Los pilares maltrechos del Madrid

Los problemas físicos de Pepe y Cristiano, que desistió de jugar contra el Espanyol, debilitan el núcleo del equipo ante la final de Lisboa

Diego Torres
Madrid, El País
El parte de bajas del Madrid es preocupante. El equipo tiene cuatro pilares: Cristiano, Alonso, Pepe y Ramos. De ellos, solo Ramos llegará a la final de la Champions, el próximo sábado, en plenitud. Alonso está sancionado, Cristiano sufre una inflamación en el tendón rotuliano izquierdo, y Pepe tiene una rotura fibrilar. Las últimas noticias indican que las recuperaciones de Pepe y Cristiano no se completarán en plazo, que Varane no acaba de restablecerse de la operación del menisco derecho, que Khedira tardará meses en acondicionarse tras el tratamiento que soldó su ligamento cruzado, y que Benzema no supera las molestias físicas. El francés se retiró ayer del partido contra el Espanyol doliéndose de la pierna izquierda. El paisaje se nubla pero el entrenador, Carlo Ancelotti, ve la luz. Magistral administrador de situaciones de crisis, Ancelotti transmite serenidad y buenas vibraciones. "Todos estarán listos", prometió.


“Cristiano no estaba cómodo antes del partido”, dijo el técnico, para explicar la extraña situación del goleador, que lleva tres partidos forzando para jugar y retirándose en los primeros minutos (Valladolid) o antes de comenzar, como en el calentamiento previo a enfrentar al Dortmund, en Alemania, y al Espanyol, ayer en el Bernabéu.

“El viernes Cristiano hizo un entrenamiento bueno”, prosiguió Ancelotti, “tenía confianza, se sentía mejor. Pero en el calentamiento no estaba cómodo y no hemos arriesgado. Es una pequeña contractura. Estamos tranquilos porque creo que tendrá tiempo para recuperarse y jugar la final. Benzema también ha sufrido una contractura en el aductor. Pero es una pequeñez y tampoco tendrá problemas para jugar en Lisboa”.

La ficha oficial anunciaba la presencia de Cristiano en el equipo titular contra el Espanyol y el portugués saltó a prepararse a eso de las 15.20. Todo marchó según lo previsto hasta unos minutos más tarde. El sol bañaba la hierba del Bernabéu cuando, para sorpresa de la multitud, el goleador abandonó el calentamiento y se metió al túnel de vestuario meneando la cabeza. Sintió molestias físicas. Él no las esperaba. Los médicos del club sí. Los médicos le repiten desde marzo que necesita descansar, que su cuerpo roza el límite y que el tendón rotuliano de su rodilla izquierda sufre una inflamación aguda. Le advirtieron que padecía una tendinitis que se volvería incontrolable si no era capaz de inhibir sus deseos de competir. Cristiano prefirió ignorarlos. El resultado es una lesión que persiste y que se vuelve cada vez más difícil de curar cuando quedan seis días para disputar la final de la Champions, el partido más importante para el Madrid en los últimos 12 años.

Diversas fuentes del club, incluyendo futbolistas, advierten que el problema de Cristiano es la rodilla izquierda, que se ha tratado con médicos particulares animado por su fijación con batir récords para lograr su tercer Balón de Oro. El criterio de estos médicos propios ha colisionado con los dictámenes de los especialistas del club y el resultado ha sido un conflicto. El futbolista se puso de parte de los doctores que él paga y los médicos del club no han querido validar algunas de sus decisiones. El enredo ha envuelto a Ancelotti, que, para proteger a todas las partes, niega la lesión de rodilla y señala que el problema se centra en unas contracturas musculares sin importancia. Este discurso era verosímil hace un mes. Ahora es menos creíble.

“El último partido que ha hecho Cristiano prácticamente ha sido el del Valencia”, argumentó Ancelotti, que evitó como pudo incurrir en contradicciones. “No suponía un riesgo ponerle contra el Espanyol porque el viernes se entrenó normalmente y tenía mucha confianza. Cuando las pruebas médicas no arrojan nada necesitamos el juicio del jugador. Esto es lo más importante y él estaba muy cómodo y contento, y quería jugar. Para darle minutos era importante que jugara pero como no estaba cómodo en el calentamiento decidimos quitarlo del partido para evitar riesgos”.

“El problema”, prosiguió el técnico, “es que cuando tú tienes una final no debes arriesgar. Si la final hubiera sido contra el Espanyol claramente Cristiano habría jugado. Pero teniendo una final tan importante no necesitamos arriesgarnos. Cristiano es muy sincero en esto”.

Ancelotti pronunció un discurso optimista. “Todo bien”, dijo, “porque Di María ha jugado sin problemas, Carvajal lo ha hecho todo bien y Khedira necesitaba jugar para mejorar su condición, lo mismo que Illarramendi. Está claro que algunos necesitarán más trabajo individual pero lo importante es que todos los jugadores estén listos para jugar. Solamente Alonso y Jesé no podrán jugar. Los otros estarán listos para la final. Disponemos de una semana y tengo que decidir la mejor alineación posible. Pero estoy contento porque Illarramendi ha jugado con ritmo, con intensidad, colocándose bien en el campo”.

El entrenador descartó a Casemiro, y dio a entender que Khedira sería suplente en Lisboa en detrimento de Illarra. “Tenemos que pensar que Khedira está volviendo de una lesión muy importante”, observó, “de un periodo de seis meses donde no ha podido jugar. Lo ha hecho muy bien, está bien, pero hay que considerar que su inactividad, en este momento, da más opciones a Illarramendi”.

Sobre Pepe, a quien los médicos pronostican que no llegará al cien por cien, Ancelotti se mostró igualmente positivo. “Pepe", dijo, "ha mejorado. Creo que este domingo comenzará a trabajar en el campo. Hasta ahora ha hecho tratamiento y trabajo de gimnasio. Ahora empezará a correr y creo que él también tiene la confianza de poder jugar”.

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