Wilstermann sacó un empate ante un pobre Oriente
Decepcionante. Oriente empató de local ante Wilstermann (0-0), sin merecerlo. Mucho premio para un equipo sin norte ni sur y que, prácticamente, le dice adiós a la lucha por el campeonato
ROLY CALLAÚ - GERY ZURITA
EL DEBER
Dicen que cuando se quiere, se puede. Anoche, Oriente ni pudo ni quiso y con el 0-0 ante Wilstermann, que mereció ganar, se bajó de la pelea por el título del torneo Clausura. Solo un milagro podría cambiar la suerte de un equipo sin un norte claro y sin esa chispa futbolística que hizo avergonzar a Bolívar en el Tahuichi (4-0) e ilusionó a sus hinchas con días de gloria.
Si fuese por méritos el ganador tendría que haber sido Wilstermann, por las innumerables opciones de gol que generó y que Carlos Arias se encargó de neutralizar, convertido impensadamente en la figura del partido.
A los 50 segundos Quero mandó un centro por la izquierda y Martínez no pudo empalmar, en una jugada que recordaba el inicio arrollador ante Bolívar. Después, a los 17’, Zabala remató fuerte y Andaveris, en vez de rechazar, casi mete el balón en su arco, si no fuera por la reacción del arquero Hugo Suárez, agrandado bajo los tres palos. Fueron las dos únicas ocasiones que tuvo Oriente en la primera etapa.
Wilstermann generó el doble de esas sensaciones de gol a base de un fútbol vistoso y de toque porque a su armador García Berodia le dieron plena libertad para pensar y tener la pelota. De sus pies nacieron las jugadas que hicieron peligrar el arco de Arias en más de una ocasión. En una de esas el español ensayó un remate desde lejos y la pelota se le fue de las manos al arquero albiverde pero por fortuna uno de los postes evitó el gol. Para entonces, el equipo aviador había llegado con más peligro pero, al igual que Oriente, careció de efectividad.
El local, sin marca en el medio, regaló mucho espacio en ese sector, se olvidó de la presión como fórmula para obligar al rival a cometer errores, Quero y Mojica aparecieron solo por momentos, Martínez fue anulado y en su retorno al equipo Peña no fue ni la sombra del delantero que marca la diferencia con sus endiablados arranques. Algunos jugadores dieron la impresión de que los 90 minutos son una eternidad y a la hora de hacer las variantes en el banco tampoco aparecen las soluciones. Ni Vargas ni Cuéllar, que ingresaron en el complemento, mostraron algo diferente al resto como para revertir el mal trance del equipo, superado en gran parte del partido por el equipo rival.
La defensa quedó vendida
En esa desesperación por encontrar el gol salvador, con Raldes y Hoyos convertidos en dos delanteros más, la defensa de Oriente quedó pagando en un par de ocasiones y, como toda la noche, Arias se convirtió en una muralla defensiva con intervenciones meritorias, en una de ellas ganador en el mano a mano ante el argentino Alonso, que tuvo en sus pies la chance de dar a Oriente el tiro de gracia. Tanta era la impotencia y la bronca que Hoyos (49’), Bejarano (51’) y Zabala (54’) vieron la tarjeta amarilla por reclamos airados contra el árbitro, que, por momentos, parecía estar confabulando contra el mal momento del conjunto local.
Oriente se acordó de atacar en los últimos minutos, pero desordenadamente. En la última jugada del partido Quero quedó frente al arco tras un contragolpe pero su remate lo neutralizó Suárez. El empate fue un premio inmerecido para el equipo de Tabaré Silva que parece haber perdido la confianza de sus hinchas
ROLY CALLAÚ - GERY ZURITA
EL DEBER
Dicen que cuando se quiere, se puede. Anoche, Oriente ni pudo ni quiso y con el 0-0 ante Wilstermann, que mereció ganar, se bajó de la pelea por el título del torneo Clausura. Solo un milagro podría cambiar la suerte de un equipo sin un norte claro y sin esa chispa futbolística que hizo avergonzar a Bolívar en el Tahuichi (4-0) e ilusionó a sus hinchas con días de gloria.
Si fuese por méritos el ganador tendría que haber sido Wilstermann, por las innumerables opciones de gol que generó y que Carlos Arias se encargó de neutralizar, convertido impensadamente en la figura del partido.
A los 50 segundos Quero mandó un centro por la izquierda y Martínez no pudo empalmar, en una jugada que recordaba el inicio arrollador ante Bolívar. Después, a los 17’, Zabala remató fuerte y Andaveris, en vez de rechazar, casi mete el balón en su arco, si no fuera por la reacción del arquero Hugo Suárez, agrandado bajo los tres palos. Fueron las dos únicas ocasiones que tuvo Oriente en la primera etapa.
Wilstermann generó el doble de esas sensaciones de gol a base de un fútbol vistoso y de toque porque a su armador García Berodia le dieron plena libertad para pensar y tener la pelota. De sus pies nacieron las jugadas que hicieron peligrar el arco de Arias en más de una ocasión. En una de esas el español ensayó un remate desde lejos y la pelota se le fue de las manos al arquero albiverde pero por fortuna uno de los postes evitó el gol. Para entonces, el equipo aviador había llegado con más peligro pero, al igual que Oriente, careció de efectividad.
El local, sin marca en el medio, regaló mucho espacio en ese sector, se olvidó de la presión como fórmula para obligar al rival a cometer errores, Quero y Mojica aparecieron solo por momentos, Martínez fue anulado y en su retorno al equipo Peña no fue ni la sombra del delantero que marca la diferencia con sus endiablados arranques. Algunos jugadores dieron la impresión de que los 90 minutos son una eternidad y a la hora de hacer las variantes en el banco tampoco aparecen las soluciones. Ni Vargas ni Cuéllar, que ingresaron en el complemento, mostraron algo diferente al resto como para revertir el mal trance del equipo, superado en gran parte del partido por el equipo rival.
La defensa quedó vendida
En esa desesperación por encontrar el gol salvador, con Raldes y Hoyos convertidos en dos delanteros más, la defensa de Oriente quedó pagando en un par de ocasiones y, como toda la noche, Arias se convirtió en una muralla defensiva con intervenciones meritorias, en una de ellas ganador en el mano a mano ante el argentino Alonso, que tuvo en sus pies la chance de dar a Oriente el tiro de gracia. Tanta era la impotencia y la bronca que Hoyos (49’), Bejarano (51’) y Zabala (54’) vieron la tarjeta amarilla por reclamos airados contra el árbitro, que, por momentos, parecía estar confabulando contra el mal momento del conjunto local.
Oriente se acordó de atacar en los últimos minutos, pero desordenadamente. En la última jugada del partido Quero quedó frente al arco tras un contragolpe pero su remate lo neutralizó Suárez. El empate fue un premio inmerecido para el equipo de Tabaré Silva que parece haber perdido la confianza de sus hinchas