Iker lleva 14 años sin perder una final a partido único con el Real Madrid
Gales, Marca
Que Iker Casillas tiene un palmarés a la altura de los grandes jugadores de la historia es algo que nadie duda. Tres Champions, cinco Ligas, dos Copas del Rey, dos Intercontinentales, además de un Mundial y dos Eurocopas con España es un currículum que le sitúa en el Olimpo de los más grandes.
Pero lo más importante es que Iker es un experto en ganar finales a partido único. Su carrera deportiva está plagada de momentos inolvidables, unos por sus grandes intervenciones -ante el Leverkusen en la Novena saliendo del banquillo o en la final del Mundial con el mano a mano ante Robben- y otros, por el golpe de fortuna que separa al campeón del subcampeón por un solo minuto, como ocurrió en la última final de la Champions en Lisboa, con el gol de Sergio Ramos en el minuto 93.
En sus estadística individual, Casillas presenta un espectacular porcentaje de títulos conquistados con respecto a las finales disputadas a partido único. Ha jugado nueve y ha ganado siete trofeos. Su idilio con las finales comenzó en París en el año 2000. Un Madrid que se desangró en la Liga alcanzó la final de la Champions ante un Valencia imparable. Iker acababa de cumplir 19 años cuatro días antes y levantaba su primera Copa de Europa.
Jardel y Palermo
Aquel año, Casillas perdería sus dos únicas finales a partido único con el Madrid. Primero, la Supercopa de Europa ante el Galatasaray de Jardel, que se impuso 2-1 a los blancos. Después, en noviembre, otra derrota en la Intercontinental ante el Boca de Palermo por idéntico resultado. Dos varapalos para el joven Iker, que desde entonces no ha vuelto a perder una final vestido de blanco.
Tras dos años sin jugar una final -César sería el portero del Centenariazo- Casillas se convirtió en héroe por accidente al ser el salvador del Madrid en la final de la Novena en Glasgow. Iker salió por un lesionado César y salvó el triunfo del Madrid con dos paradas milagrosas.
En 2002 Casillas conquistaría los títulos perdidos dos años antes. Primero, la Supercopa contra el Feyenoord y luego la Intercontinental frente al Olimpia de Asunción.
Tuvo que esperar Iker nueve años para conquistar ante el Barcelona la considerada mejor Copa del Rey de la historia, título que repetiría la temporada pasada ante el mismo rival.
El colofón de las finales de Iker fue la conquista de La Décima en Lisboa. Casillas nunca olvidará su error en el gol de Godín ni su alegría desbocada en el cabezazo de Ramos.
Que Iker Casillas tiene un palmarés a la altura de los grandes jugadores de la historia es algo que nadie duda. Tres Champions, cinco Ligas, dos Copas del Rey, dos Intercontinentales, además de un Mundial y dos Eurocopas con España es un currículum que le sitúa en el Olimpo de los más grandes.
Pero lo más importante es que Iker es un experto en ganar finales a partido único. Su carrera deportiva está plagada de momentos inolvidables, unos por sus grandes intervenciones -ante el Leverkusen en la Novena saliendo del banquillo o en la final del Mundial con el mano a mano ante Robben- y otros, por el golpe de fortuna que separa al campeón del subcampeón por un solo minuto, como ocurrió en la última final de la Champions en Lisboa, con el gol de Sergio Ramos en el minuto 93.
En sus estadística individual, Casillas presenta un espectacular porcentaje de títulos conquistados con respecto a las finales disputadas a partido único. Ha jugado nueve y ha ganado siete trofeos. Su idilio con las finales comenzó en París en el año 2000. Un Madrid que se desangró en la Liga alcanzó la final de la Champions ante un Valencia imparable. Iker acababa de cumplir 19 años cuatro días antes y levantaba su primera Copa de Europa.
Jardel y Palermo
Aquel año, Casillas perdería sus dos únicas finales a partido único con el Madrid. Primero, la Supercopa de Europa ante el Galatasaray de Jardel, que se impuso 2-1 a los blancos. Después, en noviembre, otra derrota en la Intercontinental ante el Boca de Palermo por idéntico resultado. Dos varapalos para el joven Iker, que desde entonces no ha vuelto a perder una final vestido de blanco.
Tras dos años sin jugar una final -César sería el portero del Centenariazo- Casillas se convirtió en héroe por accidente al ser el salvador del Madrid en la final de la Novena en Glasgow. Iker salió por un lesionado César y salvó el triunfo del Madrid con dos paradas milagrosas.
En 2002 Casillas conquistaría los títulos perdidos dos años antes. Primero, la Supercopa contra el Feyenoord y luego la Intercontinental frente al Olimpia de Asunción.
Tuvo que esperar Iker nueve años para conquistar ante el Barcelona la considerada mejor Copa del Rey de la historia, título que repetiría la temporada pasada ante el mismo rival.
El colofón de las finales de Iker fue la conquista de La Décima en Lisboa. Casillas nunca olvidará su error en el gol de Godín ni su alegría desbocada en el cabezazo de Ramos.