Abortan lanzamiento de nuevo cohete ruso

Moscú, AP
El primer lanzamiento del nuevo cohete espacial de Rusia, después de dos décadas de desarrollo, fue cancelado el viernes momentos antes del despegue, mientras el presidente Vladimir Putin observaba en transmisión directa.


El fallido intento por lanzar el cohete impulsor Angara constituyó el revés más reciente para la industria espacial rusa, que atraviesa dificultades y cuya gloria de la era soviética se ha visto empañada por una sucesión de fracasos de este tipo.

Angara fue construido para reemplazar al Soyuz, el cual fue diseñado hace más de cuatro décadas y que fue el caballo de batalla de la Unión Soviética y después en el programa espacial ruso.

Después del retiro de los transbordadores espaciales estadounidenses, el Soyuz es en la actualidad la única nave que transporta tripulaciones a la Estación Espacial Internacional.

El cohete Angara fue desarrollado en varias versiones para transportar diversas cargas, hasta de 35 toneladas métricas.

El desarrollo de esta nave se remonta a 1994. Su primer lanzamiento estaba previsto para 2005, pero se aplazó continuamente.

Las autoridades espaciales dijeron que un sistema de seguridad automático abortó el despegue desde la plataforma de lanzamiento de Plesetsk, en el noroeste de Rusia, por un motivo no especificado.

Putin se mantuvo impasible durante la teleconferencia de video cuando el jefe de las fuerzas espaciales militares informó del problema desde Plesetsk.

"Continúen trabajando con calma, sin prisas, y analizando todo con precisión", pidió Putin.

El lanzamiento se aplazó provisionalmente hasta el sábado.

El mes pasado, el lanzamiento del cohete Proton-M también fracasó, y el mismo tipo de cohete tuvo un lanzamiento fallido en julio del año pasado, lo que provocó la pérdida de tres satélites de navegación.

Se determinó que el problema en el lanzamiento fallido de julio se debió a una falla en la línea de ensamble atribuida a un trabajador poco calificado que no acató la tecnología de producción.

Los observadores dicen que el programa espacial ruso se ha visto afectado por una fuga de cerebros y una persistente erosión de las normas de ingeniería y calidad.

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