Nadal, noveno Roland Garros
Tres horas y 31 minutos de combate salvaje entre el abrumador calor húmedo de la Pista Philippe Chatrier confirmaron a Rafael Nadal como una leyenda del deporte mundial. Al batir a Novak Djokovic por 3-6, 7-5, 6-2 y 6-4, Nadal asegura su número uno mundial al firmar su novena coronación en Roland Garros, quinta consecutiva: estas últimas, dos plusmarcas sin precedentes. Además, con 14 títulos de Grand Slam en su cuenta Rafa iguala a Pete Sampras en el segundo lugar de todos los tiempos, tras Roger Federer, líder absoluto con 17. El margen de Nadal sobre Djokovic, segundo en la Lista de la ATP (12.500 puntos-12.330) tiene mucha pinta de poder acrecentarse en Wimbledon, donde Rafa sólo defiende diez puntos por su derrota en primera ronda de 2013… y Djokovic, 1.200 como finalista.
Con la temperatura ambiente en torno a los 28 grados centígrados y la humedad relativa rondando el 60%. Djokovic ingirió comprimidos de glucosa, se echó sobre la silla en algunos cambios con pinta de derrengado y se mostró agobiado y acuciado desde mediados del segundo set, tras el primer ‘break’ a favor de Nadal: desde ahí, Novak vagó por la Chatrier como un peregrino perdido en un desierto, congestionado y con el rostro encarnado, a punto de estallar… quitándose y poniéndose la gorra. En la seca marisma rojiza del Bosque de Bolonia y en plena batalla de atrición y desgaste, Djokovic perdió varios puntos de frescura y redujo su movilidad en un par de velocidades, rumbo a 49 errores no forzados. Todo, frente a una muralla humana: Rafael Nadal Parera. En el momento decisivo del cuarto set, el español preguntó al árbitro Pascal Maria: "¿Es 5-4, no Pascal?". Y Djokovic cerró el partido con una doble falta, como en la final de 2012 y quizá se despidió así por largo tiempo de su sueño de ganar Roland Garros. Después, el serbio lloró amargamente sobre su cadalso de la Chatrier. Rafa se convertía en el único jugador del mundo que lleva 10 años seguidos al menos ganando un torneo de Grand Slam.
Tras ceder el primer set, Nadal empezó a remontar el partido con ese 'break' del quinto juego de la segunda manga, después de entregar la primera en un solo punto de 'break', con 3-5. Entre los sets segundo y tercero, Nadal endosó a Djokovic un parcial de 5-0 y ganó hasta ocho juegos sobre once. En el séptimo juego del cuarto set, con 4-2 para Nadal, Rafa se acalambró al fallar un smash. "Probablemente no hubiera aguantado si hubiera tenido que jugarse el quinto set", dijo después el propio Nadal.
Las claves estadísticas fueron los 33% escaso de puntos que Djokovic, acuciado y agobiado, ganó con su segundo servicio… enfrentado al tiroteo de las 27 derechas ganadoras de Nadal, con sólo 38 errores no forzados. Nadal lo analizó así sobre la misma Pista Chatrier: “En partidos como este, cada momento es crucial. Jugar contra Novak es un grandísimo reto. Me hace jugar al límite y eso ha generado en los dos últimos años varios partidos de altísimo nivel. Sé que Novak Djokovic ganará algún día este torneo". En la rivalidad Nadal-Djokovic, la más amplia y fiera en la Era Open, la victoria aleja algo más a Rafa, que, tras 42 cruces, domina ahora por 23-19.