Cuatro bancos internacionales negocian una solución a la crisis de deuda argentina

Citigroup, Deutsche Bank, HSBC y JP Morgan continuarán dialogando con los 'fondos buitre' el fin de semana, al margen del Gobierno de Fernández

Alejandro Rebossio
Buenos Aires, El País
El Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, los fondos buitre y el juez de Nueva York que falló a favor de ellos, Thomas Griesa, no se ponen de acuerdo. Desde el pasado miércoles Argentina se encuentra en impago de un título de su deuda, según la opinión de calificadoras de riesgo crediticio. Puede que lo que Fernández se niega a calificar como suspensión de pagos dure menos tiempo de lo pensado. Cuatro bancos internacionales, Citigroup, Deutsche Bank, HSBC y JP Morgan, se encuentran en negociaciones avanzadas con los buitres para desactivar la moratoria de Argentina, según fuentes del sector financiero. Las conversaciones continuarán durante el fin de semana, según los informantes.


El impago se originó a partir de que una sentencia definitiva de Griesa que bloqueó el pasado miércoles el pago de deuda reestructurada en 2005 y 2010 hasta tanto Buenos Aires no pague 1.500 millones de dólares a los fondos especulativos y demás acreedores que rechazaron aquella refinanciación con quita y se quedaron con títulos impagos desde la debacle argentina de 2001. El Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner se niega a abonar a los buitres porque sostiene que eso provocaría demandas de los tenedores de deuda reestructurada por 120.000 millones, según una cláusula que vence el 31 de diciembre de 2014. Este pasivo asciende en la actualidad a 40.000 millones. La cláusula ha llevado a que el Ejecutivo aclarase en estos días que se mantenía al margen de las negociaciones de bancos con los fondos buitre, pues teme los eventuales pleitos.

"Si los bancos argentinos quieren poner plata para resolver esto que sea de la suya. Bienvenido sea todo aquel que quiera contribuir. El Gobierno no se opone”, había declarado el pasado jueves el ministro de Economía de Argentina, Axel Kicillof, después del intento frustrado de entidades de su país de comprar el miércoles la deuda a los buitres o depositarles una garantía para congelar la sentencia de Griesa hasta 2015 y evitar entonces un impago del país sudamericano. Lo que buscan ahora los bancos internacionales es desactivar la moratoria iniciada el miércoles. Kicillof explicó que entidades locales como Macro, Galicia o Piano estaban interesadas en el arreglo porque cuentan con una sustancial cantidad de títulos públicos reestructurados: “Si la cotización (de los bonos) cae, pierden patrimonio”.

No se sabe qué es lo que moviliza, en cambio, a los cuatro bancos internacionales que negocian por lo menos desde el jueves con los buitres. Dos de ellos tienen fuerte presencia en Argentina, HSBC y Citigroup, cuyas filiales se encuentran entre los diez bancos más grandes por patrimonio del país sudamericano. Se desconoce cuántos bonos reestructurados tienen, pero un impago puede perjudicar sus negocios. La agencia de riesgo crediticio Fitch le ha rebajado este viernes la nota a diez empresas argentinas porque un día antes había también disminuido la calificación a Buenos Aires a D de default (impago). No por nada uno de los que encabezan las negociaciones es el presidente de la subsidiaria Citibank Argentina, Juan Bruchou.

Analistas también especulan con que los bancos pueden hacer un negocio comprándole la deuda a los buitres con un descuento para después sentarse en enero próximo a resolver con el Gobierno de Fernández la ejecución del fallo. En ese entonces ya no regirá la cláusula que obliga a mejorar la oferta a los que aceptaron las quitas. Expertos añaden que en mayo Repsol cobró con títulos públicos los 5.000 millones de dólares de la indemnización del Estado argentino por la expropiación del 51% de YPF y se los vendió casi todos a JP Morgan, que seguramente habrá liquidado buena parte de ellos en el mercado pero que tal vez aún cargue con algunos en su cartera.

Tampoco está claro si los bancos internacionales negocian con los buitres la adquisición de la deuda o el pago de una garantía. Lo que está más visible es que cualquiera de ambas vías conduciría a que las entidades internacionales pidan al juez Griesa la congelación del fallo hasta 2015, con lo que los acreedores de deuda reestructurada de Argentina podría cobrar lo adeudado desde el miércoles y los vencimientos de lo que resta de 2014.

El Gobierno de Fernández, mientras tanto, sostiene que no ha incurrido en impago porque ha depositado el dinero del título reestructurado en los agentes fiduciarios, The Bank of New York Mellon y JP Morgan, y recuerda que el juez ha sido el que les ha impedido girarlo el miércoles a los acreedores. Además de la agencia Fitch, Standard & Poor’s y la china Dagong han calificado también parte de la deuda argentina con D, mientras que Moody’s considera que el país está en moratoria, pero no le ha bajado la nota a D porque considera que las perdidas en los valores de los títulos podrían ser modestas. Fondos de inversión internacionales no pueden, por reglas internas, mantener en sus carteras bonos D, por lo que deberían deshacerse de los argentinos, con el consiguiente descenso en sus cotizaciones. Pero este viernes por la tarde los activos financieros argentinos han recuperado valor por los rumores de la negociación de los bancos internacionales.

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