Crónica de Cannes 2014: The Homesman y St Laurent
Cannes es la celebración del séptimo arte, el crisol donde por unos días toda forma de expresión a través del lenguaje cinematográfico tiene cabida. Es tiempo de descubrimientos y también de reencuentros, incluso con géneros que creías muertos y enterrados. Y muchas veces. Esta crónica comienza con un western y termina con un western, y entre la forma de comunicarse con el espectador que tiene cada uno de ellos, media un abismo. Esa es la riqueza del cine.
'The Homesman' es la segunda película de Tommy Lee Jones como realizador tras 'Las tres muertes de Melquiades Estrada'. En esta ocasión, bebe de fuentes clásicas para mostrarnos el difícil viaje de un áspero vaquero y una complicada feligresa para trasladar a tres enfermas mentales a través del territorio norteamericano. La película, de impecable fotografía y que cuenta con una virtuosa banda sonora de Marco Beltrami, se preocupa en su inicio de caracterizar con acierto a su protagonista, encarnada por una espléndida Hillary Swank. El contraste entre su personaje y el del cowboy desertor (un más funcional Tommy Lee Jones) a lo largo de este viaje, apunta hacia clásicos como 'Caravana de Mujeres', o 'La Reina de África', pero a la postre escasean las escenas en la que se podría haber dado mucho más juego a ese conflicto. La cinta sí toma sus riesgos al mostrar el tema de la locura y el tratamiento al enfermo mental, y llega a impresionar a fuerza de la voluntad de las actrices, en especial Miranda Otto y Sonja Richter. Pero con todo, podría haber dado para más, deja con una cierta sensación de haber desaprovechado sus mimbres.
'St. Laurent', de Bertrand Bonello, presentada en la Selección Oficial a concurso al igual que la ya comentada, nos ofrece el biopic del famoso modisto francés interpretado aquí por Gaspard Ulliel. Tras un magnífico e impetuoso arranque, fluido y con una lograda presentación de personajes, de manera inexplicable la película detiene su progresión, quedándose varada en la parálisis narrativa. Es de dudoso mérito que un biopic, que cuenta la historia de una vida, parezca detenerse en el tiempo, enredado con naderias y excesos facilones que no aportan riqueza de matices ni luz sobre los rincones del personaje que quiere retratar. De esta manera, 'St. Laurent', emprende un camino durante casi 120 minutos de sus dos horas y media que van desde lo aburrido hasta lo irritante. Al menos Bonello nos ahorra las capas de látex, permitiendo que sea Helmut Berger quien dé vida al modisto en su edad avanzada.
La húngara 'White God' ha sido una de las sopresas más curiosas en lo que llevamos de Festival. Presentada en la sección 'Un Certain Regard', demuestra que los caminos de la originalidad se encuentran en la mezcla de senderos ya trazados. Pero no cualquier mezcla sirve, solo la que aporte frescura y atrevimiento sin complejos. Y pocos complejos parece mostrar el realizador Kornel Mundruczó en una historia bien narrada, aprovechando sus medios al máximo. Mundruczó logra que el tono del filme vaya mutando con pasmosa naturalidad de película familiar con perro, emparentable con 'Pancho: la película', a un remake canino de 'El amanecer del Planeta de los Simios'. Pocas veces se destaca, y en esta cinta es necesario hacerlo, la encomiable labor de los entrenadores de los perros que aparecen en la acción, pero en este caso es básica para la eficacia de 'White God'. Uno de esos descubrimientos de Cannes, que con seguridad devendrá en un “Must” en futuros festivales del fantástico.
Comenzábamos con western y terminamos con western, pero muy distinto en sus pretensiones y envoltorio. La nórdica 'The Salvation' conecta el séptimo arte de Sergio Leone con el noveno arte de Jean Giraud y su 'Teniente Blueberry'. El espectador duda en todo momento si tomarse en serio o en broma esta entretenidísima historia de venganza interpretada por Mads Mikelsen y cuya fotografía sin duda evoca a la tinta y colores de Giraud. Mikelsen, Eva Green y el resto del internacional reparto parecen pasarlo en grande, y es muy probable que quien se atreva a acercarse a ella también lo haga.
