Presidente ucraniano reorganiza liderazgo militar

Kiev, AP
El presidente ucraniano Petro Poroshenko reorganizó el jueves sus vacilantes fuerzas armadas, nombrando a un nuevo ministro de Defensa y a un alto general, y habló con gran enfado sobre los años de decadencia y corrupción que dejó al ejército incapaz de enfrentar con efectividad a la bien armada insurgencia del este del país.


Su duro tono, dijeron analistas, refleja la presión pública para que continúe combatiendo contra los insurgentes en las regiones fronterizas con Rusia, aun con unas fuerzas militares raquíticas que han tenido poco éxito.

Durante un discurso, en ocasiones colérico, en el Parlamento, Poroshenko denunció el "completo colapso" de la capacidad del gobierno para abastecer a las fuerzas armadas.

El presidente obtuvo una rápida aprobación a su designación de Valery Heletey —ex director de la policía— al cargo de ministro de Defensa en sustitución de Mijailo Koval. Además designó al teniente general Víctor Muzhenko como comandante general de las fuerzas armadas, y a Yuri Kosiuk, un magnate del sector agrícola y uno de los hombres más ricos de Ucrania, para que supervise asuntos de defensa en el gobierno presidencial y para que ayude a "purgar el ejército de ladrones y corruptos". Son frecuentes las acusaciones de corrupción en momentos en que continúa la operación de Kiev contra los rebeldes.

"Hoy comienza de cero la renovación de las fuerzas armadas, un ejército que sea capaz de combatir y ganar", dijo Poroshenko en el Parlamento.

La reestructuración emprendida por Poroshenko subraya la tarea compleja que enfrenta de abrir las puertas a un acuerdo de paz y al mismo tiempo suprimir la insurgencia que amenaza con destrozar al país o crear una tierra de nadie fuera del control del gobierno.

Otras presiones provienen del exterior: Ucrania y Occidente dicen que Rusia está ayudando a los rebeldes y permitiendo que sus ciudadanos combatan al otro lado de la frontera, mientras que aliados importantes como Francia y Alemania están presionando a Poroshenko para que busque negociaciones de paz.

Las enérgicas palabras del presidente y su conducta contrastaron con su énfasis en iniciar un proceso de paz, manifestado en su discurso de toma de posesión el 7 de junio. Declaró una tregua unilateral por 10 días con la esperanza de que los rebeldes entregaran sus armas y se unieran a negociaciones. Pero el alto al fuego fue violado frecuentemente y terminó. Ministros de Relaciones Exteriores de Ucrania, Rusia, Alemania y Francia están presionando para reactivar las negociaciones para el sábado, con la intención de lograr un cese de hostilidades que sea respetado por ambas partes.

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