Las lesiones marcan tendencia en la NBA los últimos años

Miami, Marca
Paul George es la última víctima de una plaga de lesiones de gravedad que viene afectando con virulencia a la NBA en los últimos años. Un buen número de estrellas de la competición han permanecido convalecientes durante largos periodos de tiempo debido a los problemas físicos.


Yao Ming sufrió habitualmente esta penitencia durante su estancia en Houston Rockets. Las dolencias en sus pies le dieron tantos problemas que acabaron lastrando su carrera NBA, llevándole a la retirada en 2011. Otros hombres altos han aguantado el temporal como buenamente han podido, como un Greg Oden más habituado a la rehabilitación que a la pista o un Blake Griffin que pospuso su debut en la mejor liga del mundo por las malditas rodillas. Aquellas que también mermaron en su día a Brandon Roy, que apuntaba al estrellato en Portland Trail Blazers y se quedó en la amarga incógnita del "¿qué habría pasado si…?".

Cuando hablamos de calvario reciente con las lesiones, es imposible obviar a Derrick Rose y Kobe Bryant. El base de Chicago Bulls ha estado casi dos años inactivo, primero por los ligamentos de la rodilla izquierda y después por el menisco de la derecha . En el caso del escolta de Los Angeles Lakers, es el tendón de Aquiles el que le ha mantenido en el dique seco durante prácticamente una temporada NBA completa. En ambos casos hubo regreso y posterior recaída de nueve y seis partidos de duración respectivamente.

Tampoco se libran del muerto nuestros representantes en la NBA. Pau Gasol ha tenido diversas lesiones durante su periplo estadounidense, destacando una fascitis plantar que le acompaña intermitentemente desde las semifinales del Mundial 2006. Su hermano Marc estuvo de baja dos meses este curso por unas dolencias en la rodilla que mermaron la carrera en USA de Raúl López y que pudieron complicar el concurso de Ricky Rubio hace dos años.

El tobillo fue el culpable de que el idilio entre Toronto Raptors y Jorge Garbajosa se enfriase y también ha dado guerra recientemente a Víctor Claver y José Manuel Calderón. Por otro lado, la espalda acabó con los días de Rudy Fernández en Denver Nuggets y el gemelo de Serge Ibaka protagonizó una milagrosa recuperación durante los pasados Playoffs.

Sin embargo, el precedente más cercano a lo sucedido con Paul George no lo encontramos en la NBA, sino en la universitaria NCAA. El escolta Kevin Ware, de la Universidad de Louisville, se rompió la pierna por la tibia y el peroné cuando su equipo se jugaba el pase a la Final Four de 2013, que acabó ganando. Otro caso parecido al del jugador de Indiana Pacers lo protagonizó Shaun Livingston en 2007. El por entonces jugador de Los Angeles Clippers se destrozó la rodilla izquierda y su carrera en el baloncesto estuvo cerca de acabar. Sin embargo, el base logró regresar 15 meses después a la competición, aunque nunca volvió a ser el mismo.

Está claro que las lesiones contundentes se han puesto de moda en el deporte de la canasta yankee. ¿Acabará la plaga o esto no habrá hecho más que empezar?


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