Miami quedó a un paso de las Finales de la NBA
Miami, As
Lo que está haciendo Miami Heat en estos últimos cuatro años es algo asombroso. LeBron James, Chris Bosh y Dwyane Wade te pueden caer bien o mal, pero lo que no se puede negar es que desde que se juntaron en la soleada Florida, hace ya cuatro años, están escribiendo una de las mejores páginas de la historia de la NBA. Y tras la victoria de esta madrugada ante los Indiana Pacers (102-90) están a un paso, a un triunfo, de rubricar un asombroso párrafo más.
Además, ese párrafo sería de los que se tienen que leer una y otra vez para poder creerlo: si llegan de nuevo a las Finales de la Liga serán el tercer equipo en toda la historia de la NBA que alcanzan, como mínimo, cuatro participaciones de forma consecutiva.
Antes que ellos lo hicieron los míticos Boston Celtics de Bill Russell y Red Auerbach, que llegarían en 13 ocasiones (1957-1966) y ganarían 11 títulos (los dos últimos con Russell de entrenador), y Los Angeles Lakers de Kareem Abdul-Jabbar y Magic Johnson (1981-1985) que se alzarían con dos trofeos Larry O'Brien. Solapándose a ellos, estaría otro legendario equipo celtic, el formado por Larry Bird, Danny Ainge, Kevin McHale y Robert Parish (1984-1987) que también lograrían dos anillos.
Una autentica maravilla. Una estirpe de jugadores de gran valía y determinación. Ganadores todos ellos como LeBron James. Una vez más, el alero estuvo magnífico y muy superior al resto de rivales, que no encontraron la mínima respuesta contra él. Y eso que su participación al principio del encuentro fue simplemente correcta, no brutal como en el tercer periodo.
Miami se encontró en una situación inmejorable para dejar casi cerrada la eliminatoria. 2-1 a su favor y en su cancha. Pero con un problema de última hora: Chris Andersen sufrió una contusión en su muslo izquierdo y no pudo participar en el encuentro. Ante la situación de perder a su pívot de refresco y, porque no decirlo, más determinante ante los Pacers, Spoelstra decidió presentar un quinteto de 'bajitos'. Lewis entraba por Haslem y, de esta forma, el técnico de los Heat, decidió regalar la zona a Indiana y enfrentarla a través del small ball. Y no le salió nada mal. Hibbert no se sintió nunca cómodo teniendo que salir fuera para cubrir a Bosh y el ala-pívot castigó con fuerza esa debilidad y las perdidas de balón del rival al inicio del encuentro.
Bosh comenzó con dos triples, los mismo que había logrado en los tres partidos anteriores de la serie, y acabó con 10 puntos el primer cuatro (había conseguido nueve tantos en cada uno de los tres partidos anteriores). Pero la alegría en ataque se veía contrariada por la debilidad en defensa ante West porque Hibbert, su compañero, no apareció ni en ese momento ni en ninguno y acabó con cero puntos, cinco rebotes y cuatro faltas el encuentro, es decir, volvió a ser pívot de la eliminatoria contra Washington. Y todo ello contra jugadores a los que debía dominar sin problema. Un desastre.
El segundo cuarto pudo ser una masacre para los Pacers. Resistiendo los envites de Bosh (acabó con 25 puntos), lograron llegar a los dos últimos minutos cinco abajo, pero un arreón de LeBron James con cinco puntos elevó la diferencia a 10 (49-39), y sólo la aparición de West y Paul George dejó el 49-44 al descanso.
Pero ese acto heroico fue un espejismo, una última respiración, y en el tercer cuarto, Indiana se dio cuenta de ello por la vía rápida. Con un inicio meteórico, LeBron y Chalmers establecieron un parcial de 7-0, que los de Vogel no supieron contestar hasta un triple de Hill... después de cuatro minutos. Pero ya daba igual, la estrella de Akron quiso y logró finiquitar el partido. 14 puntos en ese cuarto, cuando había hecho 15 en los anteriores 24 minutos. Llegaría a los 32. Además, con esa cifra se ha convertido, con 74, en el jugador con más partidos de playoffs logrando al menos 25 puntos, cinco asistencia y cinco rebotes.
Con este movimiento sísmico, LeBron cerró un partido que llegaría al +23 en el último cuarto, aunque la rabia y el honor visitante llegarían a reducirlo a los 12 finales, pero ya era tarde, sin remedio. Aunque Stephenson (ocho puntos en este periodo, para los nueve finales) y George (23 totales, aunque en el tercer cuarto sólo consiguió tres, todos de tiros libres) recuperaron algo de muñeca en este acto final y de cara al decisivo encuentro del Bankers Life Fieldhouse del próximo miércoles.
