Las FARC admiten la autoría del secuestro de la hija de un policía pero aseguran que fue un error
Bogotá, EP
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) han reconocido este lunes la autoría del secuestro de la hija del comandante de Policía del municipio de Padilla, Víctor Adolfo Cantoní, pero han aclarado que se trató de un error de un grupo de guerrilleros.
La insurgencia ha difundido este lunes un comunicado interno enviado el pasado 3 de junio por el Estado Mayor del Bloque Occidental al Secretariado Nacional en relación "al escándalo mediático, policial y político en torno a un presunto secuestro por unidades de las FARC".
"Aquí rechazaríamos, condenaríamos y sancionaríamos ejemplarmente la ejecución de una retención con fines financieros por parte de cualquiera de las unidades bajo nuestro mando, acción que está prohibida por el Secretariado Nacional desde hace más de dos años", dice el Bloque Occidental.
Según la versión de esta poderosa facción de las FARC, el secuestro de la niña, de 10 años de edad, se habría producido cuando guerrilleros del Bloque Occidental intentaron dar "un golpe de mano contra el subintendente Víctor Cantoñí".
"La Inteligencia recogida determinó que el momento indicado para la acción eran las 6.30 (hora local), cuando el suboficial, tras dejar en el colegio a su pequeña hija, se trasladaba solo en un vehículo hacia su trabajo. Con esa idea en la cabeza elaboraron el plan y se propusieron llevarlo a cabo el 29 de mayo. Pero una cosa piensa el burro y otra el que lo está enjalmando", ha explicado.
El Bloque Occidental ha indicado que "el policía, sin duda un hombre valiente, cuando los muchachos, vestidos de civil, intentaron hacerle el pare al vehículo, unos metros adelante del colegio donde se suponía había dejado la menor, se arrojó a tierra, disparando su arma y corriendo en busca de protección".
"Los muchachos, como se dice, quedaron viendo un chispero. Por fortuna, ninguno de ellos fue alcanzado por los disparos. Pero la situación se había vuelto en su contra demasiado rápido. No habían contado con que habría una balacera, ni menos con la rápida reacción de su objetivo", ha relatado.
Así, "en su afán por salir del lugar cuanto antes, abordaron el vehículo abandonado y emprendieron la huida". "En ese momento se dieron cuenta que la hija del suboficial viajaba con ellos, en la parte de atrás. No había tiempo que perder, así que decidieron salir de la población a toda velocidad", han señalado.
"Más adelante, cuando se sintieron seguros, detuvieron el vehículo frente a una vivienda rural y le entregaron la niña al civil que la habitaba", han recordado.
Sin embargo, "lo que todo el mundo interpretó como el secuestro de una menor, puso en movimiento a toda la comunidad". "Incluso a nosotros, que al enterarnos de la noticia, sin saber que se trataba de la hija del subintendente, dispusimos que unidades nuestras cubrieran sitios clave, a fin de conseguir su liberación", ha revelado.
Las FARC han explicado que "hay un hecho que nunca se difundió, y es que en toda la región existe una alerta general ante la presencia de una banda de ladrones de niños, que según se dice, extrae de sus cuerpos sus órganos para la venta".
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) han reconocido este lunes la autoría del secuestro de la hija del comandante de Policía del municipio de Padilla, Víctor Adolfo Cantoní, pero han aclarado que se trató de un error de un grupo de guerrilleros.
La insurgencia ha difundido este lunes un comunicado interno enviado el pasado 3 de junio por el Estado Mayor del Bloque Occidental al Secretariado Nacional en relación "al escándalo mediático, policial y político en torno a un presunto secuestro por unidades de las FARC".
"Aquí rechazaríamos, condenaríamos y sancionaríamos ejemplarmente la ejecución de una retención con fines financieros por parte de cualquiera de las unidades bajo nuestro mando, acción que está prohibida por el Secretariado Nacional desde hace más de dos años", dice el Bloque Occidental.
Según la versión de esta poderosa facción de las FARC, el secuestro de la niña, de 10 años de edad, se habría producido cuando guerrilleros del Bloque Occidental intentaron dar "un golpe de mano contra el subintendente Víctor Cantoñí".
"La Inteligencia recogida determinó que el momento indicado para la acción eran las 6.30 (hora local), cuando el suboficial, tras dejar en el colegio a su pequeña hija, se trasladaba solo en un vehículo hacia su trabajo. Con esa idea en la cabeza elaboraron el plan y se propusieron llevarlo a cabo el 29 de mayo. Pero una cosa piensa el burro y otra el que lo está enjalmando", ha explicado.
El Bloque Occidental ha indicado que "el policía, sin duda un hombre valiente, cuando los muchachos, vestidos de civil, intentaron hacerle el pare al vehículo, unos metros adelante del colegio donde se suponía había dejado la menor, se arrojó a tierra, disparando su arma y corriendo en busca de protección".
"Los muchachos, como se dice, quedaron viendo un chispero. Por fortuna, ninguno de ellos fue alcanzado por los disparos. Pero la situación se había vuelto en su contra demasiado rápido. No habían contado con que habría una balacera, ni menos con la rápida reacción de su objetivo", ha relatado.
Así, "en su afán por salir del lugar cuanto antes, abordaron el vehículo abandonado y emprendieron la huida". "En ese momento se dieron cuenta que la hija del suboficial viajaba con ellos, en la parte de atrás. No había tiempo que perder, así que decidieron salir de la población a toda velocidad", han señalado.
"Más adelante, cuando se sintieron seguros, detuvieron el vehículo frente a una vivienda rural y le entregaron la niña al civil que la habitaba", han recordado.
Sin embargo, "lo que todo el mundo interpretó como el secuestro de una menor, puso en movimiento a toda la comunidad". "Incluso a nosotros, que al enterarnos de la noticia, sin saber que se trataba de la hija del subintendente, dispusimos que unidades nuestras cubrieran sitios clave, a fin de conseguir su liberación", ha revelado.
Las FARC han explicado que "hay un hecho que nunca se difundió, y es que en toda la región existe una alerta general ante la presencia de una banda de ladrones de niños, que según se dice, extrae de sus cuerpos sus órganos para la venta".