ANÁLISIS / Un país en ‘estanflación’

La fusión de los vocablos estancamiento e inflación es una de las palabras del momento en Brasil

Alicia García-Herrero / Enestor Dos Santos, El País
Estanflación, la fusión de los vocablos estancamiento e inflación, es una de las palabras del momento en Brasil. Una búsqueda rápida en Internet permite comprobar su creciente popularidad, incluso entre las autoridades económicas, aunque en su caso sea para afirmar que el término no caracteriza la situación actual del país.


Según la literatura económica, podemos definir estanflación como un episodio en el que confluyen, al mismo tiempo, un crecimiento económico persistente y significativamente por debajo del crecimiento potencial y una inflación al alza y por encima del objetivo del Banco Central.

El crecimiento actual está próximo al 1% interanual, significativamente por debajo del potencial, que estimamos en 2,8%. Y al mismo tiempo, la inflación se mueve al alza desde el inicio del año y está no sólo por encima del objetivo de 4,5% sino también del techo de 6,5% del intervalo de referencia. Por lo tanto, Brasil atraviesa una situación de estanflación.

En un estudio reciente hemos analizado con detenimiento los datos de crecimiento e inflación de las últimas décadas, y hemos constatado que los episodios de estanflación amenazan constantemente la economía brasileña desde el 2012, después de más de 10 años sin problemas simultáneos de bajo crecimiento y elevada inflación. En concreto, identificamos situaciones de estanflación no sólo en el segundo y el tercer trimestre del 2014, sino también entre el tercer trimestre de 2012 y el segundo de 2013. Además, constatamos que el país atravesó seis períodos de estanflación desde el inicio de los años ochenta hasta el 2002. El primero y más largo entre 1982 y 1984, tras el repunte de los precios del petróleo y la crisis de la deuda externa; y el último, entre el final de 2001 y el segundo trimestre de 2002, inmediatamente antes de la primera elección de Lula.

Las situaciones de estanflación están relacionadas generalmente con problemas de oferta que restringen la capacidad de expansión de la actividad y a la vez generan presiones alcistas de los precios. En nuestra opinión, son precisamente los problemas de oferta los que han llevado a la economía brasileña a la situación en la que se encuentra actualmente, aunque la gestión de las políticas macroeconómicas también puede haber contribuido.

Respecto a las limitaciones de oferta de la economía brasileña, cabe destacar la falta de una agenda de reformas económicas, la deficiente infraestructura, los insuficientes progresos en la productividad y el deterioro reciente de la competitividad de la economía, en particular del sector manufacturero. Además, la caída de los términos de intercambio, es decir, del precio de los productos exportados respecto al precio de los importados, ha contribuido a la debilidad de la oferta desde el 2012.

En vísperas de las elecciones presidenciales de octubre, es fundamental que el debate político sobre la economía se extienda a cuestiones estructurales, básicamente de oferta. Sería un retroceso que el debate se restrinja al manejo de las políticas fiscal, monetaria y cambiaria, sobre el cual, infelizmente, hay menos consenso que en el pasado.

Alicia García-Herrero y Enestor Dos Santos son economistas de BBVA Research.

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