Islamistas toman gran urbe de Irak
Bagdad, AP
En un sorprendente asalto que expuso el debilitamiento de la autoridad central de Irak, milicianos inspirados en al-Qaida tomaron gran parte de Mosul el martes, donde se apoderaron de edificios de gobierno, hicieron huir a las fuerzas de seguridad y capturaron vehículos del ejército mientras miles de personas escapaban de la ciudad, la segunda mayor del país.
La ofensiva de los insurgentes, que hacían ondear banderas negras, fue una gran derrota para el primer ministro Nuri al-Maliki, quien trata de mantenerse en el poder, y subrayó la fuerza cada vez mayor del Estado Islámico de Irak y el Levante. El grupo ha avanzado en Irak y Siria, capturando territorios en una campaña creada para crear un enclave de milicianos a ambos lados de la frontera.
No había cifras inmediatas de cuánta gente murió en el ataque, un duro recordatorio de los reveses en Irak desde que las fuerzas estadounidenses dejaron el país en 2011. Anteriormente este año combatientes del Estado Islámico tomaron control de Faluya, y las fuerzas del gobierno no los han podido desalojar.
Mosul es una ciudad mucho más grande y estratégica. La ciudad y la cercana provincia de Nínive, que está a la entrada de la relativamente próspera región kurda de Irak, son una importante ruta de exportación para el petróleo iraquí y una entrada a Siria.
"Esto no es Faluya. No es un lugar que se pueda acordonar y olvidar", dijo Michael Knights, analista de seguridad regional en el Instituto de Washington para Políticas del Medio Oriente. "Es esencial para Irak".
Al-Maliki presionó al Parlamento para declarar un estado de emergencia que le otorgaría mayores poderes, argumentando que el gobierno y la población se deben unir para "enfrentar este ataque feroz, que no excluye a ningún iraquí". Según expertos legales esos poderes especiales podrían incluir toques de queda, la restricción del tránsito y censuras en los medios de comunicación.
La televisión estatal dijo que los legisladores se reunirán el jueves. El presidente del parlamento Osama al-Nujaifi, un suní de Mosul, dijo que la derrota era "un desastre bajo cualquier parámetro".
Retomar Mosul es un gran reto para el primer ministro chií. La ciudad de 1,4 millones tiene una mayoría suní y muchos en la comunidad están bastante disconformes con el gobierno encabezado por los chiís. Durante los casi nueve años de la ocupación estadounidense en el país Mosul fue un gran bastión para al-Qaida. Estados Unidos y las fuerzas iraquíes tuvieron varias ofensivas en el lugar y recuperaron algo del control pero nunca lograron retirar a los insurgentes.
"Será difícil reconstituir las fuerzas para mantener la ciudad", dijo Knights. "No hay muchas fuerzas de sobra en Irak".
El vocero de la Casa Blanca, Josh Earnest deploró lo que calificó como los "despreciables" actos de violencia contra los civiles en Mosul. Dijo que Washington está comprometido con su apoyo a Bagdad pero que también insta al gobierno a emprender medidas para ser más incluyente con todos los iraquís.
El secretario general de la ONU Ban Ki-moon condenó los ataques en Irak en los últimos días en los que "han muerto y han sido heridos numerosos civiles". Pidió a los líderes políticos que "muestren una unidad nacional contra las amenazas que enfrenta Irak, que únicamente pueden ser atendidas siguiendo la Constitución y dentro del proceso político democrático", de acuerdo con el vocero de la ONU Stephane Dujarric.
Un grupo de hombres armados tomó el edificio del gobierno de la provincia de Nínive —un símbolo clave de la autoridad del Estado— el lunes por la noche y el gobernador escapó de la ciudad. Los insurgentes atacaron estaciones de policía, bases militares y prisiones, tomando armas y liberando a presos. Las fuerzas de seguridad se desdibujaron abandonando muchos de sus puestos lo que permitió que los milicianos se apoderaran de muchas armas.
Los rebeldes también tomaron control del aeropuerto de la ciudad y capturaron helicópteros, así como una base aérea a 60 kilómetros (40 millas) al sur de la ciudad, dijo el presidente del parlamento.
Cerca de 500.000 personas han escapado de Mosul, de acuerdo con un vocero de la ONU en Nueva York, quien citó cifras de la Organización Internacional para las Migraciones.
