Scolari no samba
Página 12
Por primera vez desde que empezó el Mundial, el seleccionador brasileño Luiz Felipe Scolari está enfadado. Y su enojo tiene una explicación: los dos primeros partidos de Brasil dejaron en evidencia que la seleçao sencillamente no funciona.
La molestia de “Felipao” se hizo notoria después del empate sin tantos con México, cuando volvió a pelearse con la prensa de su país, con la que mantenía desde hace casi dos años una especie de tregua, pero que pasó a adoptar un tono cada vez más crítico hacia el equipo.
Si tras el partido inaugural con Croacia los analistas atribuyeron la actuación apagada de Brasil a la tensión del debut, después del choque con México la indulgencia desapareció.
Para el comentarista Paulo Vinicius Coelho, del diario Folha de S. Paulo, el Brasil que se vio en la Arena Castelao de Fortaleza fue un “show de horrores”. “Los problemas son más graves de lo que parecían ser ante Croacia. Los (jugadores) más talentosos no se acercan unos a los otros y faltan opciones de pase”, afirmó.
Según Coelho, estos baches reflejan fallas en la misma preparación del equipo que comanda Scolari: “Es fundamental (trabajar) más de lo que se ha trabajado (en el ‘bunker’ de Brasil) en Teresópolis para reordenar el equipo desde el punto de vista táctico”.
Las mediocres actuaciones en el inicio del Mundial también multiplicaron las críticas de la prensa a los jugadores elegidos por Scolari para formar el once titular, en especial al volante Paulinho y al delantero Fred. Y las demandas por cambios en la formación de Brasil desataron el martes la primera muestra de ira por parte de Scolari.
“Yo pongo en el campo el equipo que creo que debo poner. Si Brasil se clasificará o no, ése es un tema mío. Ustedes (los periodistas) pueden armar todos los equipos que quieran, pero no lograrán cambiar mi forma de pensar”, disparó. Sin embargo, al mismo tiempo dejó en claro que sí sopesa alguna modificación en el once titular de cara al partido del lunes con Camerún, en el que Brasil buscará alcanzar su objetivo de avanzar como primero del Grupo A y evitar un duelo contra el líder del B, que podrían ser Holanda o Chile, ambos ya clasificados.
“El equipo (titular) es éste, con algunas variaciones e ingreso de uno u otro jugador. (Pero) es posible que realice otro cambio para iniciar el partido (del lunes) contra Camerún”, admitió, en la rueda de prensa posterior al partido en la Arena Castelao, de Fortaleza.
Scolari no reveló los cambios que planea para el equipo, pero por primera vez se refirió en tono crítico a uno de sus pupilos: el delantero Hulk, quien no actuó ante México en razón de una molestia muscular, pese a que los exámenes realizados no revelaron ningún tipo de lesión en su muslo izquierdo.
“El estaba en condiciones de jugar, pero opté por poner a Ramires. El volverá a entrenarse normalmente esta semana y, si siente que está mejor –principalmente desde el punto de vista mental, ya que tiene que entender que un dolor mínimo es algo normal– tiene posibilidades de regresar al equipo”, afirmó, en una frase que sonó como advertencia pública al atacante del Zenit de San Petersburgo.
Después del deslucido empate del martes, el día libre de ayer se convirtió en una buena oportunidad para que Scolari reflexione sobre qué es lo que no funciona y cómo hacer para que Brasil vuelva a parecerse a Brasil.
Por primera vez desde que empezó el Mundial, el seleccionador brasileño Luiz Felipe Scolari está enfadado. Y su enojo tiene una explicación: los dos primeros partidos de Brasil dejaron en evidencia que la seleçao sencillamente no funciona.
La molestia de “Felipao” se hizo notoria después del empate sin tantos con México, cuando volvió a pelearse con la prensa de su país, con la que mantenía desde hace casi dos años una especie de tregua, pero que pasó a adoptar un tono cada vez más crítico hacia el equipo.
Si tras el partido inaugural con Croacia los analistas atribuyeron la actuación apagada de Brasil a la tensión del debut, después del choque con México la indulgencia desapareció.
Para el comentarista Paulo Vinicius Coelho, del diario Folha de S. Paulo, el Brasil que se vio en la Arena Castelao de Fortaleza fue un “show de horrores”. “Los problemas son más graves de lo que parecían ser ante Croacia. Los (jugadores) más talentosos no se acercan unos a los otros y faltan opciones de pase”, afirmó.
Según Coelho, estos baches reflejan fallas en la misma preparación del equipo que comanda Scolari: “Es fundamental (trabajar) más de lo que se ha trabajado (en el ‘bunker’ de Brasil) en Teresópolis para reordenar el equipo desde el punto de vista táctico”.
Las mediocres actuaciones en el inicio del Mundial también multiplicaron las críticas de la prensa a los jugadores elegidos por Scolari para formar el once titular, en especial al volante Paulinho y al delantero Fred. Y las demandas por cambios en la formación de Brasil desataron el martes la primera muestra de ira por parte de Scolari.
“Yo pongo en el campo el equipo que creo que debo poner. Si Brasil se clasificará o no, ése es un tema mío. Ustedes (los periodistas) pueden armar todos los equipos que quieran, pero no lograrán cambiar mi forma de pensar”, disparó. Sin embargo, al mismo tiempo dejó en claro que sí sopesa alguna modificación en el once titular de cara al partido del lunes con Camerún, en el que Brasil buscará alcanzar su objetivo de avanzar como primero del Grupo A y evitar un duelo contra el líder del B, que podrían ser Holanda o Chile, ambos ya clasificados.
“El equipo (titular) es éste, con algunas variaciones e ingreso de uno u otro jugador. (Pero) es posible que realice otro cambio para iniciar el partido (del lunes) contra Camerún”, admitió, en la rueda de prensa posterior al partido en la Arena Castelao, de Fortaleza.
Scolari no reveló los cambios que planea para el equipo, pero por primera vez se refirió en tono crítico a uno de sus pupilos: el delantero Hulk, quien no actuó ante México en razón de una molestia muscular, pese a que los exámenes realizados no revelaron ningún tipo de lesión en su muslo izquierdo.
“El estaba en condiciones de jugar, pero opté por poner a Ramires. El volverá a entrenarse normalmente esta semana y, si siente que está mejor –principalmente desde el punto de vista mental, ya que tiene que entender que un dolor mínimo es algo normal– tiene posibilidades de regresar al equipo”, afirmó, en una frase que sonó como advertencia pública al atacante del Zenit de San Petersburgo.
Después del deslucido empate del martes, el día libre de ayer se convirtió en una buena oportunidad para que Scolari reflexione sobre qué es lo que no funciona y cómo hacer para que Brasil vuelva a parecerse a Brasil.