Juanfran deja al Valladolid al borde de Segunda División
Sevilla, As
El Betis se despidió de su afición y de Primera empujando al Valladolid (4-3) al hoyo. Solo una combinación de resultados que pasa por vencer al Granada en Zorrilla el domingo podría evitar el descenso de los blanquivioletas. Tres veces se adelantaron los jugadores de Juan Ignacio y las mismas remontaron los béticos hasta llevarse el partido en el descuento en una macabra metáfora de lo que ha sido la temporada.
Fue un partido loco, de esos en los que unos necesitan ganar y los otros están liberados de la presión y se lanzan al ataque con demasiada alegría. Sólo los fallos de los defensas, el portero y los delanteros pucelanos propiciaron la victoria local. Guerra abría el festival de goles antes de que se llegara al primer minuto, de cabeza, a centro de Rukavina. Parecía que todo se ponía de cara para los pucelanos, pero nada más lejos de la realidad porque cuatro minutos después Brian Rodríguez conseguía el primer empate (1-1) a la salida de un córner.
Guerra fue objeto de penalti no pitado antes de que el partido subiera en su intensidad. Hubo intercambio de golpes, pero sin acierto hasta el descanso. Así Matilla intentó sorprender a Jaime desde fuera del área, pero el portero despejó con un escorzo, pero fue el Valladolid el que buscó con más intención la portería de Adán. Jeffren pudo marcar después de regatear a Adán, pero su disparo, para asegurar, fue sacado debajo de los palos por Juan Carlos. También pudo marcar Larsson y otra vez Jeffren, pero sin acierto en un ida y vuelta frenético bajo un bochorno espectacular.
Todo el desacierto de la primera parte se volvió goles en la segunda parte. Peña remachó debajo de los palos un cabezazo de Valiente a la salida de un córner para adelantar, de nuevo, al Valladolid (1-2), pero otra vez la alegría duró poco en el Valladolid ya que tres minutos después Molina marcó de cabeza (2-2) para empatar en otro error de marca. Rubén Castro estrelló el balón en el larguero, aunque Jaime tocó un poquito y en la jugada siguiente Adán derribó a Larsson dentro del área, y se llevó un golpe en la cabeza que le obligaría a ser sustituido.
Javi Guerra anotaba el penalti y volvía a adelantar al Valladolid por tercera vez. Era momento de cerrar el partido para los de Juan Ignacio que metía a Rueda para reforzar la zona defensiva. El Betis se lanzó a un ataque desaforado como aquel que no tiene nada que perder y sí mucho que ganar con Perquis jugando de extremo y Paulao de delantero centro en algunas jugadas, lo que permitía al Valladolid salir a la contra y sentenciar el partido. De ese ataque llegó el gol de Rubén Castro con 15 minutos por delante y un Betis lanzado.
Tuvo el Valladolid tres ocasiones claras para volver a marcar dadas las facilidades en defensa, pero ni Osorio, ni Guerra estuvieron entonces finos. Especialmente el colombiano que pasó de héroe, por el gol ante el Real Madrid, a villano por las dos ocasiones falladas ayer. Era de traca y se convirtió en explosión con una falta desde 40 metros que pegó Juanfran a la escuadra y que sorprendió a Jaime. Fue un golazo que coloca al Valladolid con pie y medio en Segunda y le da al Betis… su porción de dignidad.
El Betis se despidió de su afición y de Primera empujando al Valladolid (4-3) al hoyo. Solo una combinación de resultados que pasa por vencer al Granada en Zorrilla el domingo podría evitar el descenso de los blanquivioletas. Tres veces se adelantaron los jugadores de Juan Ignacio y las mismas remontaron los béticos hasta llevarse el partido en el descuento en una macabra metáfora de lo que ha sido la temporada.
Fue un partido loco, de esos en los que unos necesitan ganar y los otros están liberados de la presión y se lanzan al ataque con demasiada alegría. Sólo los fallos de los defensas, el portero y los delanteros pucelanos propiciaron la victoria local. Guerra abría el festival de goles antes de que se llegara al primer minuto, de cabeza, a centro de Rukavina. Parecía que todo se ponía de cara para los pucelanos, pero nada más lejos de la realidad porque cuatro minutos después Brian Rodríguez conseguía el primer empate (1-1) a la salida de un córner.
Guerra fue objeto de penalti no pitado antes de que el partido subiera en su intensidad. Hubo intercambio de golpes, pero sin acierto hasta el descanso. Así Matilla intentó sorprender a Jaime desde fuera del área, pero el portero despejó con un escorzo, pero fue el Valladolid el que buscó con más intención la portería de Adán. Jeffren pudo marcar después de regatear a Adán, pero su disparo, para asegurar, fue sacado debajo de los palos por Juan Carlos. También pudo marcar Larsson y otra vez Jeffren, pero sin acierto en un ida y vuelta frenético bajo un bochorno espectacular.
Todo el desacierto de la primera parte se volvió goles en la segunda parte. Peña remachó debajo de los palos un cabezazo de Valiente a la salida de un córner para adelantar, de nuevo, al Valladolid (1-2), pero otra vez la alegría duró poco en el Valladolid ya que tres minutos después Molina marcó de cabeza (2-2) para empatar en otro error de marca. Rubén Castro estrelló el balón en el larguero, aunque Jaime tocó un poquito y en la jugada siguiente Adán derribó a Larsson dentro del área, y se llevó un golpe en la cabeza que le obligaría a ser sustituido.
Javi Guerra anotaba el penalti y volvía a adelantar al Valladolid por tercera vez. Era momento de cerrar el partido para los de Juan Ignacio que metía a Rueda para reforzar la zona defensiva. El Betis se lanzó a un ataque desaforado como aquel que no tiene nada que perder y sí mucho que ganar con Perquis jugando de extremo y Paulao de delantero centro en algunas jugadas, lo que permitía al Valladolid salir a la contra y sentenciar el partido. De ese ataque llegó el gol de Rubén Castro con 15 minutos por delante y un Betis lanzado.
Tuvo el Valladolid tres ocasiones claras para volver a marcar dadas las facilidades en defensa, pero ni Osorio, ni Guerra estuvieron entonces finos. Especialmente el colombiano que pasó de héroe, por el gol ante el Real Madrid, a villano por las dos ocasiones falladas ayer. Era de traca y se convirtió en explosión con una falta desde 40 metros que pegó Juanfran a la escuadra y que sorprendió a Jaime. Fue un golazo que coloca al Valladolid con pie y medio en Segunda y le da al Betis… su porción de dignidad.