El Barcelona invita al optimismo

Barcelona, As
Los aficionados del Barcelona salieron ayer del Camp Nou mucho más satisfechos de lo que entraron. La goleada del Barcelona al León de Guanajuato por 6-0 ofreció motivos para el optimismo. De entrada, Messi volvió a correr y se entendió a la perfección con Neymar en los mejores 45 minutos que han protagonizado juntos desde que coincidieron hace un año; Rakitic se reveló como un jugador que tiene muchos números para ser el favorito del Camp Nou dentro de poco; Rafinha demostró que le sobran espolones para ser titular en este equipo y, por encima de todo, Munir reclamó el foco.


El delantero madrileño marcó dos goles en las dos primeras pelotas que tocó y sigue ganando números para empezar la temporada con el primer equipo. Y eso que hace sólo tres meses jugaba en el juvenil.

La otra gran atracción de la noche, que era Luis Suárez, apenas disputó un cuarto de hora con una incidencia mínima en el juego. Salió cuando el partido ya languidecía en manos de las segundas unidades de uno y otro equipo, pero su presencia fue de las más celebradas por la grada.

Después de diez días basados en la carga de trabajo masiva, las sesiones dobles y la ausencia de partidos, Luis Enrique pudo al fin exponer los argumentos que piensa desarrollar a lo largo de la temporada con los ‘primeras espadas’. Y es que por mucho que el técnico ensayara sus esquemas en los anteriores amistosos, no es lo mismo hacerlo con las estrellas que sin ellas.

Fundamentalmente, la diferencia del Barça respecto a otros partidos estuvo en la enorme calidad de Neymar y Messi, que se complementaron más en una parte que en todo el curso pasado. El argentino, estupendo en la creación y el brasileño, con la portería entre ceja y ceja.

Si a ello le unimos la solidez que destilaron en defensa (poco exigidos, también es verdad) Bartra y Mascherano y el trabajo constante y vertical de Rakitic y Rafinha, los aficionados del Barça tienen motivos para sonreír. El presente, quizás es menos oscuro de lo que imaginaban, y si en el futuro despuntan futbolistas como Munir o Samper, la pretemporada puede darse por buena. Ahora, que empiece lo serio.

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