Lo que está haciendo Miami Heat en estos últimos cuatro años es algo asombroso. LeBron James, Chris Bosh y Dwyane Wade te pueden caer bien o mal, pero lo que no se puede negar es que desde que se juntaron en la soleada Florida, hace ya cuatro años, están escribiendo una de las mejores páginas de la historia de la NBA. Y tras la victoria de esta madrugada ante los Indiana Pacers (102-90) están a un paso, a un triunfo, de rubricar un asombroso párrafo más.
Además, ese párrafo sería de los que se tienen que leer una y otra vez para poder creerlo: si llegan de nuevo a las Finales de la Liga serán el tercer equipo en toda la historia de la NBA que alcanzan, como mínimo, cuatro participaciones de forma consecutiva.
Antes que ellos lo hicieron los míticos Boston Celtics de Bill Russell y Red Auerbach, que llegarían en 13 ocasiones (1957-1966) y ganarían 11 títulos (los dos últimos con Russell de entrenador), y Los Angeles Lakers de Kareem Abdul-Jabbar y Magic Johnson (1981-1985) que se alzarían con dos trofeos Larry O'Brien. Solapándose a ellos, estaría otro legendario equipo celtic, el formado por Larry Bird, Danny Ainge, Kevin McHale y Robert Parish (1984-1987) que también lograrían dos anillos.
Una autentica maravilla. Una estirpe de jugadores de gran valía y determinación. Ganadores todos ellos como LeBron James. Una vez más, el alero estuvo magnífico y muy superior al resto de rivales, que no encontraron la mínima respuesta contra él. Y eso que su participación al principio del encuentro fue simplemente correcta, no brutal como en el tercer periodo.
Miami se encontró en una situación inmejorable para dejar casi cerrada la eliminatoria. 2-1 a su favor y en su cancha. Pero con un problema de última hora: Chris Andersen sufrió una contusión en su muslo izquierdo y no pudo participar en el encuentro. Ante la situación de perder a su pívot de refresco y, porque no decirlo, más determinante ante los Pacers, Spoelstra decidió presentar un quinteto de 'bajitos'. Lewis entraba por Haslem y, de esta forma, el técnico de los Heat, decidió regalar la zona a Indiana y enfrentarla a través del small ball. Y no le salió nada mal. Hibbert no se sintió nunca cómodo teniendo que salir fuera para cubrir a Bosh y el ala-pívot castigó con fuerza esa debilidad y las perdidas de balón del rival al inicio del encuentro.
Bosh comenzó con dos triples, los mismo que había logrado en los tres partidos anteriores de la serie, y acabó con 10 puntos el primer cuatro (había conseguido nueve tantos en cada uno de los tres partidos anteriores). Pero la alegría en ataque se veía contrariada por la debilidad en defensa ante West porque Hibbert, su compañero, no apareció ni en ese momento ni en ninguno y acabó con cero puntos, cinco rebotes y cuatro faltas el encuentro, es decir, volvió a ser pívot de la eliminatoria contra Washington. Y todo ello contra jugadores a los que debía dominar sin problema. Un desastre.
El segundo cuarto pudo ser una masacre para los Pacers. Resistiendo los envites de Bosh (acabó con 25 puntos), lograron llegar a los dos últimos minutos cinco abajo, pero un arreón de LeBron James con cinco puntos elevó la diferencia a 10 (49-39), y sólo la aparición de West y Paul George dejó el 49-44 al descanso.
Pero ese acto heroico fue un espejismo, una última respiración, y en el tercer cuarto, Indiana se dio cuenta de ello por la vía rápida. Con un inicio meteórico, LeBron y Chalmers establecieron un parcial de 7-0, que los de Vogel no supieron contestar hasta un triple de Hill... después de cuatro minutos. Pero ya daba igual, la estrella de Akron quiso y logró finiquitar el partido. 14 puntos en ese cuarto, cuando había hecho 15 en los anteriores 24 minutos. Llegaría a los 32. Además, con esa cifra se ha convertido, con 74, en el jugador con más partidos de playoffs logrando al menos 25 puntos, cinco asistencia y cinco rebotes.
Con este movimiento sísmico, LeBron cerró un partido que llegaría al +23 en el último cuarto, aunque la rabia y el honor visitante llegarían a reducirlo a los 12 finales, pero ya era tarde, sin remedio. Aunque Stephenson (ocho puntos en este periodo, para los nueve finales) y George (23 totales, aunque en el tercer cuarto sólo consiguió tres, todos de tiros libres) recuperaron algo de muñeca en este acto final y de cara al decisivo encuentro del Bankers Life Fieldhouse del próximo miércoles.