Rusia y China impiden que la Corte Penal investigue los crímenes en la guerra siria
Moscú y Pekín votan en contra de una resolución firmada por más de 60 países
Ambos países han bloqueado en cuatro ocasiones propuestas contra el régimen
Yolanda Monge
Washington, El País
Un día después de que a través de un mutuo acuerdo China se garantizase suministro de gas por los años venideros y Rusia recibiese de Pekín un espaldarazo económico y diplomático como ya no recordaba, ambos países unieron sus fuerzas para vetar en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas un proyecto de resolución para que la Corte Penal Internacional (CPI) investigara los crímenes de guerra perpetrados durante los tres años de enfrentamiento fratricida en Siria.
Ejerciendo su derecho de veto, Rusia y China fueron los únicos dos países del Consejo que votaron en contra. No es que la noticia fuera una sorpresa. Ya lo había avanzado el día anterior el viceministro de Exteriores ruso, Gennadi Gatilov, que calificó el borrador presentado por Francia como “inaceptable”. El embajador ruso ante Naciones Unidas, Vitaly Churkin, ni tan siquiera se molestó en una valoración, como su colega, sencillamente se limitó a comentar al entrar en la reunión para el voto que lo que iba a decir “era aburridamente predecible”.
Moscú definió el intento francés de llevar los crímenes de guerra sirios ante el CPI como “una maniobra publicitaria” que solo dañará los esfuerzos para encontrar una solución política a la crisis. El Gobierno sirio tildó la resolución francesa —apoyada por más de 60 países— de “sesgada” y destinada a “sabotear cualquier oportunidad de lograr un acuerdo pacífico de la crisis siria a través de su pueblo”.
Distinta a la actitud rusa fue la de China, que hasta el momento de la votación se mantuvo callada y prudente sobre cual sería el sentido de su voto. Sin embargo, nada hacía predecir sobresaltos, ya que con la de hoy jueves han sido cuatro las veces que Moscú y Pekín han bloquedao propuestas en relación a Siria, donde se estima que han muerto más de 160.000 personas y cerca de 10 millones han sido expulsadas de sus hogares en un conflicto que ya dura más de tres años.
La embajadora de EEUU ante la ONU, Samantha Power, declaró tras la votación que debido a la alianza entre Rusia y China para “apoyar al régimen de El Asad a cualquier precio, el pueblo sirio no tendrá justicia”. Power advirtió a Moscú y Pekín que ese tipo de vetos “ayudan a la impunidad, no solo la de Asad, si no también la de los grupos terroristas” que operan en Siria y que han sido de forma repetida denunciados por el régimen de Damasco y el Kremlin.
Siria no ha ratificado el Estatuto de Roma, el tratado que es la base de la Corte Penal Internacional. Así que al menos que el Gobierno de Damasco ratifique el tratado o acepte la jurisdicción de la Corte a través de una declaración, la única manera en la que se puede dar vía libre a la Corte para actuar en contra de Siria es si el Consejo de Seguridad le presenta el caso. No es esta la primera vez que el Consejo interviene y lleva casos ante el CPI. Ya lo hizo con Darfur o Libia. Y en ambos casos, fueron muchos menos los países que firmaron la petición de intervenir.
Frustado, el iniciador de la propuesta, el embajador francés, Gerard Araud, recordó al Consejo lo que estaba en juego al decir que el organismo “no olvidará los crímenes que se han cometido en Siria ni a los jefes que los han ordenado”. “Hoy se mata, se tortura y se viola en Siria en el marco de una política deliberada de aterrorizar y castigar” a la población civil, concluyó Araud.
Ambos países han bloqueado en cuatro ocasiones propuestas contra el régimen
Yolanda Monge
Washington, El País
Un día después de que a través de un mutuo acuerdo China se garantizase suministro de gas por los años venideros y Rusia recibiese de Pekín un espaldarazo económico y diplomático como ya no recordaba, ambos países unieron sus fuerzas para vetar en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas un proyecto de resolución para que la Corte Penal Internacional (CPI) investigara los crímenes de guerra perpetrados durante los tres años de enfrentamiento fratricida en Siria.
Ejerciendo su derecho de veto, Rusia y China fueron los únicos dos países del Consejo que votaron en contra. No es que la noticia fuera una sorpresa. Ya lo había avanzado el día anterior el viceministro de Exteriores ruso, Gennadi Gatilov, que calificó el borrador presentado por Francia como “inaceptable”. El embajador ruso ante Naciones Unidas, Vitaly Churkin, ni tan siquiera se molestó en una valoración, como su colega, sencillamente se limitó a comentar al entrar en la reunión para el voto que lo que iba a decir “era aburridamente predecible”.
Moscú definió el intento francés de llevar los crímenes de guerra sirios ante el CPI como “una maniobra publicitaria” que solo dañará los esfuerzos para encontrar una solución política a la crisis. El Gobierno sirio tildó la resolución francesa —apoyada por más de 60 países— de “sesgada” y destinada a “sabotear cualquier oportunidad de lograr un acuerdo pacífico de la crisis siria a través de su pueblo”.
Distinta a la actitud rusa fue la de China, que hasta el momento de la votación se mantuvo callada y prudente sobre cual sería el sentido de su voto. Sin embargo, nada hacía predecir sobresaltos, ya que con la de hoy jueves han sido cuatro las veces que Moscú y Pekín han bloquedao propuestas en relación a Siria, donde se estima que han muerto más de 160.000 personas y cerca de 10 millones han sido expulsadas de sus hogares en un conflicto que ya dura más de tres años.
La embajadora de EEUU ante la ONU, Samantha Power, declaró tras la votación que debido a la alianza entre Rusia y China para “apoyar al régimen de El Asad a cualquier precio, el pueblo sirio no tendrá justicia”. Power advirtió a Moscú y Pekín que ese tipo de vetos “ayudan a la impunidad, no solo la de Asad, si no también la de los grupos terroristas” que operan en Siria y que han sido de forma repetida denunciados por el régimen de Damasco y el Kremlin.
Siria no ha ratificado el Estatuto de Roma, el tratado que es la base de la Corte Penal Internacional. Así que al menos que el Gobierno de Damasco ratifique el tratado o acepte la jurisdicción de la Corte a través de una declaración, la única manera en la que se puede dar vía libre a la Corte para actuar en contra de Siria es si el Consejo de Seguridad le presenta el caso. No es esta la primera vez que el Consejo interviene y lleva casos ante el CPI. Ya lo hizo con Darfur o Libia. Y en ambos casos, fueron muchos menos los países que firmaron la petición de intervenir.
Frustado, el iniciador de la propuesta, el embajador francés, Gerard Araud, recordó al Consejo lo que estaba en juego al decir que el organismo “no olvidará los crímenes que se han cometido en Siria ni a los jefes que los han ordenado”. “Hoy se mata, se tortura y se viola en Siria en el marco de una política deliberada de aterrorizar y castigar” a la población civil, concluyó Araud.