Descubren la verdadera cara de una caritativa anciana mexicana: esclavizó niños durante 60 años
México, Infobae
Engañando a todos durante 60 años, “abrió su corazón” supuestamente para sacar a los niños de la calle, pero en realidad lo hacia para explotarlos.
La tortura se complementaba con constantes abusos sexuales.
El 10 de mayo de 2011, “El sol de Zamora”, cuando nadie se había preocupado por averiguar qué era lo que sucedía en la casa infantil que ella dirigía, la describió de la siguiente forma:
“Son ya seis décadas y media de una vocación y apostolado de vida, surgido de la sensibilidad de una gran mujer que abrió su corazón y mente para atender una problemática social. Una mujer con un corazón tan grande como su voluntad, que creó con amor, generosidad y disciplina, una obra de trascendencia internacional: La Gran Familia de Mamá Rosa, ‘La Jefa’”.
Pero la verdad era que los obligaba a pedir limosna todos los días, dormir en el suelo entre ratas y chinches, los alimentaba con comida podrida y la tortura se complementaba con constantes abusos sexuales a los que eran sometidos estos niños.
Esta mujer no solo era reconocida, también las autoridades políticas la condecoraron por su “obra”.
En Youtube aparece un video hecho en su honor, el cual la presenta como “una mujer que ha dedicado su vida a dar cariño, amor y cobijo a niños, jóvenes y adultos”.
Desde 1947, Rosa del Carmen Verduzco Verduzco, cuando tenía 12 años, ya se aprovechaba de los niños que estaban en situación de calle. Al poco tiempo, hizo un albergue que se llamaba “La Casa hogar”, pero que en la década de los 60 comenzó a llamarse “La Gran Familia de Mamá Rosa”.
Se constituyó en 1973 como una asociación civil, para la supuesta adaptación socia y personal de los niños de la calle.
En los años 80, comenzaron las denuncias en contra las violaciones de los derechos humanos perpetrados por Verduzco. Sin embargo, no prosperaron por los fuertes vínculos que esta mujer tenía con la prensa y la política local.
Pero no todos los periodistas se prestaron para encubrirla. Nubia Maya y María de la Luz González publicaron un informe sobre Verduzco y su hogar en el 2010. “Es, en realidad, un centro de detención para menores, quienes una vez ingresados no pueden abandonar las instalaciones sino al cumplir la mayoría de edad, aunque sean los propios padres quienes demanden su salida”, aseguraron.
Durante las visitas que le hacían los medios de comunicación y los inspectores que la encubrían, Verduzco solo los dejaba ver algunas áreas del lugar. Mientras que los cuartos en donde dormían los pequeños amontonados en el piso, quedaban muy bien escondidos.
No todos los niños eran huérfanos. Algunos provenían de familias pobres con dificultades para hacerse cargo de ellos y eran enviados a “La Gran Familia” por agentes del municipio.
“Es, en realidad, un centro de detención para menores, quienes una vez ingresados no pueden abandonar las instalaciones”.
Los representantes eran engañados y los hacían firmar papeles en los que entregaban la custodia de los niños a Verduzco. Después, solo podían velos cada cuatro meses y con la presencia de un guardia del hogar, quien se aseguraba de que los niños no contaran lo que realmente sucedía.
Una de las madres, llamada Martha Inés López Ramírez, denunció que su hijo era retenido en el hospicio y que la primera vez que lo vio, después de haberlo dejado ahí, “el niño tenía paperas y una fiebre muy alta”.
“Parecía que estaba dopado, ni siquiera reconoció a su papá. Además estaba golpeado. Nos han dicho que los niños incluso eran violados”, agregó.
La única manera de sacarlos del hogar era pagándole a Verduzco una gran suma de dinero, lo que era prácticamente imposible para la mayoría de las familias que dejaban a los niños en ese lugar. Además, a los padres se les exigía una cuota mensual, para la manutención de los niños, pero que en realidad paraba en los bolsillos de “Mamá Rosa”.
