Ucrania envía fuerzas especiales a Odesa
Slaviansk, AP
Ucrania envió una unidad élite de la Guardia Nacional al puerto sureño de Odesa, en una medida desesperada por contener la propagación de los enfrentamientos entre fuerzas del gobierno y una milicia pro rusa en el oriente del país que el lunes dejó varios muertos de ambas partes.
El gobierno de Kiev intensificó sus intentos de retomar el control de ambas regiones, pero parecía particularmente alarmado por el derramamiento de sangre en Odesa. La situación fue en lo fundamental pacífica hasta el viernes, cuando varios enfrentamientos dejaron 46 muertos, muchos de ellos en un edificio del gobierno incendiado intencionalmente.
Las tensiones en Ucrania también han causado preocupación en Moldavia, donde el gobierno informó el lunes ya tarde que había colocado sus fronteras en estado de alerta. La región separatista de Transdniéster, ubicada al noroeste de Odesa y donde hay 1.500 soldados rusos, es apoyada por Moscú y muchos de sus habitantes simpatizan con la insurgencia pro rusa.
La pérdida de Odesa —además de una amplia franja de la zona oriental de Ucrania— sería catastrófica para el gobierno de Kiev y dejaría al país sin salida al Mar Negro. Ucrania ya perdió una parte significativa de su costa en marzo cuando Rusia se anexó la península de Crimea.
En comparación con el oriente de Ucrania, Odesa es una ciudad rica con una población étnicamente diversa y bien preparada de más de un millón de personas. Los judíos representan 12% de la población de la ciudad, que en otros tiempos tuvo un gran grupo judío.
"La gente de Odesa tiene una buena instrucción académica y comprende perfectamente bien que Rusia está sembrando la semilla de la guerra civil y la desestabilización en Ucrania", dijo Vladimir Kureichik, profesor de Literatura de 52 años que salió de Crimea después de la anexión rusa.
La Casa Blanca dijo que estaba "extremadamente preocupada" por la violencia en el sur de Ucrania.
"Los acontecimientos en Odesa subrayan significativamente la necesidad de reducir la tensión en Ucrania", dijo el portavoz Jay Carney, quien sugirió que Rusia debe mantener lo prometido en el acuerdo diplomático firmado para reducir las tensiones.
En el oriente de Ucrania, fuego de armas y varias explosiones se escucharon en Slaviansk y sus alrededores, una ciudad de 125.000 rusoparlantes que se ha convertido en el foco de la insurgencia armadas contra el gobierno de Kiev.
El Ministerio de Relaciones Exteriores ruso culpó directamente a Kiev, que "testarudamente sigue librando una guerra contra la gente de su propio país". El ministerio exhortó a quienes calificó de "los organizadores del terrorismo en Kiev" a sacar sus tropas y celebrar negociaciones de paz para solucionar la crisis.
Arsen Avakov, el ministro del Interior de Ucrania, dijo en un comunicado que tropas del gobierno libraban batallas con unos 800 elementos pro rusos, que estaban emplazando armas de grueso calibre y morteros. El Ministerio reportó que cuatro agentes perdieron la vida y 30 resultaron heridos en los enfrentamientos.
La milicia pro rusa dijo que por lo menos ocho personas, tanto milicianos como habitantes, perdieron la vida. Un portavoz de la milicia dijo que de las 10 personas ingresadas en un hospital de Slaviansk con heridas de bala, tres fallecieron posteriormente. Cinco más fueron abatidos en combates en la localidad de Semenivka.
Las dos partes informaron que los combates se desarrollaban en varias partes. Un equipo de The Associated Press vio por lo menos cuatro ambulancias dirigirse a toda prisa a un hospital de Slaviansk.
Este país de 46 millones de habitantes enfrenta su peor crisis en varios decenios después que su presidente pro ruso, cuya base de apoyo estaba en el oriente de la nación, huyó a Rusia en febrero tras varios meses de protestas callejeras. Esas regiones orientales se enfrentan ahora a zonas del oeste y el centro de Ucrania, que buscan lazos más cercanos con Europa y en lo fundamental respaldan al gobierno de Kiev.
