El líder no tuvo rival
Golpe. Jugando con uno menos desde el 51’, San José, que es puntero en solitario, venció a Oriente, que volvió a pasar vergüenza en el Tahuichi
J.C. MONTAÑO-G. ZURITA
EL DEBER
Dejando el alma en cada pelota y con hambre de gloria, lo contrario de su rival, San José consiguió tres puntos de oro frente a un Oriente Petrolero, que volvió a ser un desastre, desordenado, sin ambición y falto de actitud. Los santos terminaron ganando por 1-2, a pesar de la ventaja que dieron desde el minuto 51’, cuando quedaron con un hombre menos por la expulsión de Luis Aníbal Torrico.
El resultado fue una vergüenza para los verdolagas, y por ello sus hinchas así lo hicieron sentir durante los últimos minutos del encuentro y tras el final. Los cánticos “que se vayan todos...que se vayan todos”...ya no son extraños para este Oriente, desdibujado. En los últimos minutos terminó como equipo de barrio, Rodrigo Vargas, que es delantero, pasó a cubrir la defensa. Los marcadores centrales, Ronald Raldes y Mariano Brau, dos de los que les sobran ganas, que son escasos entre los verdolagas, acabaron de delanteros.
Con el resultado, Oriente, que estrenó a Marco Barrero como técnico tras la ida de Tabaré Silva, se ubica octavo y queda fuera por el momento, a cinco fechas para el final del Clausura, de los siete equipos que tendrán premios para torneos internacionales (los tres primeros van a la Libertadores y los cuatro siguientes a la Sudamericana).
Un espejismo
En los primeros diez minutos parecía que se iba a ver a un Oriente diferente a los otros partidos, con un ataque arrollador. Pero todo fue un espejismo, pues los delanteros Alcides Peña y Rodrigo Vargas aparecieron solo en cuatro jugadas consecutivas creando espacios para recibir pases sin marca. Las más claras, a los 2’, cuando Vargas remató y desvió Carlos Lampe, y luego Peña cabeceó y casi anota.
En la contra, los dirigidos por Julio César Baldivieso dieron el primer aviso, que su objetivo no era solo defenderse. Abdón Reyes recibió en el área y remató potente ante Carlos Arias, que estuvo atento para despejar. A los 32, Peña exigió a Lampe. Eso fue todo en un primer tiempo en el que la visita hacía su negocio, mientras que el local se mostraba con un conformismo único, que se notaba hasta cuando jugadores como Juan Quero tenían el balón y nadie se mostraba.
Aparece el verdugo
Ni bien comenzada la segunda etapa, Oriente dio la impresión de haber tenido un jalón de orejas en el camarín. A los 48’, se puso en ventaja con gol de Peña, que aprovechó para empujar un balón que le cayó a los pies luego del despeje de Lampe, que logró detener a medias el cabezazo de Brau.
Los pocos hinchas que había en el estadio, unos 1.000 espectadores, lo gritaron a todo pulmón. Pero de golpe quedaron en silencio, pues San José segundos después de la algarabía logró la igualdad a través de su mejor hombre, Alexis Bravo. El atacante recibió en el área, amagó a Marvin Bejarano y remató un balón que se escurrió entre las piernas del capitán albiverde, Raldes.
A los 51’, los santos se quedaron con uno menos luego de que Torrico viera la roja al cometer una falta a Gualberto Mojica, cuando pisaba el área grande. El árbitro Raúl Orozco entendió que el defensor era el último hombre. A pesar de que faltaban 39’ para que concluya el partido, San José no decayó, todo lo contrario, el golpe lo hizo crecer más. Mientras que Oriente, en lugar de tener más espacio, se terminó encerrando solo, pues sus volantes Mojica y Quero, los llamados a desequilibrar, no gravitaron.
