Decenas de miles de personas secundan la primera gran marcha estudiantil de la nueva etapa de Bachelet

Santiago, EP
La primera gran marcha convocada por los estudiantes durante la segunda etapa en el Gobierno de Michelle Bachelet ha reunido en la capital, Santiago, a decenas de miles de personas. La concentración, en la que ha vuelto a reivindicarse una educación pública y de calidad, ha terminado con incidentes aislados.


El Ejecutivo ha prometido terminar con el lucro y la selección escolar y avanzar hacia el modelo de educación gratuita que los estudiantes llevan años reclamando. Para ello, ha planteado destinar la mayor parte de los 8.200 millones de dólares que recaudará con una reforma tributaria a cambios en el sistema educativo.

Sin embargo, las principales organizaciones juveniles recriminan al Gobierno la falta de claridad y exigen una mayor participación estudiantil en el debate sobre estos cambios, lo que les ha llevado a tomar de nuevo las calles.

La Policía calcula que unas 40.000 personas han asistido a la marcha de este jueves en Santiago, mientras que las organizaciones estudiantiles han elevado a 100.000 la participación, según medios locales. También se han registrado concentraciones en otras ciudades como Valparaíso.

Unos 1.800 carabineros han participado en el amplio dispositivo de seguridad habilitado en la capital para la ocasión. La manifestación, que tenía permiso para pasar frente al palacio de Gobierno y el Ministerio de Educación, ha discurrido de forma pacífica hasta casi el final, cuando se produjeron algunos choques.

Las fuerzas de seguridad utilizaron gases lacrimógenos y mangueras para dispersar a grupos de jóvenes encapuchados que causaron destrozos en el mobiliario urbano y quemaron al menos un vehículo. Un carabinero de las fuerzas especiales resultó herido tras ser alcanzado por un cóctel molotov.

MOVIMIENTO ESTUDIANTIL

Desde hace tres años, estudiantes y, en menor medida, profesores chilenos han tomado las calles del país sudamericano en demanda de una educación pública, gratuita y de calidad que termine con el actual sistema de financiación a través de créditos de la banca privada.

El clamor de la comunidad educativa chilena obligó al expresidente Sebastián Piñera (2010-2014) a aprobar una reforma educativa y una reforma fiscal para financiar la primera que, según estudiantes y profesores, no solucionó los problemas del sector.

La reforma educativa de Piñera permitió, como gran avance, que el Estado asumiera la gestión de los créditos bancarios en la enseñanza universitaria con mejores condiciones que las ofrecidas hasta entonces por la banca privada a los estudiantes.

Pero los estudiantes rechazaron esta propuesta porque no respondía a su deseo de que Chile tuviera una educación pública y gratuita ya que, aunque mejoró el sistema existente, aún obliga a los alumnos a recurrir a créditos para financiar la educación universitaria.

Bachelet, que volvió a La Moneda el pasado 11 de marzo, lleva en su programa de Gobierno una reforma educativa que sí colmaría las demandas de estudiantes y profesores.

Los estudiantes ya han expresado sus "dudas" al considerar que su propuesta de reforma educativa es "ambigua" y que está dominada por una "visión económica". Además, han pedido un proyecto de ley integral, en lugar de tres independientes.

Los manifestantes echan en cara a Bachelet que durante su Gobierno (2006-2010) y, especialmente, durante los 20 años de mandato de la Concertación --coalición izquierdista-- no se promovió una reforma educativa para garantizar su gratuidad y universalidad.

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