Reunión "cordial" entre Fernández y obispos tras denunciar que el país está "enfermo de violencia"
Buenos Aires, EP
Tras el crítico documento que la Iglesia difundió el pasado viernes sobre la violencia en Argentina, la presidenta del país, Cristina Fernández de Kirchner, recibió este jueves a los obispos.
La reunión se celebró "en tono cordial" y la misión eclesiástica fue encabezada por el titular de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor José María Arancedo, con quien la mandataria argentina analizó el duro documento que difundieron los obispos en el que aseguraban que el país "está enfermo de violencia" y la corrupción pública y privada "es un verdadero cáncer social".
La reunión se llevó a cabo de forma tan hermética y silenciosa que no se precisó dónde se realizó, si en Olivos o en la Casa Rosada. A monseñor Arancedo le acompañaron el secretario general de la CEA y obispo auxiliar de Buenos Aires, Enrique Eguía Seguí, y el vicario General del Arzobispado de Buenos Aires, Joaquín Sucunza. Por su parte, Fernández se presentó junto con el secretario de Culto, Guillermo Oliveri, según indica 'Clarín'.
El pronunciamiento eclesiástico provocó malestar en el oficialismo y así lo dejó ver la presidenta durante el fin de semana cuando negó que el país esté "enfermo de violencia" y señaló que "cuando hablan de una Argentina violenta, quieren reeditar viejos enfrentamientos".
Ante las declaraciones de Fernández, el titular del Episcopado indicó que "nadie puede negar que hay violencia en la Argentina" y aseguró que "la Iglesia no es opositora ni oficialista". Además, Arancedo señaló que "las comparaciones son odiosas", refiriéndose a la idea de la mandataria de promover "viejos enfrentamientos".
Hasta el momento, se desconoce si Fernández convocó a los obispos o si estos solicitaron el encuentro. Este sábado, Arancedo comentó al diario 'La Nación' que siempre está dispuesto a reunirse con la presidenta.
Tras el crítico documento que la Iglesia difundió el pasado viernes sobre la violencia en Argentina, la presidenta del país, Cristina Fernández de Kirchner, recibió este jueves a los obispos.
La reunión se celebró "en tono cordial" y la misión eclesiástica fue encabezada por el titular de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor José María Arancedo, con quien la mandataria argentina analizó el duro documento que difundieron los obispos en el que aseguraban que el país "está enfermo de violencia" y la corrupción pública y privada "es un verdadero cáncer social".
La reunión se llevó a cabo de forma tan hermética y silenciosa que no se precisó dónde se realizó, si en Olivos o en la Casa Rosada. A monseñor Arancedo le acompañaron el secretario general de la CEA y obispo auxiliar de Buenos Aires, Enrique Eguía Seguí, y el vicario General del Arzobispado de Buenos Aires, Joaquín Sucunza. Por su parte, Fernández se presentó junto con el secretario de Culto, Guillermo Oliveri, según indica 'Clarín'.
El pronunciamiento eclesiástico provocó malestar en el oficialismo y así lo dejó ver la presidenta durante el fin de semana cuando negó que el país esté "enfermo de violencia" y señaló que "cuando hablan de una Argentina violenta, quieren reeditar viejos enfrentamientos".
Ante las declaraciones de Fernández, el titular del Episcopado indicó que "nadie puede negar que hay violencia en la Argentina" y aseguró que "la Iglesia no es opositora ni oficialista". Además, Arancedo señaló que "las comparaciones son odiosas", refiriéndose a la idea de la mandataria de promover "viejos enfrentamientos".
Hasta el momento, se desconoce si Fernández convocó a los obispos o si estos solicitaron el encuentro. Este sábado, Arancedo comentó al diario 'La Nación' que siempre está dispuesto a reunirse con la presidenta.