Hallados en Malí los restos del avión perdido con 116 personas a bordo

El presidente François Hollande: "Todo hace pensar que se ha estrellado"
Los seis tripulantes de la aeronave, con 110 pasajeros, son españoles

Javier Casqueiro / Reuters
Rabat / Dakar
Los restos del vuelo de Air Algérie que transportaba a 116 personas, seis de ellos tripulantes españoles, y que desapareció el jueves han sido hallados al sur de la ciudad de Gao, en Malí, cerca de la frontera con Burkina Faso, según han informado esta madrugada fuentes oficiales malienses. Francia, Argelia, Níger y Malí. han participado en la búsqueda del avión. Poco después de despegar (entre media hora y una hora), el vuelo AH5017, procedente de Uagadugú (Burkina Faso) y con destino a Argel desapareció de los radares y perdió el contacto con las autoridades de aviación civil argelinas.


El coordinador del gabinete de crisis creado por el Gobierno de Uagadugú, Gilbert Diendéré, confirmó anoche que sus soldados encontraron restos del aparato en un área semidesierta, a unos 90 kilómetros al sur de Gao, en la región de Gossi. “No había supervivientes. Alguien vio la caída y nos avisó, así que mandamos una misión, pero no pudimos examinarlo bien porque ya era de noche”, aseguró, citado por la prensa internacional. El militar señaló que hoy empezará la investigación y atribuyó las causas del siniestro a las malas condiciones meteorológicas.
La televisión estatal maliense confirmó anoche el hallazgo y aseguró que el presidente Ibrahim Bubacar Keita tenía la intención de visitar hoy la zona. Francia, que tiene 51 nacionales entre los pasajeros y que mandó aviones militares para localizar el vuelo, no confirmó esta información.

La desaparición del aparato, un MD-83 propiedad de la empresa española Swiftair pero operado por Air Algérie, está llena de puntos oscuros en una semana de gran sensibilidad en todo lo concerniente a incidentes en vuelos después del derribo de un avión en Ucrania y el accidente de otro en Taiwán.

El vuelo despegó de la capital de Burkina Faso sobre las 01.17 GMT (dos horas más en la España peninsular) y debía llegar a Argel a las 05.11 (07.11 hora española). Lo último que se detectó en los radares, cuando sobrevolaba el Sáhara de Malí, aún a 500 kilómetros de la frontera con Argelia, fue un imprevisto cambio de rumbo sobre el itinerario previsto. La televisión estatal maliense, citando fuentes oficiales, ha asegurado esta madrugada que los restos del aparato han sido localizados al sur de de Gao y que el presidente Ibrahim Bubacar Keita tiene previsto visitar el viernes la zona.

A falta de explicación oficial, de Air Algérie, de las autoridades argelinas o de la compañía española, esa modificación de la ruta ha llevado a varios expertos a considerar la hipótesis del imprevisto meteorológico. Según esta teoría, la nave no habría podido soportar alguna fuerte inclemencia meteorológica o las perturbaciones causadas por lo que los veteranos pilotos de la zona conocen como el FIT (Frente Inter Tropical). No se sabe si eso habría obligado a un aterrizaje forzoso o provocado el accidente.

La otra hipótesis más citada —sin que se aporte ninguna prueba— es que el MD-83 sufriera algún ataque con un misil o una bomba colocada en su interior. Algunos analistas desmontan de cuajo esta tesis argumentando que un avión en pleno vuelo y a velocidad de crucero es muy difícil de alcanzar desde tierra con un misil portátil como los que suelen utilizar las guerrillas. Por su parte, las autoridades de Burkina Faso se apresuraron a demostrar que el aeropuerto de su capital cuenta desde hace tiempo con detectores de explosivos y que, por lo tanto, ninguna bomba había podido pasar al interior de la nave.

Lo que no es una especulación es que la zona donde se perdió el vuelo es famosa por sus múltiples problemas. Aviones militares de Francia, que aporta 50 pasajeros y parece haberse puesto en la posición más pesimista, buscan indicios del aparato en el norte de Malí, entre Gao y Kidal, a 500 kilómetros al sur de la frontera con Argelia, en una región desértica en la que las fuerzas militares francesas protagonizaron en 2013 una intervención contra las milicias islamistas del Movimiento por la Unidad del África del Oeste (Mujao).

El tipo de aparato, un MD-83, fabricado en 1996, es considerado por algunos expertos demasiado viejo y más frágil que un Boeing 727 a la hora de enfrentarse a las turbulencias que generan los choques de las masas de aire tropical continental, caliente y seco, contra el aire tropical marítimo, fresco y húmedo, que los más veteranos localizan en ese cruce aéreo del desierto.

Las autoridades argelinas tardaron en aportar datos fiables del pasaje, ni siquiera del reparto por nacionalidades. Finalmente se supo que dentro de la nave viajaban 51 franceses, 24 nacionales de Burkina Faso, 8 libaneses, 6 argelinos, 5 canadienses, 4 alemanes, 2 luxemburgueses y al menos un pasajero de Nigeria, Egipto, Suiza, Ucrania, Rumanía, Malí, Bélgica y Camerún. Se informó de que había tres ocupantes sin identificar. Y toda la tripulación, los dos pilotos y los cuatro asistentes de cabina, son españoles.

Las escenas de dolor se reprodujeron en distintos continentes. En Argelia el Gobierno montó sobre la marcha una célula de crisis y el ministro se desplazó hasta el aeropuerto de la capital, donde atendió a algunos familiares. El Gobierno francés de François Hollande también se movilizó, y el presidente compareció finalmente ante la magnitud de la tragedia para demostrar que seguía el suceso directamente.

En España el Ministerio de Fomento español también ha activado un gabinete de crisis, mientras Navegación Aérea y Aviación Civil se han puesto en contacto con las autoridades de Burkina Faso, Malí y Argelia para recabar información. El Ministerio de Exteriores también tiene alertadas a sus embajadas en África.

En Argelia algunos medios identificaron al comandante de vuelo local Lotfi Debaili, muy popular y conocido por ser el hijo de un veterano líder político del Frente de Fuerzas Socialistas, como uno de los pasajeros del vuelo.

Ahora, según la normativa, aérea, se lanzará una investigación que debería dirigir el país donde cayó el avión: Malí. Si no se sintiese con capacidad suficiente para afrontarla podría delegarla en otra autoridad.

Sepla: "La responsabilidad final es siempre del operador"

Swiftair rentaba el aparato a Air Algérie dentro de una modalidad el contrato que se conoce como wet lease y que implica el alquiler del avión, de la tripulación y, generalmente, del seguro del vuelo, aunque éste es un extremo que sólo pueden confirmar las empresas implicadas.

Eduardo Cadenas, director de relaciones institucionales del Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas (Sepla), explica que las responsabilidades civiles deberán determinarse tras conocer los términos del contrato entre Swiftair y Air Algérie. "La responsabilidad final es siempre del operador", subraya Cadenas: "Otra cosa es que en el contrato elementos como el mantenimiento pudiera estar en manos de uno, de otro o incluso de un tercero. Dependiendo del contrato, las responsabilidades serán compartidas o se derivarán a uno u otro según las condiciones".

El encargado de investigar un suceso de estas características, usualmente, es el país en cuyo territorio se produce el accidente o la desaparición. Swiftair es una pequeña compañía con 30 aviones de medio o bajo tonelaje a su cargo. La mayoría de su flota es carguera. Según el Sepla, también opera regularmente para compañías como Air Europa y Air Algèrie, o para organizaciones como la OTAN.

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