Histórica ciudad de Mosul cae en manos de insurgentes, fuerzas iraquíes huyen

Mosul, Reuters
Un grupo escindido de Al Qaeda en Irak tomó control el martes de la ciudad norteña de Mosul, ocasionando la huida de las fuerzas de seguridad en una espectacular muestra de su poder ante el Gobierno de Bagdad liderado por musulmanes chiíes.


La captura de la ciudad de unos dos millones de habitantes por parte del Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIL por sus siglas en inglés), un grupo insurgente suní que realiza una lucha sectaria en la frontera sirio-iraquí, se suma a su influencia sobre localidades del oeste del país.

El avance final de los insurgentes se produjo después de cuatro días de intensos enfrentamientos en Mosul y otras áreas de la provincia aledaña de Nineveh.

Estados Unidos, que retiró sus tropas de Irak hace dos años y medio, prometió ayudar a los líderes iraquíes a "repeler esta agresión", luego de que el Gobierno del primer ministro Nuri al-Maliki solicitó al Parlamento declarar un estado de emergencia.

Pero por el momento la batalla parece haber terminado, dado que la policía entregaba sus armas y uniformes para escapar de la ciudad, donde se izó la bandera negra de ISIL en los edificios del Gobierno.

"Hemos perdido Mosul esta mañana. Fuerzas del Ejército y la policía dejaron sus posiciones y terroristas de ISIL están en control", dijo un coronel del Ejército en el comando local del Ejército. "Es un colapso total para las fuerzas de seguridad", agregó.

Un reportero de Reuters vio los cuerpos de soldados y policías, algunos mutilados, tirados en las calles.

"No podemos vencerlos. No podemos. Ellos están bien entrenados en la lucha callejera y nosotros no. Necesitamos a todo un Ejército para sacarlos de Mosul", dijo un periodista a Reuters.

FAMILIAS ESCAPAN AL NORTE

La caída de Mosul, una ciudad mayormente árabe suní que ha soportado luchas sectarias por años, es un grave revés para los esfuerzos de Bagdad por contener a los militantes suníes que han recuperado terreno e influencia en Irak en el último año.

A comienzos del año, los insurgentes también tomaron Faluya y partes de Ramadi, situada en una zona desértica al oeste de Bagdad.

El control sobre la provincia de Anbar, además de Mosul y sus alrededores en el norte, ayudará a ISIL a consolidar su dominio sobre la frontera con Siria, donde están luchando para derrocar a las fuerzas del presidente Bashar al-Assad, un aliado de la potencia chií Irán.

Miles de familias estaban huyendo hacia el norte de Mosul, una de las grandes ciudades históricas de Oriente Medio, en dirección a la región semiautónoma de Kurdistán, controlada por la comunidad kurda de Irak.

"Mosul es como el infierno. Está en llamas", dijo Amina Ibrahim, mientras dejaba la ciudad con sus hijos pequeños. "Perdí a mi marido en una explosión con una bomba el año pasado, no quiero que mis hijos lo sigan", agregó.

En un comunicado, el Departamento de Estado estadounidense dijo que estaba "sumamente preocupado" y que sus altos funcionarios en Bagdad y en Washington estaban siguiendo de cerca los eventos en coordinación con el Gobierno iraquí y autoridades kurdas.

Añadió que Washington "apoyará una respuesta firme y coordinada".

"Estados Unidos proveerá toda la asistencia apropiada al Gobierno de Irak", indicó, y agregó que la utilización de armas y las actividades de sus combatientes en Siria revelan que "ISIL no representa sólo una amenaza para la estabilidad de Irak sino para toda la región".

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