El Real Madrid se queda sin pegada
Madrid, As
No es habitual que el Real Madrid se marche de un estadio sin marcar al menos un gol. Si algo ha caracterizado a los blancos en los últimos tiempos es su enorme capacidad goleadora. Allá donde no se imponía el juego, alcanzaba con la descomunal pegada de Cristiano Ronaldo y sus socios en ataque. Si, además, acompañaba la calidad, el Real Madrid cerraba los partidos con goleadas de escándalo.
El doble enfrentamiento ante el Atlético de Madrid ha mostrado, sin embargo, unos números preocupantes. Un solo gol en 180 minutos y una escasez de ocasiones que contrastan con los datos de pasadas temporadas. En las últimas cuatro campañas, el Real Madrid no ha bajado de los dos goles de media: 2,3 goles por partido en la temporada 2010-2011; 2,8 en la 2011-2012; 2,3 en la 2012-2013 y 2,4 en la pasada campaña. Lejos quedan ya los 3,1 goles de media alcanzados en la histórica Liga de Mourinho, con 100 puntos en el casillero y 121 goles como gran bagaje ofensivo.
Cualquier parecido con lo que ha ofrecido el Real Madrid esta pretemporada es mera coincidencia. El equipo de Ancelotti ha cerrado su periplo veraniego con sólo seis goles en siete partidos.
Con ser eso preocupante, también lo es que la responsabilidad siempre recaiga en los mismos. Entre Cristiano Ronaldo (3 goles), Bale (2 goles) y James (1 gol) se han repartido la tarea. No ha habido noticias de Benzema ni tampoco de los centrocampistas que acompañan en el juego ofensivo. Ni Modric, ni Isco, ni Di María, en circunstancias especialísimas por su futuro, han acompañado.
Achacar esto a la falta de un ‘9’ puro no parece estar en los planteamientos de Ancelotti. El técnico, con una semana por delante para poder fichar, dio por cerrada la plantilla y acabó con cualquier especulación sobre la incorporación de un delantero más. Significaría eso que el técnico italiano entiende que su equipo está ante una sequía circunstancial y que la media goleadora volverá a sus números habituales con el correr de las fechas. De momento, la falta de acierto en el remate le ha costado un título.
No es habitual que el Real Madrid se marche de un estadio sin marcar al menos un gol. Si algo ha caracterizado a los blancos en los últimos tiempos es su enorme capacidad goleadora. Allá donde no se imponía el juego, alcanzaba con la descomunal pegada de Cristiano Ronaldo y sus socios en ataque. Si, además, acompañaba la calidad, el Real Madrid cerraba los partidos con goleadas de escándalo.
El doble enfrentamiento ante el Atlético de Madrid ha mostrado, sin embargo, unos números preocupantes. Un solo gol en 180 minutos y una escasez de ocasiones que contrastan con los datos de pasadas temporadas. En las últimas cuatro campañas, el Real Madrid no ha bajado de los dos goles de media: 2,3 goles por partido en la temporada 2010-2011; 2,8 en la 2011-2012; 2,3 en la 2012-2013 y 2,4 en la pasada campaña. Lejos quedan ya los 3,1 goles de media alcanzados en la histórica Liga de Mourinho, con 100 puntos en el casillero y 121 goles como gran bagaje ofensivo.
Cualquier parecido con lo que ha ofrecido el Real Madrid esta pretemporada es mera coincidencia. El equipo de Ancelotti ha cerrado su periplo veraniego con sólo seis goles en siete partidos.
Con ser eso preocupante, también lo es que la responsabilidad siempre recaiga en los mismos. Entre Cristiano Ronaldo (3 goles), Bale (2 goles) y James (1 gol) se han repartido la tarea. No ha habido noticias de Benzema ni tampoco de los centrocampistas que acompañan en el juego ofensivo. Ni Modric, ni Isco, ni Di María, en circunstancias especialísimas por su futuro, han acompañado.
Achacar esto a la falta de un ‘9’ puro no parece estar en los planteamientos de Ancelotti. El técnico, con una semana por delante para poder fichar, dio por cerrada la plantilla y acabó con cualquier especulación sobre la incorporación de un delantero más. Significaría eso que el técnico italiano entiende que su equipo está ante una sequía circunstancial y que la media goleadora volverá a sus números habituales con el correr de las fechas. De momento, la falta de acierto en el remate le ha costado un título.