Rusia ofrece a Ucrania una tregua en la ‘guerra del gas’

Kiev paga una parte de su deuda para evitar cortes de suministro

Lucía Abellán 
Bruselas, El País
Rusia mantendrá el suministro de gas a Ucrania a pesar de que el domingo vencía el plazo fijado por Moscú para cerrar un acuerdo sobre las millonarias facturas que le adeuda Kiev. El ministro ruso de Energía, Alexander Novak, decidió este viernes dar una tregua a sus vecinos porque la empresa ucrania de gas, Naftogaz, ha realizado un primer desembolso de 786,7 millones de dólares (577 millones de euros), según explicó Novak a la salida de la reunión que mantuvo con su homólogo ucranio, Yuri Prodan, y el comisario europeo de Energía, Günther Oettinger, que media en el conflicto.

Con ese gesto, Rusia evitó la solución drástica de cortar el grifo del gas, pero también dejó claro que su desconfianza hacia Ucrania es total después de que “no hayan ingresado un solo dólar de gas desde el mes de febrero”, aseguró Novak ante los periodistas. El dinero desembolsado este viernes aún no ha llegado a la cuenta de Gazprom, así que los negociadores rusos se negaron a seguir negociando un paquete de precios completo, como pretenden, hasta tener constancia de que la transferencia ha llegado. Esa confirmación se espera para el lunes y por eso las tres partes han vuelto a citarse por la tarde en Bruselas.

“Todavía no se ha alcanzado un acuerdo, pero ya hay modelos para una solución. Nuestra pretensión es lograr un acuerdo antes del 3 de junio”, aseguró tras el encuentro, celebrado en Berlín, el comisario Oettinger. Pese a que las tres partes insistieron en ese deseo, los detalles ofrecidos sobre la negociación —escasos y dispares— no respaldan ese optimismo.

Hasta ahora, no existían discrepancias sobre la cantidad que Ucrania adeudaba a Gazprom entre noviembre de 2013 y marzo de 2014: 2.200 millones de dólares (1.613 millones de euros) que no se habían pagado por el conflicto generado entre los dos países, agravado con la adhesión de Crimea a Rusia en marzo.
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Hasta entonces, el gas ruso se suministraba a 268 dólares por cada 1.000 metros cúbicos, pero a partir de abril, Rusia elevó el precio a casi el doble. La Comisión Europea considera esa nueva referencia injustificable y propone una solución intermedia, pero Moscú no ha dado su brazo a torcer. Así es que Ucrania ha guardado las facturas en un cajón como arma negociadora. Si se confirma el pago de este viernes, se tratará del primer abono desde la crisis de Crimea.

“Lo único que no está sometido a disputa ahora es el volumen de gas suministrado. Sobre el precio aún hay discrepancias. Nosotros proponemos 268 dólares por 1.000 metros cúbicos, pero entendemos que tiene que negociarse”, concedió el ministro ucranio al final del encuentro. Prodan rehusó ofrecer la cifra global que él considera admisible y se emplazó al encuentro del lunes para fijarla. Kiev debe a Gazprom cantidades desde el mes de noviembre de 2013.

El encuentro ha salvado un primer escollo, pero la solución es aún incierta, especialmente por la desconfianza que reina entre las dos partes, con el Ejército ucranio y los rebeldes prorrusos enfrentándose con armas en el Este del país.

En cualquier momento, Moscú puede hacer valer su nueva condición de exigir a Kiev un prepago para suministrar el gas a partir de junio. Por eso la intención de las tres partes es un pacto de futuro que evite nuevas disputas por el precio.

Aunque formalmente es solo un mediador, el comisario de Energía tiene tanto interés como el ministro ucranio en solventar el contencioso. Un 39% del gas que recibe la UE proviene de Rusia y la mitad circula por Ucrania. Una interrupción en el flujo deja también a Europa sin parte de la energía que necesita. Con el verano por delante y tras un invierno suave, las reservas europeas están al 59% de su capacidad, pero la situación será menos favorable a medida que se aproxime el invierno. “Sabemos que los almacenes tienen que llenarse en verano para tomar precauciones para más adelante”, admitió Oettinger. Mejorar las reservas es una de las principales medidas de la estrategia que acaba de presentar Bruselas para aumentar la independencia energética tras el conflicto con Rusia.

Hay otro motivo por el que la presencia de Europa en esta negociación es crucial. El comisario de Energía se ha comprometido a ayudar al Gobierno ucranio a pagar sus facturas dentro del amplio paquete de asistencia financiera (11.000 millones de euros entre préstamos, ayudas a fondo perdido y otros instrumentos de medio y largo plazo) que aprobó Bruselas para evitar la quiebra del país.

Moscú se queja de que Ucrania ya ha recibido los primeros desembolsos de esa ayuda —por parte de Europa y del Fondo Monetario Internacional— sin que Gazprom se haya beneficiado lo más mínimo de esos créditos. Y Oettinger tiene que garantizar que las deudas quedan saldadas.

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