Engañando a todos durante 60 años, “abrió su corazón” supuestamente para sacar a los niños de la calle, pero en realidad lo hacia para explotarlos.
La tortura se complementaba con constantes abusos sexuales.
El 10 de mayo de 2011, “El sol de Zamora”, cuando nadie se había preocupado por averiguar qué era lo que sucedía en la casa infantil que ella dirigía, la describió de la siguiente forma:
“Son ya seis décadas y media de una vocación y apostolado de vida, surgido de la sensibilidad de una gran mujer que abrió su corazón y mente para atender una problemática social. Una mujer con un corazón tan grande como su voluntad, que creó con amor, generosidad y disciplina, una obra de trascendencia internacional: La Gran Familia de Mamá Rosa, ‘La Jefa’”.
Pero la verdad era que los obligaba a pedir limosna todos los días, dormir en el suelo entre ratas y chinches, los alimentaba con comida podrida y la tortura se complementaba con constantes abusos sexuales a los que eran sometidos estos niños.
Esta mujer no solo era reconocida, también las autoridades políticas la condecoraron por su “obra”.
En Youtube aparece un video hecho en su honor, el cual la presenta como “una mujer que ha dedicado su vida a dar cariño, amor y cobijo a niños, jóvenes y adultos”.
Desde 1947, Rosa del Carmen Verduzco Verduzco, cuando tenía 12 años, ya se aprovechaba de los niños que estaban en situación de calle. Al poco tiempo, hizo un albergue que se llamaba “La Casa hogar”, pero que en la década de los 60 comenzó a llamarse “La Gran Familia de Mamá Rosa”.
Se constituyó en 1973 como una asociación civil, para la supuesta adaptación socia y personal de los niños de la calle.
En los años 80, comenzaron las denuncias en contra las violaciones de los derechos humanos perpetrados por Verduzco. Sin embargo, no prosperaron por los fuertes vínculos que esta mujer tenía con la prensa y la política local.
Pero no todos los periodistas se prestaron para encubrirla. Nubia Maya y María de la Luz González publicaron un informe sobre Verduzco y su hogar en el 2010. “Es, en realidad, un centro de detención para menores, quienes una vez ingresados no pueden abandonar las instalaciones sino al cumplir la mayoría de edad, aunque sean los propios padres quienes demanden su salida”, aseguraron.
Durante las visitas que le hacían los medios de comunicación y los inspectores que la encubrían, Verduzco solo los dejaba ver algunas áreas del lugar. Mientras que los cuartos en donde dormían los pequeños amontonados en el piso, quedaban muy bien escondidos.
No todos los niños eran huérfanos. Algunos provenían de familias pobres con dificultades para hacerse cargo de ellos y eran enviados a “La Gran Familia” por agentes del municipio.
“Es, en realidad, un centro de detención para menores, quienes una vez ingresados no pueden abandonar las instalaciones”.
Los representantes eran engañados y los hacían firmar papeles en los que entregaban la custodia de los niños a Verduzco. Después, solo podían velos cada cuatro meses y con la presencia de un guardia del hogar, quien se aseguraba de que los niños no contaran lo que realmente sucedía.
Una de las madres, llamada Martha Inés López Ramírez, denunció que su hijo era retenido en el hospicio y que la primera vez que lo vio, después de haberlo dejado ahí, “el niño tenía paperas y una fiebre muy alta”.
“Parecía que estaba dopado, ni siquiera reconoció a su papá. Además estaba golpeado. Nos han dicho que los niños incluso eran violados”, agregó.
La única manera de sacarlos del hogar era pagándole a Verduzco una gran suma de dinero, lo que era prácticamente imposible para la mayoría de las familias que dejaban a los niños en ese lugar. Además, a los padres se les exigía una cuota mensual, para la manutención de los niños, pero que en realidad paraba en los bolsillos de “Mamá Rosa”.