Francia irrita a la Casa Blanca por no ser más dura con Putin
París, AFP
Francia consiguió provocar la irritación de la Casa Blanca al decidir proceder a la entrega inminente de dos portahelicópteros de tipo Mistral vendidos en 2011 a Rusia. En plena crisis ucraniana , Washington quiere que París anule ese contrato.
"Es un contrato firmado hace tiempo, que ha sido ejecutado y los rusos pagaron. Las entregas están previstas para octubre y no están incluidas en las sanciones", explicó ayer una fuente del gobierno francés, precisando que una suspensión del compromiso, por un valor de 1200 millones de euros, provocaría penalidades financieras.
Evocada desde hace varios meses, la delicada cuestión volvió a surgir estos últimos días, en momentos en que Occidente aumenta la presión sobre Moscú para que cese de perturbar la organización de las elecciones presidenciales del 25 de mayo en Ucrania.
La Unión Europea (UE) anunció ayer justamente una ampliación de las sanciones, después de que Moscú solicitó "respetar la voluntad de los ucranianos del Este", que votaron el domingo masivamente a favor de la independencia de esa región en un referéndum considerado ilegal por la comunidad internacional.
Pero el disgusto de la Casa Blanca con París no se limita a la entrega de los buques. Washington también acogió con evidente desagrado la presencia de Vladimir Putin en las ceremonias del 70° aniversario del desembarco en Normandía, previstas para el 6 de junio próximo en Francia.
"En forma regular y constante hemos manifestado nuestra preocupación por la venta" de las dos naves de guerra a Rusia "y lo seguiremos haciendo", declaró la secretaria de Estado adjunta para Europa, Victoria Nuland, el jueves pasado.
La funcionaria recordó que su gobierno había planteado el tema con París "incluso antes de las últimas acciones rusas" en Ucrania.
La operación, concretada en 2011 después de arduas negociaciones, concierne dos portahelicópteros de proyección de fuerza y comando de la clase Mistral, capaces de transportar y desembarcar 450 soldados. Las unidades, de 199 metros de eslora por 32 de manga, tienen un porte de 21.600 toneladas. Su puente, de 5200 metros cuadrados, permite el estacionamiento y el despegue simultáneo de seis helicópteros, característica que lo convierte en un instrumento de intervención particularmente eficaz.
Los dos buques militares fueron la primera venta de material militar sensible realizada por un miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) a Rusia.
A las ceremonias del 70° aniversario del desembarco en Normandía, previstas para el 6 de junio próximo en Francia, asistirán los jefes de Estado de todos los países aliados en la guerra, incluyendo la reina Isabel II de Inglaterra y el presidente norteamericano, Barack Obama.
El viaje de Putin fue confirmado por el embajador ruso en París, Alexandre Orlov. El acontecimiento puede ser una buena ocasión para que el líder del Kremlin se reúna con sus pares extranjeros.
El presidente francés, François Hollande, por su parte, señaló que "pueden existir divergencias con Putin, pero yo no olvido ni olvidaré jamás que el pueblo ruso dio nueve millones de vidas durante la Segunda Guerra Mundial". En ese contexto, concluyó, "Putin será bienvenido".
Francia consiguió provocar la irritación de la Casa Blanca al decidir proceder a la entrega inminente de dos portahelicópteros de tipo Mistral vendidos en 2011 a Rusia. En plena crisis ucraniana , Washington quiere que París anule ese contrato.
"Es un contrato firmado hace tiempo, que ha sido ejecutado y los rusos pagaron. Las entregas están previstas para octubre y no están incluidas en las sanciones", explicó ayer una fuente del gobierno francés, precisando que una suspensión del compromiso, por un valor de 1200 millones de euros, provocaría penalidades financieras.
Evocada desde hace varios meses, la delicada cuestión volvió a surgir estos últimos días, en momentos en que Occidente aumenta la presión sobre Moscú para que cese de perturbar la organización de las elecciones presidenciales del 25 de mayo en Ucrania.
La Unión Europea (UE) anunció ayer justamente una ampliación de las sanciones, después de que Moscú solicitó "respetar la voluntad de los ucranianos del Este", que votaron el domingo masivamente a favor de la independencia de esa región en un referéndum considerado ilegal por la comunidad internacional.
Pero el disgusto de la Casa Blanca con París no se limita a la entrega de los buques. Washington también acogió con evidente desagrado la presencia de Vladimir Putin en las ceremonias del 70° aniversario del desembarco en Normandía, previstas para el 6 de junio próximo en Francia.
"En forma regular y constante hemos manifestado nuestra preocupación por la venta" de las dos naves de guerra a Rusia "y lo seguiremos haciendo", declaró la secretaria de Estado adjunta para Europa, Victoria Nuland, el jueves pasado.
La funcionaria recordó que su gobierno había planteado el tema con París "incluso antes de las últimas acciones rusas" en Ucrania.
La operación, concretada en 2011 después de arduas negociaciones, concierne dos portahelicópteros de proyección de fuerza y comando de la clase Mistral, capaces de transportar y desembarcar 450 soldados. Las unidades, de 199 metros de eslora por 32 de manga, tienen un porte de 21.600 toneladas. Su puente, de 5200 metros cuadrados, permite el estacionamiento y el despegue simultáneo de seis helicópteros, característica que lo convierte en un instrumento de intervención particularmente eficaz.
Los dos buques militares fueron la primera venta de material militar sensible realizada por un miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) a Rusia.
A las ceremonias del 70° aniversario del desembarco en Normandía, previstas para el 6 de junio próximo en Francia, asistirán los jefes de Estado de todos los países aliados en la guerra, incluyendo la reina Isabel II de Inglaterra y el presidente norteamericano, Barack Obama.
El viaje de Putin fue confirmado por el embajador ruso en París, Alexandre Orlov. El acontecimiento puede ser una buena ocasión para que el líder del Kremlin se reúna con sus pares extranjeros.
El presidente francés, François Hollande, por su parte, señaló que "pueden existir divergencias con Putin, pero yo no olvido ni olvidaré jamás que el pueblo ruso dio nueve millones de vidas durante la Segunda Guerra Mundial". En ese contexto, concluyó, "Putin será bienvenido".