A los 63’, 71’ y 33’ el local generó jugadas de peligro que Lampe contuvo sin problemas. En ellas aparecieron Mojica, Quero y Bejarano. San José no renunció al ataque y por ello logró el 2-1, otra vez por intermedio de Bravo, que remató y la pelota se desvió en Raldes, descolocando a Arias. Era el 82’ y lo que vino después fue pura desesperación de Oriente, que incluso llevó a los jugadores a tener roces innecesarios con los santos
J.C. MONTAÑO-G. ZURITA
EL DEBER
Dejando el alma en cada pelota y con hambre de gloria, lo contrario de su rival, San José consiguió tres puntos de oro frente a un Oriente Petrolero, que volvió a ser un desastre, desordenado, sin ambición y falto de actitud. Los santos terminaron ganando por 1-2, a pesar de la ventaja que dieron desde el minuto 51’, cuando quedaron con un hombre menos por la expulsión de Luis Aníbal Torrico.
El resultado fue una vergüenza para los verdolagas, y por ello sus hinchas así lo hicieron sentir durante los últimos minutos del encuentro y tras el final. Los cánticos “que se vayan todos...que se vayan todos”...ya no son extraños para este Oriente, desdibujado. En los últimos minutos terminó como equipo de barrio, Rodrigo Vargas, que es delantero, pasó a cubrir la defensa. Los marcadores centrales, Ronald Raldes y Mariano Brau, dos de los que les sobran ganas, que son escasos entre los verdolagas, acabaron de delanteros.
Con el resultado, Oriente, que estrenó a Marco Barrero como técnico tras la ida de Tabaré Silva, se ubica octavo y queda fuera por el momento, a cinco fechas para el final del Clausura, de los siete equipos que tendrán premios para torneos internacionales (los tres primeros van a la Libertadores y los cuatro siguientes a la Sudamericana).
Un espejismo
En los primeros diez minutos parecía que se iba a ver a un Oriente diferente a los otros partidos, con un ataque arrollador. Pero todo fue un espejismo, pues los delanteros Alcides Peña y Rodrigo Vargas aparecieron solo en cuatro jugadas consecutivas creando espacios para recibir pases sin marca. Las más claras, a los 2’, cuando Vargas remató y desvió Carlos Lampe, y luego Peña cabeceó y casi anota.
En la contra, los dirigidos por Julio César Baldivieso dieron el primer aviso, que su objetivo no era solo defenderse. Abdón Reyes recibió en el área y remató potente ante Carlos Arias, que estuvo atento para despejar. A los 32, Peña exigió a Lampe. Eso fue todo en un primer tiempo en el que la visita hacía su negocio, mientras que el local se mostraba con un conformismo único, que se notaba hasta cuando jugadores como Juan Quero tenían el balón y nadie se mostraba.
Aparece el verdugo
Ni bien comenzada la segunda etapa, Oriente dio la impresión de haber tenido un jalón de orejas en el camarín. A los 48’, se puso en ventaja con gol de Peña, que aprovechó para empujar un balón que le cayó a los pies luego del despeje de Lampe, que logró detener a medias el cabezazo de Brau.
Los pocos hinchas que había en el estadio, unos 1.000 espectadores, lo gritaron a todo pulmón. Pero de golpe quedaron en silencio, pues San José segundos después de la algarabía logró la igualdad a través de su mejor hombre, Alexis Bravo. El atacante recibió en el área, amagó a Marvin Bejarano y remató un balón que se escurrió entre las piernas del capitán albiverde, Raldes.
A los 51’, los santos se quedaron con uno menos luego de que Torrico viera la roja al cometer una falta a Gualberto Mojica, cuando pisaba el área grande. El árbitro Raúl Orozco entendió que el defensor era el último hombre. A pesar de que faltaban 39’ para que concluya el partido, San José no decayó, todo lo contrario, el golpe lo hizo crecer más. Mientras que Oriente, en lugar de tener más espacio, se terminó encerrando solo, pues sus volantes Mojica y Quero, los llamados a desequilibrar, no gravitaron.
A los 63’, 71’ y 33’ el local generó jugadas de peligro que Lampe contuvo sin problemas. En ellas aparecieron Mojica, Quero y Bejarano. San José no renunció al ataque y por ello logró el 2-1, otra vez por intermedio de Bravo, que remató y la pelota se desvió en Raldes, descolocando a Arias. Era el 82’ y lo que vino después fue pura desesperación de Oriente, que incluso llevó a los jugadores a tener roces innecesarios con los santos