Riesgo de “catástrofe” en Trípoli por el ataque rebelde a un depósito de petróleo

Las autoridades piden evacuar la zona del aeropuerto donde hay 90 millones de litros de fuel

Javier Casqueiro
Rabat, El País
Somalia, Balcanes, Egipto son los peores modelos de referencia a los que aluden ya los analistas al estudiar la situación actual en Libia. El país mediterráneo está alcanzando estos días los grados más altos de violencia descontrolada tras la caída del dictador Muamar el Gadafi en otoño de 2011 y al caos político y las disputas entre los múltiples grupos armados se ha sumado este lunes un gran riesgo de "catástrofe" al atacar una milicia rebelde con un misil un depósito de petróleo de 6,6 millones de litros situado junto al aeropuerto de la capital. También ha comenzado a arder un segundo contenedor, según el Gobierno libio.


El peligro de una "catástrofe humanitaria y medio ambiental" lo lanzó el portavoz de la Corporación Nacional de Petróleo (NOC), Mohamed al-Hrari, cuando precisó este lunes que el tanque alcanzado en la noche del domingo por un misil está ubicado muy cerca de otras instalaciones de almacenaje de más de 90 millones de litros de petróleo, gas y otros derivados que tiene en la misma zona la compañía estatal Brega. Los bomberos se han afanado durante todo el día en intentar apagar las llamas en esa parte del aeropuerto, que se veían casi desde el centro de Trípoli, situado a unos 10 kilómetros.

La situación en los alrededores del aeropuerto no está nada clara. Algunas fuentes, citadas por varias agencias internacionales, apuntan a que ese fuego sigue en marcha porque los bomberos del aeropuerto han agotado sus existencias de agua y no tendrían más reservas. Otros testigos llegaron a apuntar esta mañana que el primer tanque en llamas estaba ya bajo control. El portavoz de NOC reclamó como emergencia esta tarde el alto el fuego ante el estallido en otro depósito.

Las autoridades, en cualquier caso, habían dado la orden de evacuar toda esa zona y los barrios adyacentes en un entorno de entre tres y cinco kilómetros, que es el área que se estima podría alcanzar la onda expansiva de una gran deflagración. Esos barrios son precisamente los más perjudicados también por la lucha abierta que mantienen desde hace más de 15 días dos milicias armadas sobre el dominio del aeropuerto.

Fue el 13 de julio cuando los guerrilleros islamistas y armados de Misrata lanzaron lo que se conoce como la Operación Fayer (Amanecer) contra las milicias de Zintán, que se han hecho fuertes en esas dependencias casi desde hace tres años cuando cayó Gadafi. Ya se han registrado ahí, en estas dos semanas, más de 100 muertos y 400 heridos.

Las autoridades libias, interinas desde las elecciones generales del 25 de junio, están demandando ayuda a la comunidad internacional para sofocar en primer lugar el fuego en el aeropuerto de Trípoli y, sobre todo, para apaciguar a las milicias e intentar comenzar otro periodo político a partir del 4 de agosto en el nuevo Parlamento. Hay poco optimismo sobre ese calendario.

En Libia, hay 19 diplomáticos españoles, además de dos religiosos y una colonia española de 150 personas

La comunidad internacional, además, está también tomando sus medidas. A la salida hacia Túnez durante el fin de semana de los diplomáticos y personal de la embajada de Estados Unidos, se han unido en las últimas horas los de otras legaciones como Alemania, Holanda, Bélgica, muchos países árabes y hasta Filipinas y Egipto. La retirada de estas dos naciones tiene, además, efectos colaterales. Se calcula que hay unos 3.000 filipinos entre médicos y enfermeras en el ámbito de la salud en Libia. Los egipcios son muchos más, casi un millón y medio, y llegaron huyendo de la guerra en su país.

España y la Unión Europea aún mantienen sus oficinas en Trípoli y a su personal destinado en el país. Gran Bretaña y Francia han recomendado a sus residentes que dejen el país.

El ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel García Margallo, anunció este lunes que el Ministerio de Defensa va a enviar un avión a Libia para evacuar a los españoles que deseen salir del país y a los miembros de la embajada en Trípoli, donde España dejará la representación diplomática "al mínimo". Margallo explicó que España —que forma parte del Grupo 5+5 que agrupa a los países del norte y sur del Mediterráneo— no puede "suprimir del todo" su representación diplomática en Libia y valoró que se deje abierta "al mínimo" es una "señal clara de apoyo y confianza" al nuevo Parlamento. En Libia, hay 19 diplomáticos españoles, además de dos religiosos y una colonia española de 150 personas.

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