Tailandia: 5 preguntas sobre la crisis en la segunda economía del sudeste asiático

Bangkok, AFP
Lo que había sido descrito como un golpe a medias por observadores, se convirtió en un un golpe completo en Tailandia, luego de que el comandante del ejército, el general Prayuth Chan-ocha, anunciara este jueves por televisión que las fuerzas militares han tomado el control del país.


El corresponsal de la BBC en Bangkok, Jonah Fisher, informa que la medida parece ser la confirmación del inicio de un absoluto golpe de estado.

Hacía dos días los miliatres habían declarado ley marcial, asumiendo amplios poderes y censurando los medios de comunicación.

En su alocución, el comandante Chan-ocha justificó la toma de control como medida para restaurar el orden e impulsar reformas políticas, tras protestas callejeras que dejaron cerca de 30 muertos desde fines del año pasado.

El anuncio de los militares tuvo lugar tras meses de tensión y violencia en un complejo conflicto político que aflige al país hace ocho años, agravado por profundas divisiones entre los habitantes de las ciudades y millones de pobladores rurales.

Los militares convocaron para este martes a los principales actores en la crisis para intentar encontrar una solución pacífica al conflicto.

BBC Mundo explica en cinco preguntas las razones de la inestabilidad en el país asiático.

1. ¿Quiénes son los hermanos en el centro de la crisis?

El capítulo más reciente en el conflicto comenzó en noviembre, cuando la cámara de diputados aprobó una amnistía que habría permitido a una de las figuras más polémicas en la historia del país, el exprimer ministro Thaksin Shinawatra, regresar del exilio sin cumplir una condena por corrupción.

Decenas de miles de manifestantes opositores a Thaksin se volcaron a las calles y el Senado revocó la ley, pero las protestas continuaron. Los opositores son fundamentalmente ciudadanos de clase media de áreas urbanas, mientras que Thaksin cuenta con gran apoyo en las zonas rurales.

La ley de aministía fue propuesta por Yingluck Shinawatra, hermana de Thaksin, y hasta hace pocos días primera ministra.

Yingluck disolvió el Parlamento en diciembre y anunció elecciones generales para febrero en un intento por pacificar la situación, pero el resultado de los comicios, boicoteados por la oposición, fueron anulados por el Tribunal Constitucional.

A principios de mayo, el tribunal forzó la dimisión de Yingluck y nueve ministros por abuso de poder luego de que la expremier ordenara la transferencia del jefe de seguridad nacional, un severo crítico de su gobierno.

2. ¿Cuáles son las dos partes en conflicto?

Los partidarios de Shinawatra y de su partido Pheu Thai, conocidos como "camisas rojas", creen que la Justicia defiende los intereses de la élite urbana.

Por su parte, los manifestaciones de la oposición son lideradas por Suthep Thaugsuban, un exvice primer ministro. El principal punto de unión de los manifestantes, o "camisas amarillas", es su rechazo a Thaksin, a quien siempre han creído el "poder detrás del poder" durante el gobierno de su hermana y el actual gobierno interino.

Quienes se oponen a Thaksin y su hermana denuncian que el gobierno ha comprado votos durante años con políticas populistas insostenibles distorsionando el proceso democrático.

Los manifestantes apuntan, por ejemplo, a la decisión del gobierno de comprar la mayor parte de los cultivos de arroz de los agricultores en los últimos dos años a un precio 50% superior al de los mercados internacionales. La medida agravó la situación fiscal del país y llevó a advertencias del Fondo Monetario Internacional.

Los manifestantes antigubernamentales exigen una reforma del sistema político, que consideran corrupto.

3. ¿Cuán relevante es la división entre campo y ciudad?

Las políticas denunciadas por la oposición como populistas ganaron la lealtad a Thaksin y su hermana entre muchos tailandeses de ingresos bajos.

Pero no es una "lealtad ciega", señala el corresponsal de la BBC Jonathan Head, ya que mucha gente afirma que "apoyará al gobierno mientras tome medidas que mejoren su situación económica".

La gente en el interior del país relató a nuestro corresponsal su "sensación de empoderamiento al votar por un candidato que representaba sus intereses", en lugar de los politicos tradicionalmente apoyados por los sectores más acomodados de la capital, Bangkok.

Las estadísticas hablan por si solas, según Head. "Hace 30 años sólo el 10% del presupuesto nacional se destinaba a áreas fuera de Bangkok. Hoy en día la cifra es 25%".

Los opositores al gobierno denuncian que muchos votantes rurales no tienen educación y "creen todo lo que les dicen en TV", según dijo un manifestante al corresponsal de la BBC.

"La ironía", dice Head, "es que los opositores al gobierno pasan horas mirando su propio canal, Blue Sky, con interminables burlas y parodias del 'Tirano Thaksin'".

4. ¿Cuál es la historia detrás de la crisis?

Tailandia arrastra una grave crisis y lucha de poder desde el golpe de Estado que derrocó al gobierno de Thaksin Shinawatra en 2006 con frecuentes manifestaciones callejeras contra la administración de turno.

Thaksin fue derrocado por los militares y huyó del país cuando fue condenado a prisión por acusaciones de corrupción. Poco después se eligió un gobierno formado por sus aliados, que fue destituido por la Justicia.

En 2010, simpatizantes de Thaksin ocuparon partes de la capital, Bangkok. Más de 90 personas, en su mayoría civiles, murieron en los operativos lanzados para desalojar a los manifestantes.

El país tuvo un breve período de relativa estabilidad luego de la elección de Yingluck en 2011. Pero su intento de lograr una aministía política para su hermano avivó las tensiones y desató una nueva ola de protestas.

Desde que se abolío la monarquía en 1932, el ejército ha protagonizado 12 golpes de Estado y varias intentonas golpistas.

5. ¿Qué puede suceder ahora?

Tras la destitución de Yingluck, su gabinete continuó en el poder en forma interina. El ministro de Comercio, Niwatthamrong Boonsongphaisan, ocupa temporalmente el cargo de primer ministro.

Las elecciones están previstas para el 20 de julio, pero los opositores señalaron que también boicotearán estos comicios y exigen el nombramiento de un gobierno interino que lleve a cabo reformas políticas.

Japón, el principal inversor en Tailandia, expresó grave preocupación por la crisis y llamó a ambas partes a no usar la violencia.

Head señala que "ocho años de rivalidad y enfrentamientos han arraigado la desconfianza y el rechazo entre los bandos en conflicto".

"Es preocupante la ausencia de un grupo con suficiente prominencia para mediar y buscar una solución de compromiso".

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