Ucrania se enreda en el este a la espera del gas ruso
El país inicia una semana de contactos diplomáticos claves lastrada por sus operaciones bélicas
Slaviansk vive bajo ataques intermitentes, mientras el Gobierno autoproclamado de la vecina Donetsk intenta mantener la calma en la ciudad sitiada. La situación continúa enquistada en el este de Ucrania, donde las fuerzas prorrusas resisten en sus posiciones la gran operación anunciada a principios de la semana por el nuevo presidente del país, Peter Poroshenko, para terminar con la contestación a la autoridad del Gobierno central.
En Slaviansk, a pesar de que el Ejército ucranio no ha lanzado ninguna nueva gran ofensiva después de los ataques para penalizar la muerte de 12 de sus hombres el viernes, los helicópteros sobrevuelan la ciudad y se repiten las escaramuzas. Los rebeldes aseguran a la agencia rusa Interfax que las fuerzas de Kiev están ametrallando esporádicamente zonas residenciales. Las noticias sobre familias enteras que intentan abandonar la localidad se multiplican, sin que se pueda comprobar su fiabilidad. En Dnipropetrovsk, la capital de la provincia vecina a la prorrusa Donetsk, los servicios de acogida de refugiados aseguran que el flujo de recién llegados provenientes de Slaviank no ha aumentado: sigue siendo un goteo constante, pero reducido. Las fuerzas ucranias argumentan que la razón es que los prorrusos no dejan a nadie abandonar la zona. Los prorrusos contestan que la población se está refugiando en sótanos de los ataques de la artillería de Kiev, pero que no quiere abandonar su ciudad.
En la ciudad de Donetsk (capital de la provincia con el mismo nombre) las fuerzas prorrusas llegadas estos días de Chechenia han impuesto su ley, dotando de un halo de profesionalidad a la defensa de la ciudad. A base de excavadoras han limpiado las calles de las barricadas que improvisaron los primeros rebeldes; también han detenido a algunos de estos milicianos, acusados de saquear supermercados. La prensa internacional presente en la ciudad ha inventariado los desperfectos en comercios, especialmente supermercados en los que algunos locales han entrado para aprovisionarse gratuitamente después de que fueran destripados por hombres armados.
Informaciones del diario The Guardian aseguran que estos militares chechenos, algunos miembros del Batallón Vostok, vienen entrando libremente por la frontera entre Ucrania y Rusia desde abril. A pie, asegurando que venían a visitar a familiares, los milicianos (sin ninguna adscripción formal al Ejército ruso) se han infiltrado en el este del país. En el sangriento ataque al aeropuerto internacional de Donetsk murieron al menos 33 de esos ciudadanos rusos. El sábado los rebeldes volvieron a atacar por dos veces esta misma posición estratégica, sin resultados, aseguran las fuentes oficiales ucranias.
Estados Unidos ha protestado oficialmente por esta implicación rusa en el conflicto, a lo que Moscú responde que ya ha retirado las dos terceras partes de las tropas que tenía acumuladas como prevención en la frontera con Ucrania. El Gobierno de Putin también ha exigido a Poroshenko que cese los ataques contra su propia población.
La semana próxima se presenta como decisiva para la viabilidad diplomática del conflicto. La empresa rusa Gazprom amenazó a principios de mayo con cortar el gas a Kiev este próximo martes si no abonaba su deuda. Mañana están previstas negociaciones trascendentales sobre el elevado precio al que Rusia quiere vender su gas, principal punto de desacuerdo. El papel de la Unión Europea en las negociaciones se espera que sea importante, siendo como es una perjudicada subsidiaria de este bloqueo energético.
Analistas del banco público rusa VTB han declarado a France Presse que se espera que Gazprom reduzca los precios a 350 dólares (unos 256 euros) por cada mil metros cúbicos de combustible respecto a los 485 actuales. Kiev anunció el viernes durante una ronda de negociación con la empresa gasística que estaba dispuesto a pagar 786 millones de dólares de los 3.500 que debe, pero los rusos han avisado que no se sentarán a negociar hasta que ese dinero no les llegue.
En el plano diplomático también destaca la reunión entre Poroshenko y varios líderes internacionales como parte de su ronda de presentación tras ser elegido el 25 de mayo. El miércoles está previsto un encuentro con el presidente estadounidense, Barack Obama. Esta semana los dos presidentes asistirán también a la conmemoración del desembarco de Normandía, actos en los que ya ha confirmado su presencia Vládimir Putin. Si Poroshenko y Putin se reunirán es un misterio total.