Militares retienen a exfuncionarios en Tailandia

Bangkok, AP
Miembros del derrocado gobierno de Tailandia se entregaron el viernes a la nueva junta militar que gobierna el país, mientras soldados dispersaban a la fuerza a cientos de activistas en contra del golpe de Estado que desafiaron la prohibición de realización de reuniones masivas para protestar contra la toma de poder por parte de las fuerzas armadas.


Al menos dos activistas fueron detenidos por soldados durante la protesta en el centro de Bangkok, en la cual hubo enfrentamientos pero terminó sin heridos y marcó uno de los primeros desafíos abiertos contra el golpe de Estado ocurrido el jueves.

La junta, sin embargo, se mantiene firme en el poder, convocando a más de 100 figuras políticas de alto rango: todo el gobierno derrocado, sus asociados y algunos adversarios. Además prohibió que quienes se encuentran en su lista de requeridos abandonen el país.

Entre los exfuncionarios que se presentaron en un complejo de las fuerzas armadas en Bangkok al mediodía estuvo la ex primera ministra Yingluck Shinawatra, quien fue retirada del cargo por nepotismo a inicios del mes por la Corte Constitucional, y su reemplazo temporal Niwattumrong Boonsongpaisan, según dijo Wim Rungwattanachinda, asistente de Yingluck.

Unos 30 minutos después, Yingluck salió del complejo y fue llevada por soldados a otra instalación, señaló Wim, quien agregó que al parecer no sería liberada de inmediato.

No estaba claro cuáles eran las intenciones de la junta militar con las convocatorias, las cuales, indicó, fueron emitidas para "mantener la paz y el orden, y resolver problemas del país".

Al caer la noche, decenas de personas influyentes se habían entregado y seguían retenidas, aunque al menos ocho exministros del gabinete fueron dejados en libertad.

Uno de ellos, el exministro de Educación Chaturon Chaisang, un crítico de la intervención de las fuerzas armadas en la política, seguía escondido. Chaturon dijo en un mensaje por Facebook que el golpe de Estado sólo empeoraría la atmósfera política de la nación. Prometió no entregarse, pero dijo que no se resistiría al arresto.

La mayor parte del país estaba en calma, y había poca presencia militar en las calles de Bangkok. Aunque la vida había regresado casi a la normalidad durante el día, seguía en efecto un toque de queda de las 10 p.m. a las 5 a.m.

No hubo reporte de ninguna agitación, incluido el norte del país, baluarte político del gobierno derrocado. En la ciudad de Chiang Mai, en el noreste de Tailandia, aproximadamente 100 manifestantes contra el golpe de Estado tomaron las calles, pero no se reportó violencia y quienes protestaban se dispersaron por su cuenta.

El ejército dio el golpe de Estado el jueves después de una reunión de adversarios políticos convocada por las fuerzas armadas para resolver el atolladero político del país.

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