, los armenios católicos y los católicos latinos.
Entre los no católicos, los más numerosos son los asirios (nestorianos) y los otros son sirios ortodoxos y los armenios ortodoxos.
Durante el régimen de Sadam Husein, los cristianos no eran considerados como una amenaza. Pero después de la invasión encabezada por Estados Unidos, el país se convirtió en un campo de batalla entre insurgentes y tropas extranjeras, para caer más tarde en una guerra de religiones. La comunidad cristiana, asociada con los “cruzados” occidentales, fue atacada en numerosas oportunidades.
En diez años, unas 60 iglesias fueron atacadas y mil cristianos murieron, pero no todos en ataques selectivos, según el patriarca caldeo. En octubre de 2010, 44 fieles y dos sacerdotes murieron en un atentado reivindicado por Al Qaida contra la catedral siriaca católica.