Avance de extrema derecha sacude gobierno francés
París, AP
El gobierno socialista francés no renunciará y seguirá luchando por reducir los impuestos y hacer otras reformas a pesar de una victoria récord de la extrema derecha en las elecciones parlamentarias europeas, dijo el primer ministro el lunes.
El presidente Francois Hollande convocó el lunes a una reunión de emergencia con ministros para preparar la respuesta de su partido, derrotado por el Frente Nacional, que se opone a la inmigración y a la presencia del país en la Unión Europea, que ha estremecido el panorama político francés.
Las próximas elecciones presidenciales y legislativas de Francia se realizarán en 2017. Pero el resultado le da más impulso al Frente Nacional, encabezado por Marine Le Pen, quien ha proyectado una cara más amable y agradable del partido, cuando los líderes de los dos partidos más importantes parecen débiles.
El primer ministro Manuel Valls, quien tiene mejores cifras en los sondeos que su jefe, explicó que los resultados son una señal de que Francia "ha estado por mucho tiempo en una crisis de identidad, una crisis sobre el lugar de Francia en Europa y el lugar que tiene Europa en nuestro país".
Al subrayar su apoyo por el proyecto europeo en una entrevista con radio RTL, Valls dijo que Europa necesita "otra orientación" para combatir el aumento del populismo, pero no explicó cómo lo logrará. "Creo que Europa sigue siendo un proyecto magnífico", dijo.
El primer ministro tampoco anunció cambios políticos importantes, pero reconoció que el resultado de la votación muestra la necesidad de seguir adelante con los recortes fiscales y al gasto, que según él impulsarán la economía y aliviarán la carga a los electores que ahora le dieron la espalda al partido gobernante.
Los socialistas tuvieron el peor resultado en una elección del Parlamento Europeo. La caída puede ser incómoda para un país que ha sido un pilar de la Unión Europea y se enorgullece como modelo de los derechos humanos. El ministro alemán de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, dijo que el éxito del Frente Nacional es "una mala señal".
La canciller alemana Angela Merkel dijo que el aumento de los populistas de extrema derecha en las elecciones europeas era "notable y lamentable" y pidió políticas que puedan crear empleos y mejorar la competitividad.
"Eso también va dirigido a Francia", dijo en Berlín.
En los últimos años Le Pen ha suavizado la imagen del partido, ganándose a electores desilusionados de izquierda y derecha, con un mensaje populista que culpa a la burocracia europea y a la inmigración por el desempleo, los altos precios y la disminuida influencia global de Francia.
"Los franceses sufren por la austeridad, el desempleo y las dificultades sociales. Pero nuestros gobiernos están sordos ante los reclamos de la gente", dijo el lunes Le Pen, quien calificó el resultado electoral de una muestra de "rechazo increíble" a "toda la llamada clase política tradicional".
Pero detrás de la sonrisa de Le Pen y su retórica convincente está el lado duro de su partido.
Se ha sugerido que su padre, Jean-Marie Le Pen, legislador europeo, dio a entender este mes que un brote del virus del ébola podría ayudar a que Francia no este "sumergida" por la inmigración.
Es el fundador del partido y ha sido sentenciado varias veces por racismo o antisemitismo. Causó escándalo en la política francesa cuando se postuló a la contienda presidencial de 2002 contra el entonces presidente Jacques Chirac.
El partido suele atacar a la gran minoría musulmana de Francia. Un alcalde del Frente Nacional elegido en marzo buscó impedir la construcción de una nueva mezquita. Otro nuevo alcalde del Frente Nacional quiere impedir puestos de comida de Oriente Medio.
A nivel europeo, el partido desea que Francia abandone el euro y eventualmente se separe de la Unión Europea.
Según cifras del Parlamento europeo, el Frente Nacional capturó 25,4% de los votos del domingo, dándole 22 de los 74 escaños de Francia en el hemiciclo. El partido del expresidente Nicolas Sarkozy recibió 21% y los socialistas que actualmente gobiernan, sólo 14,5%.
