Se esperan fuertes cambios en Banco del Vaticano
Ciudad del Vaticano, AP
El Banco del Vaticano se encamina a una nueva ronda de agitación, pues se espera que pronto renuncien su presidente y la junta directiva en momentos en que el papa Francisco sopesa cómo reformar una institución a la que se culpa de algunos de los mayores escándalos en la Santa Sede, dijeron el martes reportes noticiosos y personas familiarizadas con las decisiones.
En esta época el año pasado, los dos gerentes principales del Instituto para las Obras de Religión fueron despedidos después del arresto de un monseñor del Vaticano con millones de euros depositados en el banco en un presunto ardid para contrabandear dinero.
Pronto se halló quién los reemplazara, pero en los próximos días se espera una nueva ronda de renuncias mientras Francisco y sus ocho cardenales asesores se reúnen para decidir el futuro del banco, de acuerdo con reportes noticiosos italianos y dos personas familiarizadas con las decisiones.
El actual presidente del banco, Ernst Von Freyberg, fue nombrado en febrero de 2013 en uno de los últimos actos del papa Benedicto XVI como pontífice. Nunca ha sido recibido en audiencia por Francisco, que fue elegido con la esperanza de que efectuara una reforma financiera y de la burocracia en la Santa Sede.
El semanario italiano L'Espresso reportó la semana pasada que Von Freyberg renunciaría pronto, pues presuntamente tuvo un enfrentamiento con el enlace personal de Francisco con el banco en torno al acceso a la información.
Max Hohenberg, un vocero del banco, no quiso hacer comentarios al respecto el martes, y sólo dijo que la institución trabaja en su informe anual.
Un funcionario familiarizado con las operaciones del banco dijo también que se espera que Von Freyberg presente su renuncia. Otro funcionario del Vaticano indicó que, más allá de la salida de Von Freyberg, se esperan mayores cambios la próxima semana. Ambos solicitaron guardar el anonimato porque carecen de autorización para hablar en público sobre conversaciones internas.
Los períodos de cinco años de la mayoría de los integrantes de la junta directiva, de cinco miembros, expiran a fin de año, un indicio de que también partirán.
La semana próxima, el nuevo ministro de economía del Vaticano, el cardenal George Pell, convocará a su nuevo consejo económico, formado para supervisar y racionalizar las finanzas de la Santa Sede.
Una de las ideas que está siendo analizada para el futuro del banco es restringir sus actividades a una institución dedicada exclusivamente a fungir como depositario del clero, congregaciones religiosas y empleados del Vaticano, y trasladar sus servicios de administración de activos a otra institución.
Eso requeriría una persona con conocimientos distintos al frente, y tal vez implicaría la presencia de un presidente de tiempo completo en lugar del trabajo de medio tiempo que aceptó Von Freyberg, quien también ayuda a supervisar un negocio familiar de construcción de barcos en Alemania.
Se desconoce si Pell aprovechará el vacío de poder creado por la partida de personal de tan alto rango para atraer al Banco del Vaticano —que tradicionalmente ha operado como una institución financiera dentro de la Santa Sede— hacia su nueva órbita financiera.
El Banco del Vaticano se encamina a una nueva ronda de agitación, pues se espera que pronto renuncien su presidente y la junta directiva en momentos en que el papa Francisco sopesa cómo reformar una institución a la que se culpa de algunos de los mayores escándalos en la Santa Sede, dijeron el martes reportes noticiosos y personas familiarizadas con las decisiones.
En esta época el año pasado, los dos gerentes principales del Instituto para las Obras de Religión fueron despedidos después del arresto de un monseñor del Vaticano con millones de euros depositados en el banco en un presunto ardid para contrabandear dinero.
Pronto se halló quién los reemplazara, pero en los próximos días se espera una nueva ronda de renuncias mientras Francisco y sus ocho cardenales asesores se reúnen para decidir el futuro del banco, de acuerdo con reportes noticiosos italianos y dos personas familiarizadas con las decisiones.
El actual presidente del banco, Ernst Von Freyberg, fue nombrado en febrero de 2013 en uno de los últimos actos del papa Benedicto XVI como pontífice. Nunca ha sido recibido en audiencia por Francisco, que fue elegido con la esperanza de que efectuara una reforma financiera y de la burocracia en la Santa Sede.
El semanario italiano L'Espresso reportó la semana pasada que Von Freyberg renunciaría pronto, pues presuntamente tuvo un enfrentamiento con el enlace personal de Francisco con el banco en torno al acceso a la información.
Max Hohenberg, un vocero del banco, no quiso hacer comentarios al respecto el martes, y sólo dijo que la institución trabaja en su informe anual.
Un funcionario familiarizado con las operaciones del banco dijo también que se espera que Von Freyberg presente su renuncia. Otro funcionario del Vaticano indicó que, más allá de la salida de Von Freyberg, se esperan mayores cambios la próxima semana. Ambos solicitaron guardar el anonimato porque carecen de autorización para hablar en público sobre conversaciones internas.
Los períodos de cinco años de la mayoría de los integrantes de la junta directiva, de cinco miembros, expiran a fin de año, un indicio de que también partirán.
La semana próxima, el nuevo ministro de economía del Vaticano, el cardenal George Pell, convocará a su nuevo consejo económico, formado para supervisar y racionalizar las finanzas de la Santa Sede.
Una de las ideas que está siendo analizada para el futuro del banco es restringir sus actividades a una institución dedicada exclusivamente a fungir como depositario del clero, congregaciones religiosas y empleados del Vaticano, y trasladar sus servicios de administración de activos a otra institución.
Eso requeriría una persona con conocimientos distintos al frente, y tal vez implicaría la presencia de un presidente de tiempo completo en lugar del trabajo de medio tiempo que aceptó Von Freyberg, quien también ayuda a supervisar un negocio familiar de construcción de barcos en Alemania.
Se desconoce si Pell aprovechará el vacío de poder creado por la partida de personal de tan alto rango para atraer al Banco del Vaticano —que tradicionalmente ha operado como una institución financiera dentro de la Santa Sede— hacia su nueva órbita financiera.