En un sorprendente asalto que expuso el debilitamiento de la autoridad central de Irak, milicianos inspirados en al-Qaida tomaron gran parte de Mosul el martes, donde se apoderaron de edificios de gobierno, hicieron huir a las fuerzas de seguridad y capturaron vehículos del ejército mientras miles de personas escapaban de la ciudad, la segunda mayor del país.
La ofensiva de los insurgentes, que hacían ondear banderas negras, fue una gran derrota para el primer ministro Nuri al-Maliki, quien trata de mantenerse en el poder, y subrayó la fuerza cada vez mayor del Estado Islámico de Irak y el Levante. El grupo ha avanzado en Irak y Siria, capturando territorios en una campaña creada para crear un enclave de milicianos a ambos lados de la frontera.
No había cifras inmediatas de cuánta gente murió en el ataque, un duro recordatorio de los reveses en Irak desde que las fuerzas estadounidenses dejaron el país en 2011. Anteriormente este año combatientes del Estado Islámico tomaron control de Faluya, y las fuerzas del gobierno no los han podido desalojar.
Mosul es una ciudad mucho más grande y estratégica. La ciudad y la cercana provincia de Nínive, que está a la entrada de la relativamente próspera región kurda de Irak, son una importante ruta de exportación para el petróleo iraquí y una entrada a Siria.
"Esto no es Faluya. No es un lugar que se pueda acordonar y olvidar", dijo Michael Knights, analista de seguridad regional en el Instituto de Washington para Políticas del Medio Oriente. "Es esencial para Irak".
Al-Maliki presionó al Parlamento para declarar un estado de emergencia que le otorgaría mayores poderes, argumentando que el gobierno y la población se deben unir para "enfrentar este ataque feroz, que no excluye a ningún iraquí". Según expertos legales esos poderes especiales podrían incluir toques de queda, la restricción del tránsito y censuras en los medios de comunicación.
La televisión estatal dijo que los legisladores se reunirán el jueves. El presidente del parlamento Osama al-Nujaifi, un suní de Mosul, dijo que la derrota era "un desastre bajo cualquier parámetro".
Retomar Mosul es un gran reto para el primer ministro chií. La ciudad de 1,4 millones tiene una mayoría suní y muchos en la comunidad están bastante disconformes con el gobierno encabezado por los chiís. Durante los casi nueve años de la ocupación estadounidense en el país Mosul fue un gran bastión para al-Qaida. Estados Unidos y las fuerzas iraquíes tuvieron varias ofensivas en el lugar y recuperaron algo del control pero nunca lograron retirar a los insurgentes.
"Será difícil reconstituir las fuerzas para mantener la ciudad", dijo Knights. "No hay muchas fuerzas de sobra en Irak".
El vocero de la Casa Blanca, Josh Earnest deploró lo que calificó como los "despreciables" actos de violencia contra los civiles en Mosul. Dijo que Washington está comprometido con su apoyo a Bagdad pero que también insta al gobierno a emprender medidas para ser más incluyente con todos los iraquís.
El secretario general de la ONU Ban Ki-moon condenó los ataques en Irak en los últimos días en los que "han muerto y han sido heridos numerosos civiles". Pidió a los líderes políticos que "muestren una unidad nacional contra las amenazas que enfrenta Irak, que únicamente pueden ser atendidas siguiendo la Constitución y dentro del proceso político democrático", de acuerdo con el vocero de la ONU Stephane Dujarric.
Un grupo de hombres armados tomó el edificio del gobierno de la provincia de Nínive —un símbolo clave de la autoridad del Estado— el lunes por la noche y el gobernador escapó de la ciudad. Los insurgentes atacaron estaciones de policía, bases militares y prisiones, tomando armas y liberando a presos. Las fuerzas de seguridad se desdibujaron abandonando muchos de sus puestos lo que permitió que los milicianos se apoderaran de muchas armas.
Los rebeldes también tomaron control del aeropuerto de la ciudad y capturaron helicópteros, así como una base aérea a 60 kilómetros (40 millas) al sur de la ciudad, dijo el presidente del parlamento.
Cerca de 500.000 personas han escapado de Mosul, de acuerdo con un vocero de la ONU en Nueva York, quien citó cifras de la Organización Internacional para las Migraciones.