Chile tropieza de nuevo con Brasil en un Mundial
Belo Horizonte, EFE
Chile cayó hoy en los octavos de final del Mundial frente a Brasil, el rival que, por cuarta vez en la historia, eliminó a la Roja de la fase final de la Copa del Mundo.
Y estuvo más cerca que nunca de conseguirlo. Brasil necesitó la aparición del arquero Julio César en la tanda de penaltis para resolver un duelo que se le atragantó durante 120 minutos.
Chile fue mejor que su rival durante muchos pasajes del partido, especialmente después del gol del empate a uno de Alexis Sánchez y durante la segunda mitad.
Pero la historia fue una mochila demasiado pesada para Chile. Siempre que los sudamericanos han avanzado de la fase de grupos de un Mundial, Brasil ha entrado en escena para derrumbar sus sueños de una tacada.
Ocurrió en la semifinal de la Copa del Mundo de Chile'62. Se repitió la historia en los octavos de Francia'98, de nuevo en los octavos de Sudáfrica 2010 y el último capítulo de este drama tuvo como escenario el estadio Mineirao de Belo Horizonte.
La palabra "orgullo" aparece hoy en boca de la mayoría de los jugadores, que consideran que este equipo ha demostrado ante los ojos del mundo que puede competir de tú a tú contra los poderosos.
Y así ha sido. Dejaron fuera del Mundial a España, el actual campeón, y compitieron de un modo formidable ante Holanda, aunque perdieran.
Este sábado rozaron la gloria con los dedos, pero dejaron escapar una oportunidad de oro para escribir un nuevo capítulo en la historia.
Es muy difícil ganar en la tanda de penaltis a un equipo como Brasil fallando tres lanzamientos. Julio César completó una gran tarde con una aparición estelar en los tiros desde los once metros.
Paró los lanzamientos de Mauricio Pinilla y Alexis Sánchez y contó con la ayuda del palo en el quinto y definitivo tiro de Gonzalo Jara.
Los jugadores de Chile regresarán a su país con la frente en alto. Recibirán homenajes y probablemente visitarán el Palacio de La Moneda, donde serán recibidos por la presidenta Michelle Bachelet.
Pero el disgusto de esta dolorosa eliminación los acompañará durante mucho tiempo.
Chile cayó hoy en los octavos de final del Mundial frente a Brasil, el rival que, por cuarta vez en la historia, eliminó a la Roja de la fase final de la Copa del Mundo.
Y estuvo más cerca que nunca de conseguirlo. Brasil necesitó la aparición del arquero Julio César en la tanda de penaltis para resolver un duelo que se le atragantó durante 120 minutos.
Chile fue mejor que su rival durante muchos pasajes del partido, especialmente después del gol del empate a uno de Alexis Sánchez y durante la segunda mitad.
Pero la historia fue una mochila demasiado pesada para Chile. Siempre que los sudamericanos han avanzado de la fase de grupos de un Mundial, Brasil ha entrado en escena para derrumbar sus sueños de una tacada.
Ocurrió en la semifinal de la Copa del Mundo de Chile'62. Se repitió la historia en los octavos de Francia'98, de nuevo en los octavos de Sudáfrica 2010 y el último capítulo de este drama tuvo como escenario el estadio Mineirao de Belo Horizonte.
La palabra "orgullo" aparece hoy en boca de la mayoría de los jugadores, que consideran que este equipo ha demostrado ante los ojos del mundo que puede competir de tú a tú contra los poderosos.
Y así ha sido. Dejaron fuera del Mundial a España, el actual campeón, y compitieron de un modo formidable ante Holanda, aunque perdieran.
Este sábado rozaron la gloria con los dedos, pero dejaron escapar una oportunidad de oro para escribir un nuevo capítulo en la historia.
Es muy difícil ganar en la tanda de penaltis a un equipo como Brasil fallando tres lanzamientos. Julio César completó una gran tarde con una aparición estelar en los tiros desde los once metros.
Paró los lanzamientos de Mauricio Pinilla y Alexis Sánchez y contó con la ayuda del palo en el quinto y definitivo tiro de Gonzalo Jara.
Los jugadores de Chile regresarán a su país con la frente en alto. Recibirán homenajes y probablemente visitarán el Palacio de La Moneda, donde serán recibidos por la presidenta Michelle Bachelet.
Pero el disgusto de esta dolorosa eliminación los acompañará durante mucho tiempo.