Los hipopótamos de Pablo Escobar crean polémica en Colombia

Bogotá, EP
Un grupo de entre 30 y 50 hipopótamos, legado que dejó el narcotraficante colombiano Pablo Escobar antes de morir, está causando daños a los cultivos y amenazando a los agricultores, pescadores y habitantes de la región del río Magdalena, en el departamento de Antioquia, Colombia.


Escobar ordenó trasladar una serie de animales diferentes a su Hacienda Nápoles, cercana al río Magdalena. Tras su muerte, la Dirección Nacional de Estupefacientes colombiana embargó sus bienes y entregó a los animales a varios zoológicos para que se ocuparan de ellos, aunque decidieron dejar a los hipopótamos allí, según publica 'BBC'.

Estos animales se han ido reproduciendo desde entonces, creando peligros y destrozos en los campos y provocando un quebradero de cabeza a los locales, ambientalistas y autoridades que no saben qué hacer con ellos. El problema no es nuevo pero la necesidad de solucionarlo urge cada vez más.

Varios expertos están colaborando y aportando sus conocimientos para tratar de dar con la clave. Una de las opciones, planteada por el biólogo David Echeverri, que trabaja en la Corporación Autónoma Regional de las cuencas del río Negro y Nare (Cornare), es la de donar los hipopótamos a otras entidades de cuidado de animales, no porque no puedan adaptarse a la región en la que viven, sino porque suponen un peligro para el entorno.

"Estos hipopótamos no tienen estrés por alimento porque están rodeados de comida, no tienen estrés climático ni depredadores que los amenacen, están tranquilos", apuntó Echeverri.

Sin embargo, el subdirector del Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt, Germán Andrade, ha señalado que, en otros lugares del mundo, no hay demanda de este tipo de animales porque no están en peligro de extinción y que, además, su traslado no es muy eficiente. "Los costos de traslado son grandísimos", epxlicó, "y las acciones para intentar capturarlos no están 100% garantizadas, por lo que no es una solución muy eficiente", concluyó.

Otras de las opciones valoradas es la de la esterilización para que, así, no puedan seguir multiplicándose sin ninguna medida de regulación. No obstante, Andrade ha comentado que esta medida frenaría el aumento del problema pero no solucionaría el riesgo que suponen los que ya existen.

Además, el coste del proceso de castración es muy elevado y el riesgo de que el hipopótamo muera es elevado. "No hay plata y si la hubiera no se debería dedicar a los hipopótamos porque no pertenecen a la fauna autóctona. Además, hay más del 50 por ciento de posibilidades de que el animal muera", manifestó el Director Regional del Programa del Jaguar del norte de Sudamérica para Panthera, Esteban Payan.

Por último, los expertos también valoran realizar el sacrificio o eutanasia de los hipopótamos, pero nadie está por la labor de llevar a cabo esta decisión, no sólo por la ética del asunto, sino por el miedo que reside entre los responsables relacionados con este problema a la reacción de la opinión pública.

"Todas las entidades internacionales que hemos consultado (Fundación Disney, WWF, expertos sudafricanos que vinieron en 2010) dicen que tenemos un problema grave, una bomba de tiempo, y que la solución es aplicar la eutanasia a todos los animales", comentó Echeverri, pero "nosotros no queremos ser tan facilistas y dar esa imagen al mundo, menos con un animal tan carismático. El país está en proceso de cambio ante el mundo, no queremos dar un titular así en la prensa mundial", confesó.

Las opiniones son difíciles y diversas, pero los responsables y especialistas en el asunto aún no han tomado una decisión. En lo que, sin embargo, todos coinciden, es en la urgencia de resolver el problema. "No queremos soluciones drásticas ni buscar soluciones facilistas; la eutanasia será una opción que contemplaremos pero antes hay que agotar todas las opciones posibles", concluyó Echeverri.

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