Brasil no se rinde

Río de Janeiro, As
Todo Brasil llora la lesión de lumbares de Neymar al tiempo que lamenta la absurda tarjeta amarilla que vio Thiago Silva ante Chile y que le deja fuera de las semifinales del martes ante Alemania.


A cambio de eso, Scolari tratará, como siempre, de sacar el mayor partido de la situación, por muy dramática que esta sea. Ante Colombia logró que sus jugadores se sacaran la presión que habían exhibido en partidos anteriores, especialmente en el inaugural ante Croacia y ante Chile en octavos y los brasileños salieron a morder desde el primer minuto de juego. Ahora, habiendo alcanzado las semifinales, el discurso de Brasil va a ser el de traspasar toda la presión a Alemania. Brasil no se rinde.

Para el técnico brasileño, los suyos han cumplido con creces lo que se esperaba de ellos y ahora hace falta esa unión que tanto predica Scolari para llegar a la final. El grupo tiene que unirse más que nunca en busca de un objetivo complicado ante un rival temible, pero el miedo al golpe de una eliminación ante un equipo inferior ha quedado definitivamente atrás. Ahora hay que ir a la heroica y en ese terreno, Scolari se desenvuelve como nadie.

La sensación ayer en Brasil era de inmensa alegría por haber alcanzado las semifinales acompañado de un convencimiento de que este equipo es capaz de ganar a Alemania a pesar de las dos bajas fundamentales que tendrán porque es un conjunto que sabe sufrir.

A partir de ahora ya nadie les va a exigir, ni insinuar siquiera, que regresen al fútbl de toque, a la esencia más pura del juego brasileño. Ahora, Brasil está en una economía de guerra y de lo que se trata es de salir adelante como sea.

Scolari planteará un partido de resistencia ante Alemania y nadie le podrá reprochar nada. ¿Cómo hacerlo? si en el duelo decisivo del martes Brasil jugará sin su máxima estrella ni su capitán.

La táctica Scolari es clara: Pasarle toda la presión y el favoritismo a Alemania, un equipo que no se le da nada mal a los brasileños en las grandes competiciones a pesar de que, antes de jugarse las semifinales, los brasileños preferían enfrentarse a Francia en la antesala de la final a pesar de que los galos, tradicionalmente les han puesto en más apuros en la Copa.

Brasil partió ayer en vuelo charter hacia Río de Janeiro y hoy tiene previsto encerrarse en Teresópolis para preparar el duelo contra Alemania. Antes de subirse al avión, los jugadores se comprometieron en una conjura que tiene por objetivo dedicarle el triunfo en la Copa a Neymar.

Por su parte, Thiago Silva se comprometía a “ayudar al equipo en todo lo posible. Soy el capitán y estaré a la altura que exigen las circunstancia, ayudaré desde fuera para mentalizar a mis compañeros de que es posible la gesta”.

Alemania tendrá en frente el martes a un equipo herido y peligroso.

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