Protestas contra el Mundial se extienden por todo Brasil
Rio de Janeiro, El País
La amenaza de la llegada de nuevas protestas en las vísperas del Mundial se confirmó este jueves. Aunque los actos no son comparables a las manifestaciones de junio de 2013, que revolucionaron las principales ciudades del país, los movimientos sociales y algunas categorías profesionales han aprovechado el momento de indignación contra el campeonato y la atención del mundo hacia Brasil para gritar sus reivindicaciones.
La cantidad de protestas dejó clara la intención de rescatar el espíritu del año pasado. Cerca de 50 ciudades brasileñas convocaron manifestaciones anti-Mundial. En algunas capitales ganaron cuerpo con la adhesión de diversas categorías profesionales que están en huelga para reivindicar aumentos salariales. Además, partidos políticos de izquierda, como el Partido Socialismo y Libertad (PSOL) y el Partido Socialista de los Trabajadores Unificado (PSTU), nutrieron el coro de las marchas.
La capital económica de Brasil, São Paulo, comenzó la jornada de protestas a las cinco y media de la mañana. Las primeras manifestaciones fueron las impulsadas por los integrantes del Movimiento de los Trabajadores Sin Techo (MTST), que exigen más viviendas, y por los metalúrgicos, que querían un aumento de sus salarios. No hubo que lamentar más incidentes que la quema de neumáticos y la interrupción de algunas avenidas.
La tensión se elevó a partir de las siete y media de la tarde (hora local) cuando, tras horas de protestas aisladas en diversos puntos de la ciudad, aumentaron las marchas. Los activistas contrarios a la organización y los gastos del Mundial se aglomeraron en la avenida Paulista, escenario principal de las manifestaciones de junio. Durante esa concentración se registraron choques entre manifestantes y policías. La policía lanzó bombas de humo, mientras algunos manifestantes prendían barricadas hechas con bolsas de basura y destrozaban tiendas y concesionarios de automóviles. Los comercios, que estaban abiertos hasta entonces, comenzaron a cerrar, lo que acabó generando carreras y confusión entre los asistentes.
En São Paulo y en Río de Janeiro, los profesores protagonizaron paros que reunieron a varios centenares de personas y bloquearon vías importantes de ambas ciudades. En la capital paulista, los docentes aprovecharon un evento anti-Copa para comenzar una marcha en la zona sur de la ciudad. Unas mil personas bloquearon la avenida Paulista, una de las principales vías financieras de la ciudad, donde el tráfico se volvió caótico.
En Río de Janeiro, se unieron varios colectivos profesionales en una marcha de cerca de 3.000 personas. La movilización fue creciendo a lo largo de la tarde. Lo que al principio parecía un pequeño grupo de jóvenes manifestándose contra la celebración del Mundial acabó tomando forma de protesta multitudinaria. A los grupos de estudiantes se sumaron conductores y cobradores de autobuses y profesores de las escuelas públicas en huelga. Todos marcharon al grito de “No va a haber Mundial” ("Não vai ter Copa") y a favor de una mayor inversión en salud, educación y transporte público.
Poco a poco, los manifestantes se dispersaron tras verse cercados por un imponente dispositivo policial. "La represión policial fue enorme y brutal durante las manifestaciones del año pasado. Por eso teníamos miedo de salir a manifestarnos hoy. Pero no somos pocos y veremos como este movimiento crece a lo largo de las próximas semanas y durante el Mundial", decía el presidente del Partido Socialista dos Trabalhadores Unificado (PSTU), Cyro Garcia, informa Francho Barón
En la región metropolitana de Recife, en Pernambuco, en el noreste del país, una huelga de los policías militares culminó con saqueos en tiendas y disturbios en las calles, lo que llevó al cierre de los comercios. Varios saqueadores fueron detenidos por policías y por militares que patrullaron las principales vías de la ciudad.
A 28 días del Mundial, estas no serán las últimas protestas contra el mayor evento futbolístico del mundo. Los servicios de Inteligencia de la Policía ya esperan que las manifestaciones se intensifiquen durante las próximas semanas, principalmente en las 12 ciudades que acogerán el torneo.