Ira en EEUU ante censura de Google en Europa
Mountain view, AP
Las acciones en Europa para controlar a Google —como la orden emitida este mes por un tribunal con el fin de que permita a particulares decidir sobre el contenidos que aparezca en internet relacionados con su nombre— podría equivaler en el centro de gobierno de Europa a un revés para los usuarios.
Sin embargo, al otro lado del Atlántico, en Estados Unidos, la propuesta de que los usuarios puedan tener capacidad para editar los resultados de sus búsquedas en nombre de la privacidad ha suscitado críticas al tiempo que se le considera una idea que espanta y de difícil aplicación en el mejor de los casos, y un atentado contra la libertad de expresión, en el peor.
"Los estadounidenses encontrarán que sus búsquedas están censuradas debido a las sensibilidades puritanas europeas", dijo Stewart Baker, exsecretario adjunto de Política en el Departamento de Seguridad Nacional. "Nosotros seremos los grandes perdedores. Los grandes ganadores serán los ministros franceses que desean tener el derecho a que se olviden a sus últimas amantes", agregó.
Google, con sede en Mountain View, California, afirma que todavía intenta resolver cómo cumplir la orden que emitió el 13 de mayo el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, según la cual la empresa debe responder a las quejas sobre la información privada que aparezca en las búsquedas.
Google debe decidir entonces si el derecho de los usuarios a poder encontrar la información pesa más que el derecho de particulares a controlarla, con la preferencia otorgada a los particulares.
El fallo aplica a todos los motores de búsqueda que funcionen en la Unión Europea. Pero en la práctica, la decisión afecta a Google, dado que 90% de todas las búsquedas en línea se efectúan con el motor de esa empresa en el continente.
"El fallo tiene implicaciones relevantes para la manera como manejamos las solicitudes de baja de información", dijo el portavoz de Google, Al Verney.
"Esto tiene sus complicaciones logísticas, no menos importante por los muchos idiomas que se manejan y la necesidad de una cuidadosa revisión. Tan pronto como hayamos pensado exactamente cómo funcionario esto, lo que podría tardar varias semanas, lo haremos saber a nuestros usuarios", agregó.
Habrá serios desafíos tecnológicos, dijo el abogado experto en privacidad David Keating, en Atlanta.
"Parece más un deseo que una realidad cumplir con una norma de ese carácter", apunto. "El rediseño necesario para poner en marcha el derecho a que se olvide algo es importante", agregó.
Google podría automatizar parcialmente el proceso, como lo hace en casos de queja de violación de derechos de propiedad intelectual, pero al final un particular podrá decidir el momento de la demonización de los resultados de la búsqueda en internet.
Las acciones en Europa para controlar a Google —como la orden emitida este mes por un tribunal con el fin de que permita a particulares decidir sobre el contenidos que aparezca en internet relacionados con su nombre— podría equivaler en el centro de gobierno de Europa a un revés para los usuarios.
Sin embargo, al otro lado del Atlántico, en Estados Unidos, la propuesta de que los usuarios puedan tener capacidad para editar los resultados de sus búsquedas en nombre de la privacidad ha suscitado críticas al tiempo que se le considera una idea que espanta y de difícil aplicación en el mejor de los casos, y un atentado contra la libertad de expresión, en el peor.
"Los estadounidenses encontrarán que sus búsquedas están censuradas debido a las sensibilidades puritanas europeas", dijo Stewart Baker, exsecretario adjunto de Política en el Departamento de Seguridad Nacional. "Nosotros seremos los grandes perdedores. Los grandes ganadores serán los ministros franceses que desean tener el derecho a que se olviden a sus últimas amantes", agregó.
Google, con sede en Mountain View, California, afirma que todavía intenta resolver cómo cumplir la orden que emitió el 13 de mayo el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, según la cual la empresa debe responder a las quejas sobre la información privada que aparezca en las búsquedas.
Google debe decidir entonces si el derecho de los usuarios a poder encontrar la información pesa más que el derecho de particulares a controlarla, con la preferencia otorgada a los particulares.
El fallo aplica a todos los motores de búsqueda que funcionen en la Unión Europea. Pero en la práctica, la decisión afecta a Google, dado que 90% de todas las búsquedas en línea se efectúan con el motor de esa empresa en el continente.
"El fallo tiene implicaciones relevantes para la manera como manejamos las solicitudes de baja de información", dijo el portavoz de Google, Al Verney.
"Esto tiene sus complicaciones logísticas, no menos importante por los muchos idiomas que se manejan y la necesidad de una cuidadosa revisión. Tan pronto como hayamos pensado exactamente cómo funcionario esto, lo que podría tardar varias semanas, lo haremos saber a nuestros usuarios", agregó.
Habrá serios desafíos tecnológicos, dijo el abogado experto en privacidad David Keating, en Atlanta.
"Parece más un deseo que una realidad cumplir con una norma de ese carácter", apunto. "El rediseño necesario para poner en marcha el derecho a que se olvide algo es importante", agregó.
Google podría automatizar parcialmente el proceso, como lo hace en casos de queja de violación de derechos de propiedad intelectual, pero al final un particular podrá decidir el momento de la demonización de los resultados de la búsqueda en internet.