El debut más extraño de Casillas


Madrid, EFE
Hace un año Iker Casillas contaba los días para que José Mourinho abandonara el Real Madrid. Creía que así acabaría la extraña situación que llevaba viviendo seis meses, desde que el portugués decidió apartarle de la portería por motivos presuntamente deportivos. Tras dos temporadas y media donde el capitán había sido el guardameta titular sin dudas, el entrenador le mandó al banquillo. Una inoportuna lesión en la mano acabó de estropear el escenario para el portero, fuera de plano ya hasta final de temporada. Su último partido como titular en la Liga fue el 20 de enero de 2013. Esta noche recupera la plaza.


El partido atrasado que debe disputar hoy el Madrid en Valladolid (15:00 Hora boliviana) servirá para el regreso de Casillas al campeonato de la regularidad, tras sus exitosos viajes como titular en la Champions y en la Copa del Rey. Ésta la ganó en Valencia, hace menos de un mes, y en el torneo europeo aún le queda un encuentro que disputar, la gran final de Lisboa. Precisamente, la cita que tiene a todo el Real Madrid en vilo es el motivo que provoca esta noche su reaparición liguera. Carlo Ancelotti quiere que el portero que será titular el 24 de mayo tenga minutos en los compromisos que aún faltan en el calendario. La alternancia la traslada ahora el torneo doméstico, donde hoy estará Iker y el próximo domingo en Vigo, Diego López. La la última jornada será momento para Casillas otra vez. «Los dos han comprendido la situación», asegura el entrenador italiano, en la última vuelta al asunto más delicado que ha tenido que lidiar desde que se hizo con el cargo el pasado verano.

Por no contradecir la opinión de Villiam Vecchi, su preparador de porteros, y a pesar del debate público que le avisaron que generaría su decisión, Ancelotti mantuvo la apuesta de Mourinho para sorpresa del vestuario, del club y de Casillas, dolido por un golpe inesperado. Los últimos días de aquel agosto para el capitán fueron muy duros, desconcertado ante el futuro que se le dibujaba. Tras el enfrentamiento con el anterior entrenador, no soportaba profesionalmente verse un año entero en el banquillo, suplencia además que sería letal para acudir al Mundial de Brasil. Miró opciones en el extranjero (la Juventus), pidió consejo a buenos amigos y recibió propuestas a estudiar con atención, como la del Manchester City, donde Manuel Pellegrini también le advirtió de que tendría que competir por el puesto con el portero titular de Inglaterra, Joe Hart. El mercado de fichajes se cerraba y apenas había tiempo para un cambio de vida tan radical.

Ancelotti, astuto, improvisó la innovadora propuesta de alternar a sus dos guardametas para evitar el ostracismo del capitán, figura siempre relevante en la caseta. El invento no salió mal, a pesar de la presión extra que provocaba en Casillas, jugando sin continuidad, y, sobre todo, en Diego López, siempre observado bajo la lupa de la comparación con un compañero convertido en icono para el club y también la selección nacional. Ambos han completado, en general, una buena campaña. Iker, en Dortmund y en la final de Copa, reafirmó su habilidad para lucir al filo del abismo y Diego López ha seguido en la buena línea de la pasada temporada. Su único borrón, reconocido incluso por él mismo, fue el gol -disparo lejano- que Gabi le metió en el derbi del Vicente Calderón, partido que en la contabilidad final del campeonato podría tener mucha importancia por culpa del goal average particular entre el Real Madrid y el Atlético.

Ahora los dos protagonistas miran hacia la próxima campaña con curiosidad. No saben aún si Ancelotti continuará con la alternancia o apostará por el método tradicional. Si es así, ¿quién será su portero titular? Ambos han reconocido que quieren seguir en el club de su vida, sin dejar en el discurso abierta la puerta a una salida en verano, a pesar de que manejan ofertas importantes. Por Casillas está preguntando un fondo de inversión que representa al Arsenal londinense.

El equipo inglés busca un guardameta de categoría y los dos nombres señalados son el del capitán madridista y el de Víctor Valdés, que ya anunció su marcha del Barcelona. Cualquiera sería bienvenido en el Emirates Stadium, aunque la lesión de Valdés hace que el interés se centre en Casillas.

Él, por ahora, sólo piensa en el final de Liga, en levantar la Décima y en el Mundial. Después, tocará reflexionar. Pelear otra vez con Diego López o probar fortuna en otro club. Su pareja, cansada del foco mediático, quiere abandonar España y a él una aventura en el extranjero también le motivaría. Pero el salto da vértigo tras una vida entera vestido de blanco. Además, su salida tendría que recibir el visto bueno del club en forma de precio en el mercado. Estaría obligado a ser él quien diera el paso y dejar claro que se quiere marchar, porque el Madrid jamás pondría en venta a un jugador como él, referente para la mayoría de la afición, historia viva del club y todavía considerado uno de los mejores del mundo en su puesto.

Hoy, 7 de mayo, Casillas debuta en la Liga, en el tramo final de la temporada más original de su vida.

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