Ucrania envió una unidad élite de la Guardia Nacional al puerto sureño de Odesa, en una medida desesperada por contener la propagación de los enfrentamientos entre fuerzas del gobierno y una milicia pro rusa en el oriente del país que el lunes dejó varios muertos de ambas partes.
El gobierno de Kiev intensificó sus intentos de retomar el control de ambas regiones, pero parecía particularmente alarmado por el derramamiento de sangre en Odesa. La situación fue en lo fundamental pacífica hasta el viernes, cuando varios enfrentamientos dejaron 46 muertos, muchos de ellos en un edificio del gobierno incendiado intencionalmente.
Las tensiones en Ucrania también han causado preocupación en Moldavia, donde el gobierno informó el lunes ya tarde que había colocado sus fronteras en estado de alerta. La región separatista de Transdniéster, ubicada al noroeste de Odesa y donde hay 1.500 soldados rusos, es apoyada por Moscú y muchos de sus habitantes simpatizan con la insurgencia pro rusa.
La pérdida de Odesa —además de una amplia franja de la zona oriental de Ucrania— sería catastrófica para el gobierno de Kiev y dejaría al país sin salida al Mar Negro. Ucrania ya perdió una parte significativa de su costa en marzo cuando Rusia se anexó la península de Crimea.
En comparación con el oriente de Ucrania, Odesa es una ciudad rica con una población étnicamente diversa y bien preparada de más de un millón de personas. Los judíos representan 12% de la población de la ciudad, que en otros tiempos tuvo un gran grupo judío.
"La gente de Odesa tiene una buena instrucción académica y comprende perfectamente bien que Rusia está sembrando la semilla de la guerra civil y la desestabilización en Ucrania", dijo Vladimir Kureichik, profesor de Literatura de 52 años que salió de Crimea después de la anexión rusa.
La Casa Blanca dijo que estaba "extremadamente preocupada" por la violencia en el sur de Ucrania.
"Los acontecimientos en Odesa subrayan significativamente la necesidad de reducir la tensión en Ucrania", dijo el portavoz Jay Carney, quien sugirió que Rusia debe mantener lo prometido en el acuerdo diplomático firmado para reducir las tensiones.
En el oriente de Ucrania, fuego de armas y varias explosiones se escucharon en Slaviansk y sus alrededores, una ciudad de 125.000 rusoparlantes que se ha convertido en el foco de la insurgencia armadas contra el gobierno de Kiev.
El Ministerio de Relaciones Exteriores ruso culpó directamente a Kiev, que "testarudamente sigue librando una guerra contra la gente de su propio país". El ministerio exhortó a quienes calificó de "los organizadores del terrorismo en Kiev" a sacar sus tropas y celebrar negociaciones de paz para solucionar la crisis.
Arsen Avakov, el ministro del Interior de Ucrania, dijo en un comunicado que tropas del gobierno libraban batallas con unos 800 elementos pro rusos, que estaban emplazando armas de grueso calibre y morteros. El Ministerio reportó que cuatro agentes perdieron la vida y 30 resultaron heridos en los enfrentamientos.
La milicia pro rusa dijo que por lo menos ocho personas, tanto milicianos como habitantes, perdieron la vida. Un portavoz de la milicia dijo que de las 10 personas ingresadas en un hospital de Slaviansk con heridas de bala, tres fallecieron posteriormente. Cinco más fueron abatidos en combates en la localidad de Semenivka.
Las dos partes informaron que los combates se desarrollaban en varias partes. Un equipo de The Associated Press vio por lo menos cuatro ambulancias dirigirse a toda prisa a un hospital de Slaviansk.
Este país de 46 millones de habitantes enfrenta su peor crisis en varios decenios después que su presidente pro ruso, cuya base de apoyo estaba en el oriente de la nación, huyó a Rusia en febrero tras varios meses de protestas callejeras. Esas regiones orientales se enfrentan ahora a zonas del oeste y el centro de Ucrania, que buscan lazos más cercanos con Europa y en lo fundamental respaldan al gobierno de Kiev.