El gobierno socialista francés no renunciará y seguirá luchando por reducir los impuestos y hacer otras reformas a pesar de una victoria récord de la extrema derecha en las elecciones parlamentarias europeas, dijo el primer ministro el lunes.
El presidente Francois Hollande convocó el lunes a una reunión de emergencia con ministros para preparar la respuesta de su partido, derrotado por el Frente Nacional, que se opone a la inmigración y a la presencia del país en la Unión Europea, que ha estremecido el panorama político francés.
Las próximas elecciones presidenciales y legislativas de Francia se realizarán en 2017. Pero el resultado le da más impulso al Frente Nacional, encabezado por Marine Le Pen, quien ha proyectado una cara más amable y agradable del partido, cuando los líderes de los dos partidos más importantes parecen débiles.
El primer ministro Manuel Valls, quien tiene mejores cifras en los sondeos que su jefe, explicó que los resultados son una señal de que Francia "ha estado por mucho tiempo en una crisis de identidad, una crisis sobre el lugar de Francia en Europa y el lugar que tiene Europa en nuestro país".
Al subrayar su apoyo por el proyecto europeo en una entrevista con radio RTL, Valls dijo que Europa necesita "otra orientación" para combatir el aumento del populismo, pero no explicó cómo lo logrará. "Creo que Europa sigue siendo un proyecto magnífico", dijo.
El primer ministro tampoco anunció cambios políticos importantes, pero reconoció que el resultado de la votación muestra la necesidad de seguir adelante con los recortes fiscales y al gasto, que según él impulsarán la economía y aliviarán la carga a los electores que ahora le dieron la espalda al partido gobernante.
Los socialistas tuvieron el peor resultado en una elección del Parlamento Europeo. La caída puede ser incómoda para un país que ha sido un pilar de la Unión Europea y se enorgullece como modelo de los derechos humanos. El ministro alemán de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, dijo que el éxito del Frente Nacional es "una mala señal".
La canciller alemana Angela Merkel dijo que el aumento de los populistas de extrema derecha en las elecciones europeas era "notable y lamentable" y pidió políticas que puedan crear empleos y mejorar la competitividad.
"Eso también va dirigido a Francia", dijo en Berlín.
En los últimos años Le Pen ha suavizado la imagen del partido, ganándose a electores desilusionados de izquierda y derecha, con un mensaje populista que culpa a la burocracia europea y a la inmigración por el desempleo, los altos precios y la disminuida influencia global de Francia.
"Los franceses sufren por la austeridad, el desempleo y las dificultades sociales. Pero nuestros gobiernos están sordos ante los reclamos de la gente", dijo el lunes Le Pen, quien calificó el resultado electoral de una muestra de "rechazo increíble" a "toda la llamada clase política tradicional".
Pero detrás de la sonrisa de Le Pen y su retórica convincente está el lado duro de su partido.
Se ha sugerido que su padre, Jean-Marie Le Pen, legislador europeo, dio a entender este mes que un brote del virus del ébola podría ayudar a que Francia no este "sumergida" por la inmigración.
Es el fundador del partido y ha sido sentenciado varias veces por racismo o antisemitismo. Causó escándalo en la política francesa cuando se postuló a la contienda presidencial de 2002 contra el entonces presidente Jacques Chirac.
El partido suele atacar a la gran minoría musulmana de Francia. Un alcalde del Frente Nacional elegido en marzo buscó impedir la construcción de una nueva mezquita. Otro nuevo alcalde del Frente Nacional quiere impedir puestos de comida de Oriente Medio.
A nivel europeo, el partido desea que Francia abandone el euro y eventualmente se separe de la Unión Europea.
Según cifras del Parlamento europeo, el Frente Nacional capturó 25,4% de los votos del domingo, dándole 22 de los 74 escaños de Francia en el hemiciclo. El partido del expresidente Nicolas Sarkozy recibió 21% y los socialistas que actualmente gobiernan, sólo 14,5%.