Rebeldes toman edifico del gobierno en Ucrania
Donetsk, AP
Tiroteos resonaron el martes en las calles de la mayor ciudad del este de Ucrania y vecinos atemorizados escaparon de los choques en momentos en que la violencia gana intensidad después que el presidente anunció un fin unilateral de cese el fuego.
Las esperanzas de paz en la región parecieron hundirse en momentos que los separatistas siguen luchando para ganar terreno y fuerzas gubernamentales mal entrenadas y desorganizadas no parecían capaces de aplastar la insurgencia.
El débil cese el fuego había dado a los líderes europeos 10 días para buscar una solución pacífica, y la nueva situación hace aumentar las perspectivas de una escalada en un conflicto que ha dejado más de 400 muertos desde abril.
El presidente Petro Poroshenko había declarado unilateralmente un cese el fuego para tratar de persuadir a los rebeldes a deponer las armas y negociar la paz. Algunos de los rebeldes se acogieron al cese del fuego al comenzar negociaciones tentativas, pero ambas partes se acusaron mutuamente de violaciones.
En Moscú, el presidente ruso Vladimir Putin dijo que no habían comenzado conversaciones sustanciales con representantes en el este de Ucrania y que el cese el fuego anunciado por Poroshenko equivalía a un ultimátum para que los rebeldes se desarmaran.
Putin criticó además la amenaza de sanciones de Occidente como chantaje y añadió que Moscú no iba a aceptar "ultimátum ni tonos de mentor".
Agregó que Europa no debe permitir "golpes constitucionales ni interferencia en los asuntos internos de países soberanos" y debe abstenerse de "incitar fuerzas radicales y neonazis" para evitar una desestabilización.
Rusia ha caracterizado la caída en febrero del presidente pro ruso de Ucrania tras masivas protestas populares de un golpe de estado liderado por nacionalistas radicales y neonazis.
En Donetsk, la capital el corazón industrial del oriente de Ucrania, muchas calles estaban desiertas y el ruido de los disparos llenaba el aire. Los rebeldes asediaban el edificio del Ministerio del Interior regional. Luego de una batalla de cinco horas, los rebeldes capturaron el complejo, dejando afuera el cadáver de un policía vestido de civil.
En Kiev, el ministro del Interior dijo que las fuerzas ucranianas había rechazado el ataque pero un periodista de la AP en Donetsk vio que claramente no fue así.
En la ONU, el secretario general Ban Ki-moon condenó fuertemente la "persistente violencia ilegítima" de milicias en el este de Ucrania y llamó a esos grupos a deponer las armas.
Tiroteos resonaron el martes en las calles de la mayor ciudad del este de Ucrania y vecinos atemorizados escaparon de los choques en momentos en que la violencia gana intensidad después que el presidente anunció un fin unilateral de cese el fuego.
Las esperanzas de paz en la región parecieron hundirse en momentos que los separatistas siguen luchando para ganar terreno y fuerzas gubernamentales mal entrenadas y desorganizadas no parecían capaces de aplastar la insurgencia.
El débil cese el fuego había dado a los líderes europeos 10 días para buscar una solución pacífica, y la nueva situación hace aumentar las perspectivas de una escalada en un conflicto que ha dejado más de 400 muertos desde abril.
El presidente Petro Poroshenko había declarado unilateralmente un cese el fuego para tratar de persuadir a los rebeldes a deponer las armas y negociar la paz. Algunos de los rebeldes se acogieron al cese del fuego al comenzar negociaciones tentativas, pero ambas partes se acusaron mutuamente de violaciones.
En Moscú, el presidente ruso Vladimir Putin dijo que no habían comenzado conversaciones sustanciales con representantes en el este de Ucrania y que el cese el fuego anunciado por Poroshenko equivalía a un ultimátum para que los rebeldes se desarmaran.
Putin criticó además la amenaza de sanciones de Occidente como chantaje y añadió que Moscú no iba a aceptar "ultimátum ni tonos de mentor".
Agregó que Europa no debe permitir "golpes constitucionales ni interferencia en los asuntos internos de países soberanos" y debe abstenerse de "incitar fuerzas radicales y neonazis" para evitar una desestabilización.
Rusia ha caracterizado la caída en febrero del presidente pro ruso de Ucrania tras masivas protestas populares de un golpe de estado liderado por nacionalistas radicales y neonazis.
En Donetsk, la capital el corazón industrial del oriente de Ucrania, muchas calles estaban desiertas y el ruido de los disparos llenaba el aire. Los rebeldes asediaban el edificio del Ministerio del Interior regional. Luego de una batalla de cinco horas, los rebeldes capturaron el complejo, dejando afuera el cadáver de un policía vestido de civil.
En Kiev, el ministro del Interior dijo que las fuerzas ucranianas había rechazado el ataque pero un periodista de la AP en Donetsk vio que claramente no fue así.
En la ONU, el secretario general Ban Ki-moon condenó fuertemente la "persistente violencia ilegítima" de milicias en el este de Ucrania y llamó a esos grupos a deponer las armas.