El Mineirazo tendrá sitio en el Museo del Fútbol de Sao Paulo

Está en Sao Paulo y es el único museo en todo el mundo sobre historia futbolística. El famoso Maracanazo está destacado y ya tiene una sala, la más oscura, para recordarlo.

Sao Paulo, As
Una sala oscura, la más oscura de cuantas hay, sirve de espacio en el Museo del Fútbol de Sao Paulo para explicar lo que fue el Maracanazo de 1950. Nada está sujeto a la improvisación. Unas telas negras cuelgan de la puerta que da acceso al lugar, como si para recordar la historia más funesta del fútbol brasileño fuera necesario entrar en una especie de agujero negro.


Dentro, una pantalla gigante repite sin cesar imágenes antiguas y testimonios de tan señalado día. No hay sonido. No hay comentarios entre los visitantes. Es como un lugar de duelo. Y no será el único, a partir de ahora. El Mineirazo, la inolvidable goleada (1-7) que Alemania endosó a Brasil en el estadio Mineirao de Belo Horizonte, la noche más trágica del fútbol brasileño junto a aquella de Maracaná en 1950, también tendrá su espacio a partir de ahora en el museo. Ya no bastará con una sala de la vergüenza; serán dos. Lo impensable.

El museo abrió sus puertas en 2008 en los bajos del estadio Paulo Machado de Carvalho, más conocido como Pacaembú. El recinto fue sede del Mundial del 50 y guardaba en sus vetustas oficinas reliquias de lo que fue el pasado del fútbol brasileño y mundial. Por este motivo la Prefeitura de Sao Paulo decidió ordenar todas ellas y construir bajo las gradas un museo de 6.900 metros cuadrados. Así, se convirtió en el primero del mundo íntegramente dedicado al fútbol y a su historia.

Auge. La entrada cuesta 6 reales (2 euros) y la visita dura una hora. La llegada de turistas al museo se ha disparado un 200% con motivo del Mundial, según sus trabajadores. Pese a estar ya en la última semana de competición aún es posible ver a costarricenses, mexicanos, colombianos, holandeses y alemanes, entre otros. La exposición actual se centra en los Mundiales y es posible ver la antigua Copa del Mundo, la Jules Rimet, y también balones y camisetas originales con los que se jugaron anteriores citas mundialistas.

Cada Mundial reúne imágenes y recuerdos concretos. El de 2010, el conquistado por España, es el último en aparecer, pequeño, menos destacado que otros, con apenas la foto de los campeones levantando el trofeo. Entre vídeos de homenaje a Pelé y Ronaldo o botas originales con las que jugaron Garrincha y Romario se llega al final de un museo que a partir de ahora tendrá que hacerle hueco a otro momento único en la historia de este deporte: el día en que Alemania eliminó del Mundial a Brasil metiéndole siete goles como local. Un recuerdo imborrable. Un partido para siempre.

Hay imágenes para retratarlo

Los medios audiovisuales con los que cuenta este Mundial hace que sea posible recolectar fotos y vídeos sobre el Mineirazo que serán los que utilice el Museo para recordar el 1-7. Las imágenes tienen un gran impacto.

Las visitas han subido un 200%

El Mundial ha servido de gancho para que muchos aficionados hayan aprovechado para visitar el Museo del Fútbol en Sao Paulo. Según cifras ofrecidas por el recinto, se habría aumentado en un 200% el número de visitantes habitual.

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