Obama recibió a Mujica y lo elogió como un "referente" de la región l
Washington, AP
Dos días antes de llegar, se lo volvió a ver en su moto Vespa. El presidente de Uruguay, José Mujica , aterrizó en el aeropuerto local en vuelo de línea, evitó los grandes hoteles y se alojó en la residencia de su embajador. Se puso un traje oscuro, zapatos marrones y así, sin corbata, se le abrieron las puertas de la Casa Blanca, donde Barack Obama lo saludó como "al presidente que se ganó el respeto de todo el hemisferio".
Tras su primer cara a cara con el líder norteamericano , Mujica ratificó su intención de aceptar hasta seis presos de la cárcel de Guantánamo en su país y rechazó que se hubieran manifestado diferencias de criterio al respecto. Por el contrario, reiteró que su gobierno está dispuesto a recibir a los presos en cuestión sólo si cuentan con libertad de circulación para trasladarse a un tercer país. Pero, según se sabe, Washington se opone a esa posibilidad. "Obama no me dijo ni una palabra. Creo que tiene la inteligencia de no pedir lo que sabe que no van a dar", subrayó.
Sí insistió en la necesidad de "cerrar esa cárcel" que es "una vergüenza para la humanidad" y defendió los intentos al respecto de su anfitrión. "Cuando hay un presidente al que le hemos dado palo por esto y por lo otro, pero que quiere terminar con esa vergüenza, lo menos que podemos hacer es tratar de ayudar", insistió. "Pepe" Mujica tiene más de un problema con Washington. Pero eso no impidió que diera un paso sólido para afianzar la relación con la potencia de la que, dijo después, "nadie puede ignorar ni su poder ni sus valores".
Dos días antes de llegar, se lo volvió a ver en su moto Vespa. El presidente de Uruguay, José Mujica , aterrizó en el aeropuerto local en vuelo de línea, evitó los grandes hoteles y se alojó en la residencia de su embajador. Se puso un traje oscuro, zapatos marrones y así, sin corbata, se le abrieron las puertas de la Casa Blanca, donde Barack Obama lo saludó como "al presidente que se ganó el respeto de todo el hemisferio".
Tras su primer cara a cara con el líder norteamericano , Mujica ratificó su intención de aceptar hasta seis presos de la cárcel de Guantánamo en su país y rechazó que se hubieran manifestado diferencias de criterio al respecto. Por el contrario, reiteró que su gobierno está dispuesto a recibir a los presos en cuestión sólo si cuentan con libertad de circulación para trasladarse a un tercer país. Pero, según se sabe, Washington se opone a esa posibilidad. "Obama no me dijo ni una palabra. Creo que tiene la inteligencia de no pedir lo que sabe que no van a dar", subrayó.
Sí insistió en la necesidad de "cerrar esa cárcel" que es "una vergüenza para la humanidad" y defendió los intentos al respecto de su anfitrión. "Cuando hay un presidente al que le hemos dado palo por esto y por lo otro, pero que quiere terminar con esa vergüenza, lo menos que podemos hacer es tratar de ayudar", insistió. "Pepe" Mujica tiene más de un problema con Washington. Pero eso no impidió que diera un paso sólido para afianzar la relación con la potencia de la que, dijo después, "nadie puede ignorar ni su poder ni sus valores".